Samuel estaba actuando muy raro. Algunos días no contestaba y en otras ocasiones, como la ocurrida el sábado, era todo lo contrario. Guillermo estaba mucho más confundido, pues no sabía que significaba todo esto.
Aún así, necesitaba ayuda con un trabajo y decidió ir a su casa.
ㅡHola Samu, estoy aquí p-para que me ayudes con un t-trabajo de matemáticas.Guillermo tenía la posibilidad de estudiar con profesores capacitados pero no quería. Él amaba escuchar a Samuel hablar, le gustaba poder estar con él y que le hablara solo a él. Por eso no quería otros profesores. ¿Por qué hacerlo si tenía la posibilidad de que Samuel le enseñara?
ㅡUn momento, ya voy...
Creo que Guillermo había llegado en un mal momento. Samuel parecía ocupado.
ㅡ¿Qué estabas viendo? -Al parecer no era nada, él estaba solo en la mesa con su computador apagado.
ㅡUna serie que no da en televisión.
En realidad no era así. Samuel estaba viendo las fotos que se había sacado con él, soñando con algún día tener más.
ㅡY dime, ¿qué no entiendes? -Preguntaba Samuel prendiendo su computador nuevamente.
ㅡTe seré sincero y te diré que nada. -Contestó Guillermo honestamente.
ㅡCómo siempre, tú nunca entiendes nada.
Creo que hoy era uno de esos días otra vez.
ㅡMe estás llamand-.
ㅡYo nunca dije nada. -Contestó Samuel sin dejarlo terminar.
ㅡE-está bien.
Guillermo no estaba para nada cómodo con la situación. Quería pasar un buen momento con su amigo y que le ayudase con su trabajo pero al parecer este no quería. O eso daba a entender.
ㅡSamuel ¿qué te pasa? Si quieres me voy, no tengo problema. -Trató de decir, ya cansado con la actitud de su amigo.
ㅡShhh, calla no me pasa nada y sígueme por favor. -Dijo Samuel, intentando tomar su mano y evitar que haga preguntas.
ㅡ¿A dónde?
ㅡNo hagas más preguntas por favor.
Samuel intentó guiarle por un pasillo que daba a otra habitación de su pequeño departamento pero Guillermo no quería ir.
ㅡCómo quieres que no haga preguntas si haces todo esto ¿eh? ¿piensas que vivo en tu mente y sé todo lo que piensas?
Quizás Guillermo no sabía todo lo que pensaba pero, de hecho, sí. Vivía en la mente de Samuel todo el día.
ㅡGuille...
ㅡDime ya ¿quieres? -Guillermo no parecía tener mucha paciencia.
ㅡQue impaciente eres mi niño.
¿Su niño? Sonaba bien. Muy bien.
ㅡDurante todo este tiempo me detuve a pensar qué voy a hacer de mi vida estos próximos años. -Tomó aire para después continuar. ㅡNo sé qué me deparará el destino pero hay una cosa que me gustaría decirte antes de que algo peor me suceda.
ㅡProbablemente no lo entenderías. Traté de buscar las palabras correctas para explicártelo pero no las hay. -Samuel sentía como lágrimas amenazaban con salir de sus ojos. ㅡY no sé cómo ni cuándo ocurrió pero de repente ya no puedo verte como un simple amigo.
ㅡ¿Qué? ¿cómo Samuel? ¿no quieres ser mi amigo? Nunca lo fuiste, lo sabía eres un idiot-.
ㅡNo, mi niño. No en ese aspecto, sino que quiero algo más. Me gustaría que intentáramos algo más.
ㅡ¿Cómo? ¿algo más? ¿estás seguro de lo que estás diciendo? -Guillermo parecía no comprender la situación que, era bastante obvia, de hecho.
ㅡSi, algo más. Sabía que no lo entenderías.
ㅡYa, dímelo bien, por favor. -Ordenó Guillermo cruzado de brazos. Se veía bastante más tierno cuando se mostraba impaciente.
Samuel sentía todos los nervios recorrer su cuerpo. Finalmente se lo diría. Esperó este momento durante varios meses y no estaba preparado para escuchar la respuesta pero con solo decirlo sentía que se liberaba de una gran, gran carga que vivió con él estos últimos días.
ㅡQuiero que seas mi novio.