Era una nueva sensación y Guille no estaba seguro de qué significaba. Decidió buscarlo, como creo que la mayoría de humanos hacen.
¿Por qué me arden la mejillas cuando mi amigo me habla?
Puede que tu amigo te haya dicho algo bonito y te haya gustado.
ㅡ¿¡Qué!? ¿algo bonito? ¿que me diga que me quedaba bien la camiseta, era algo bonito? Oh vaya, creo que sí lo es.
Quizás tu amigo te dijo que te veías lindo y a tu cuerpo le haya gustado.
Menudas cosas más raras he leído hoy. Es suficiente, me voy a dormir.
Quizás no lo notaba, pues, si Samuel era muy obvio, tenía miedo de asustar a su amigo y que este lo olvide. Ojalá fuera tan fácil como ir y decir "ey, creo que me gustas".
ㅡDe todas formas, creo que fui muy lejos, no debería de haberle dicho eso.
Es que es imposible de evitar. Guillermo es tan lindo, perfecto y tiene al corazón de Samuel muriéndose por él. Debería dejar que el tiempo ponga las cosas en su lugar.
ㅡÉl es muy pequeño, no lo entendería ¿cierto?
Las emociones, difíciles de comprender, siempre vivirán con él, Samuel. Tarde o temprano tendrá que saberlo. El tiempo podría solucionarlo pero, muchas veces, solo te recuerda que jamás podrás tenerlo.ㅡ¡Hola, Guille! ¿cómo amaneciste? -Preguntaba Samuel, una vez más en la puerta de Guillermo, esperando para pasar la tarde con él.
ㅡB-bien ¿tú? -Esas palabras inquietaron a Samuel. Guille no solía estar nervioso junto a él y sonaba algo triste también.
ㅡMuy bien.
ㅡTú siempre estás bien, no sé cómo haces. -Como siempre Samuel, estaba en lo cierto.
ㅡ¿Mal día? ¿quieres que trate de alegrarlo? Está bien, lo haré.
Luego de decir esto, Samuel entró a la casa de Guillermo, lo tomó de las muñecas para que no escapase y comenzó a hacerle cosquillas. Le encantaba que sonriera, y mucho más si él era la razón de su sonrisa.
ㅡE-Está b-bien, ya para. Estaré feliz todo el día, lo prometo. -Sus mejillas dolían, su cara estaba vergonzosamente roja y Samuel lo estaba tomando de las caderas, cosa que no ayudaba mucho.
ㅡNo sabría decirte si puedo confiar en tu palabra.
ㅡQue si lo estaré, papá. -Guillermo solo bromeaba pero, Samuel no podía verlo como solo un familiar.
ㅡ¿Cómo te atreves a llamarme papá? -Contestó el mayor, ofendiéndose en broma.
ㅡSi no haces más que solo mandarme.
ㅡAhora veras tú. - Al finalizar de decir esto, Samuel no dudó y comenzó con otro ataque de cosquillas.
La tarde fue una de las mejores. Ambos se la pasaron riendo, jugando y discutiendo en broma, como siempre solían hacer. Pero esta vez, se sentía mejor, se sentía como que si estaban en el lugar correcto, con la persona correcta, aunque los sentimientos no se sintieran así.
ㅡBueno Guille, me tengo que ir. ¿Puedo volver mañana?
ㅡClaro que sí, puedes venir las veces que quieras. Te voy a extrañar hasta que llegue mañana. -Espera ¿qué?
ㅡPerfecto, te voy a extrañar también. ¡Buenas noches! Te quiero. -Contestó Samuel con un abrazo de despedida.
ㅡDescansa, yo también te quiero.
Ese "te quiero" escondía muchos secretos que ambos estaban, quizás por miedo, ocultando y esperando algún día poder revelar.
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Este capítulo es medio corto porque aquí termina el FlashBack.De aquí en adelante comenzará la historia de Samu Y Guille un poco más adultos, donde quizás pasarán cosas que te pueden interesar 7u7 o quizás no, quién sabe \/^-^\/