Capítulo 5

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Una vez que empiezas no puedes parar, eso es obvio. El miedo te consume y sientes que tu existencia es inútil. ¿Para qué vivir? ¿para qué intentarlo?

Guillermo estaba siendo consumido por ese miedo, no podía vivir sin Samuel. No, no podía.

Una semana había pasado desde esa última conversación, sin comer, sin tener interacción con personas. Guillermo estaba muriendo lentamente.

ㅡ¡Guillermo! -Una voz familiar lo llamaba desde el interior de su propia casa.

¿Por qué nadie podía dejarlo en paz?

ㅡ¿Qué pasa? -Contestó al rato.

ㅡHay un invitado que quiere verte.

Quizás eran esas niñas nuevamente. Oh, Dios, Guillermo no estaba interesado.

ㅡ¿Quién es? Dímelo.

ㅡTendrías que verlo por ti mismo. 

Si piensan que una estúpida visita haría que sus pensamientos cambiaran, están muy equivocados. Morir era su único objetivo, actualmente.

Hasta que lo vio.

ㅡHola Guille. -Fue lo único que salieron de esos labios contrarios, llenos de miedo y tristeza.

Mierda, era él. Estaba aquí. Él. Estaba. Aquí.

ㅡN-no sé como empezar... no sé cómo te sientes y ni siquiera se qué piensas de mí.

ㅡPero quiero disculparme por lo que creo que hice mal. Se que te sientes ignorado y también pienso que piensas que te olvido -¿Cómo lo sabía? ㅡPero déjame decirte que eso no es así. ¿Me dejarías explicarte todo?

ㅡYo... no sé que decir, la verdad.

¿Por qué? Vienes y complicas mis sentimientos de nuevo. No sé si me gusta verte, no sé si estoy feliz de que hayas vuelto. No lo sé.

ㅡNada, con esto creo que me conformo. No digas nada, está bien.

Supongo que el silencio era lo mejor.

No le deseo a nadie estar en el lugar de Guillermo.

ㅡGracias Samuel, supongo. No estoy en mi mejor momento, no sé que decir. 

La verdad es que quería pasar más tiempo con él. A su lado se sentía ¿bien?

ㅡEm... bueno. creo que me voy, solo pasaba a saludarte.

ㅡ¡No! digo, recién acabas de llegar. Mi madre me compró una Play Station ¿Sabes cómo se usa? -Mintió Guillermo mientras sostenía la mano contraria.

Guillermo inventando las mejores excusas. Solo para tomar su mano, obvio.

ㅡ¡Claro! Yo también tengo una, es genial. Vamos, yo te enseño.

Normalmente lleva tiempo perdonar, pues es difícil recuperarse luego de algo malo, pero estamos hablando de dos almas que no tienen la experiencia requerida para saber de la vida. Dejémosles ser.

En medio de los videojuegos, Samuel propuso una idea de algo que ocuparía un pequeño lugar en sus corazones por el resto de sus vidas.

ㅡGuille. -Decía Samuel entre risas.

ㅡ¿Qué? -Contestaba Guille con sus ojitos achinados de tanto reír mientras comía sus gomitas. 

Samuel las había comprado, por cierto.

ㅡY si... ¿nos ponemos apodos? En plan, un apodo que usemos cuando jugamos a estos videojuegos. -Decía señalando la televisión.

ㅡEstaría super bien la verdad, el mío sería Willyrex. Lo había pensado anteriormente.

ㅡ¡Genial! el mío sería Vegetta. Nadie nos reconocería con esos nombres, son perfectos. -Se podía ver el brillo en sus ojos, hermoso.

ㅡEstoy de acuerdo, ¡me encantan!

Desearía poder perdonar tan fácilmente, confiar en que nada malo pasaría, dejarme llevar por la vida. 

ㅡWilly

¿Por qué de repente estaba serio?

ㅡ¿Sí?

ㅡ¿Qué es eso que tienes en tu brazo?

❝Miradas❞ || WIGETTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora