Durante esos primeros días sin verse, Guillermo hablaba por teléfono con Samuel todos los días y, de hecho, era bastante interesante saber lo que hacía Samuel en otra ciudad.
Pero después de un mes, todo cambió. Las inseguridades comenzaron a aparecer y ya no se hablaban. Ni siquiera para un 'buenos días' o un 'buenas noches'.
Es difícil saber qué está haciendo una persona cuando está lejos de ti.
La razón era bastante simple y tonta, digna de un niño: Guillermo estaba cansado de siempre tener que escuchar a Samuel diciendo "nos vemos Guille, tengo que ir a dormir. Mañana me espera un importante día de estudio".
Todas las malditas noches era igual.
Que más importante que hablar con tu mejor amigo -pensaba la infantil mente de Guillermo.
ㅤㅤㅤㅤㅤ
Por otro lado, estaba Samuel, quien mentía por como se encontraba de verdad. Siempre decía: "Estoy muy bien Guille, gracias por preguntar" o un "nos vemos Guille, me espera un día de estudio" cuando en realidad solo se quedaba hasta tarde llorando en su habitación.
El porqué es bastante duro de admitir. En el nuevo colegio de Samuel, se encontraban los profesores más estrictos de todo el país. Era bastante normal escuchar que estos desmotivaban a los alumnos bastante seguido y Samuel no era la excepción.
"Si estás aquí, deberías acostumbrarte, pues todos los médicos lo hacen".
Hacer feliz a la familia a veces tiene sus consecuencias.
Recordó las palabras de Guille "La vida es más divertida jugando a que estudiando". Pero jugar no nos ayudará a sobrevivir, por más que quisiéramos. Y rendirse no es una opción.
No sería tan difícil, ¿cierto?
ㅤㅤㅤㅤㅤ
Guille cumplía años en estos días sin Samuel y fue una de sus peores experiencias, la pasó súper mal.
No quiso comer pastel ni sacarse fotografías. ¿Cuál era el punto si no estaba siendo feliz?
Se extrañaban y eso se podía ver desde lejos.
Lo único que los mantenía vivos -si se podría decir vivos- eran esas preciosas pulseras que Guille compró.