Capítulo 6: Robin Hood.

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Kathryn

-¿Segura que todo está bien, Kath?-

Respiré hondo y traté de fingir una sonrisa, mantenía la mirada fija en el camino mientras conducía e intentaba olvidar a cierto arquero que me ponía los nervios de punta. En verdad me había hecho enojar su comentario sobre que yo era una chiquilla malcriada que creció en cuna de oro, como si él conociera algo de mi vida. Por lo menos pude vengarme un poco, lo dejé solo subiendo las cosas a los vehículos y aunque se había cansado y molestado por eso, jamás se quejó. Su actitud arisca me agradaba y divertía pero su necedad y capacidad para decir justo lo menos indicado me enloquecía de mala, muy mala manera.

-Sí, Cordelia, todo está perfecto en el gran valle de los muertos.-

-De acuerdo.-

Cordelia cambió su atención al libro que estaba leyendo, estaba segura de que no me había creído ni media palabra pero eligió no presionarme para decirle lo que ocurría, esa era una de mis cosas favoritas de ella, se preocupaba pero te daba tu espacio y esperaba hasta que tú decidieras abrirte con ella. Zoe, por otro lado...

-Apuesto a que Robin Hood dijo algo que no debía.-

Giré a mi derecha y la fukminé con la mirada.

-¿A qué te refieres?-

-Vamos, Kathryn, a cientos de kilométros se ve que te gusta el chico. No me sorprende, es guapo, excéntrico, huraño, tosco, tiene toda la pinta de chico malo y se nota lo bueno que es con las manos, completamente tu tipo, si es que tienes algún tipo de hombre.-

Mi quijada casi toca el piso.

-¿Disculpa? Ja, Daryl ¿mi tipo? El infierno tendría que congelarse primero, dos veces, antes de que ese estúpido cretino impertinente patán egocéntrico y bruto "fuera mi tipo", sí, es cierto, tal vez tendría uno o dos revolcones con él pero, y escúchalo bien, él jamás sería mi tipo y sí que tengo uno.-

Zoe se rio y Cordelia intentó disimular su carcajada sin mucho éxito.

-¿De qué se ríen? Es cierto.-

-Entonces te dará igual si esos caminantes se lo devoran justo ahora.-

Miré de nuevo al frente y vi de lo que hablaba, frené sin siquiera pensarlo y salté fuera del auto. Daryl nos había adelantado en algún momento y se había detenido a ayudar a una familia rodeada por caminantes, corrí tan rápido como pude y comencé a matar a esas cosas. Cordelia y Zoe llegaron rápido, ellas fueron a ayudar a la señora que estaba dentro de una camioneta con su bebé.

Seguí matando caminantes hasta que miré en dirección a Daryl, casi se me sale el corazón, casi lo muerde uno de ellos pero llegué justo a tiempo, me interpuse entre ambos y le volé los sesos con Lilu, mi pistola favorita. Lo arrojé lejos de nosotros y después de asegurarme que ya no había peligro me volteé y le di una bofetada tan fuerte que hasta dejó cosquilleando mi palma. Él se tomó el rostro con gesto de dolor y sorpresa.

-Pero ¿qué mierda?-

-Eres un imbécil, ¿acaso quieres morir? Por poco y te conviertes en la comida de esa porquería.-

Dejó de sobarse y me tomó por los hombros, sus ojos eran dos llamas de ira.

-Estás demente, nunca vuelvas a ponerme una mano encima ¿me escuchaste?-

-¿Sí? Pues más te vale que tú jamás vuelvas a poner tu vida en riesgo de esa manera.-

-¿Y a ti qué si lo hago o no? ¿No dijiste acaso que no eras mi jodida niñera?-

-Y no lo soy pero me importa lo que te pase, tu vida me importa.-

Mi respuesta lo dejó en shock, suavizó su semblante pero no me soltó, sólo se acercó un poco más.

-Tenemos un día de conocernos ¿por qué te importaría mi vida?-

-Porque... porque... porque me recuerdas a alguien y porque tú y yo tenemos en común mucho más de lo que crees.-

Era tan difícil explicarle la situación sin decirle que en realidad me importaba porque su hermano era también mi hermano, no de sangre pero sí de alma y corazón. Mientras más observaba a Daryl más me percataba de lo diferente que era de Merle, como el blanco y el negro o el agua y el aceite y no es que fuera algo malo pero no me ayudaba en nada. Al principio, creí que al estar con Daryl me sentiría más cerca de Merle pero sólo me ha hecho extrañarlo y necesitarlo más, esa era la mayor razón de mi furia contenida hacia el menor de los Dixon, quería que fuera como mi mejor amigo pero él era todo lo contrario.

-Pronto lo entenderás.-

Daryl me liberó de su agarré y yo aproveché para retirarme al auto. Vi que Zoe y Cordelia ayudaron a la familia a reemprender su viaje a dónde quiera que fueran y a Daryl subir de nuevo a la camioneta y arrancar. Las chicas volvieron al auto y yo imité a Dixon y conduje detrás de él manteniendo una considerable distancia. Sentí las miradas de Zoe y Cordelia, ambas sonreían con picardía y dijeron al unísono.

-"Me importa lo que te pase, tu vida me importa"-

Sus risas cínicas me molestaron un poco pero terminé por unirme a ellas, escuchándolo de sus labios, creo que sí había sido algo dramática después de todo.

-No es lo que piensan, sólo se trata de una vieja deuda, es todo.-

Cordelia rio más y Zoe miró en dirección a la camioneta donde iba el arquero.

-Como tú digas, Marian, sólo promete que seré la dama de honor en tu boda con Robin.-

La cara de diversión de Zoe, que no había visto un largo tiempo, me hizo unirme a la broma y no lanzarla por la ventana.

-Lo haría pero prefiero a una mujer adulta. Cordelia será la dama de honor, tú puedes ser el pajecito.-

-Ah, qué perra.-

Me dio un ligero golpe en un brazo y las tres volvimos a explotar en carcajadas, se sentía realmente bien ser felices y olvidarnos de todo, aunque fuera sólo por un rato. 

The walking dead: Coven.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora