ㅡTu ¿qué? -Preguntaba Guillermo con sus ojos bien abiertos, no podía creer lo que estaba escuchando.
ㅡLo que escuchaste, no te hagas.
ㅡCreo que ya lo sabías Samuel, pero a mí me gustan las chicas. De hecho, actualmente estoy saliendo con una.
Era inútil intentar, si de todas formas, él ya sabía que iba a ser rechazado. Justo como el cuchillo que atravesaba sus muñecas día a día, dolía pero no se sentía.
ㅡQue estúpido fui al preguntarte esto. -Contestó Samuel riendo a carcajadas.
ㅡDa igual ¿no?
Claro. Da igual estar todos los días con la persona que más amas y esta no siente lo mismo que tú. Da igual porque con una falsa sonrisa puedes fingir que no te duele. Ver a Guillermo todos los días, siendo adorable como él era, era una tortura que podría volver loco a Samuel.
Estos sentimientos no dan igual, entiéndelo de una vez Guillermo.
Samuel estaba con todas sus esperanzas perdidas. No había propósito para vivir. Quería estar solo una vez más.
ㅡSamuel, abre la puerta por favor. -Suplicaba Guillermo tras la puerta de la habitación donde se encontraba Samuel. Él solo había corrido hacia ahí.
ㅡSamuel
ㅡSamu, por favor.
Samuel creía que nació para no ser amado. Quizás lo exageró un poco pero cargar con todas sus responsabilidades era demasiado.
ㅡSamuel, contesta por favor.
Ese día fue, posiblemente, uno de los peores.
ㅡ¿Hice algo malo para que te encierres así?
Guillermo tan inocente como siempre. No tenía idea de lo que había hecho.
ㅡSi hice algo mal, dímelo.
Samuel ya se despedirá de él. Algún día, pero lo hará. Desaparecerá de este mundo tan fácil como había venido.
ㅡ¿Podemos ser amigos aún así?
Ser amigos empeoraría las cosas, Guillermo. Ojalá entendieras que tan difícil e injusto es enamorarse de ti.
ㅡSamuel, dime que te pasa.
Samuel nunca tuvo motivaciones o propósitos para vivir. No le importaba si estaba vivo o muerto porque eso no cambiaría mucho las cosas. Creyó que luego de conocer a Guillermo, su vida mejoraría y tomaría un rumbo diferente, pero nunca se imaginó enamorarse perdidamente de él. La triste y cruda realidad es que, ellos solo eran amigos y eso no parecía querer cambiar.
Él sabía que ambos no compartían los mismos gustos, por lo que llevaban una vida diferente y no podía hacer nada por eso. No podía cambiar la vida de alguien más pero ¿cómo Guillermo podía cambiar tanto su vida hasta el punto de perderlo en sus pensamientos? ¿Por qué era tan malditamente débil por él? De todas formas, Guillermo no se enteraba de nada y seguía con su vida.
Samuel trató de hacer todo lo posible para que su pequeño niño no sufra y sea el más feliz de todos. Con él, sin él, le daba igual. A estas alturas le daba completamente igual. Él ya trataba de olvidar todo de Guillermo. Su número, sus fotos, su dirección, todo. Le costaría aún más si seguía mirando estas todos los días.
Dolía y mucho pero ellos eran oficialmente desconocidos.