Hermione cantaba a pleno pulmón mientras cruzaba el salón en dirección a la cocina. Se acababa de duchar y se estaba secando el pelo con una toalla. Desafinó en medio de una nota cuando vio a Harry. Él levantó la vista del libro que sostenía en su regazo.
—Has vuelto pronto a casa —dijo Hermione sin necesidad.
—¿Qué has hecho con el dinero? —preguntó Harry con una sonrisa.
—¿Qué dinero?
—El dinero para las clases de canto.
—Muy gracioso —Hermione hizo una mueca—. Me lo gasté en el mismo sitio en que tú te gastaste las clases de baile, Potter.
Harry vestía pantalones cortos blancos y una camiseta raída por el tiempo. Se había cambiado mientras ella se duchaba y había colocado la ropa de trabajo sobre la mesa de la entrada. Todo estaba tirado de cualquier manera y los calcetines colgaban de una de las lámparas.
—Cierro la puerta del baño cuando me ducho —dijo Hermione—. Podías haberte cambiado en la habitación.
—Sí, claro —dijo Harry secamente.
Su vista se detuvo en la camiseta de algodón algo húmeda de Hermione y luego volvió a mirarla a la cara. Estaban sufriendo una ola de calor. Tan solo soportaba un vestido de algodón muy fresco y la ropa interior.
—¿Qué significa eso?
—Tienes razón. Podía haber entrado, pero no lo he hecho —dijo Harry—. Por cierto, te ha llamado Parvati Patil. Espera tu respuesta.
Hermione recogió la ropa de Harry tirada por el salón y se quedó de pie con el montón entre sus brazos. La camisa olía tan bien que sintió el impulso de hundir la cara entre la ropa. Harry estaba sudando y ella pensó que lo estaba perdiendo.
—Gracias. Llamaré mañana.
Hermione volvió a la habitación y tiró la ropa de Harry en el cesto. Harry elevó la voz para hacerse oír desde el salón.
—¿No echas de menos a tus amigos? —preguntó.
—Hablo con ellos casi a diario por teléfono, Harry —dijo al volver al salón, agradecida por sentir el frescor de su pelo húmedo—. Y eso es más de lo hablábamos cuando estaba encerrada allí. La distancia nos ha unido.
—Sí, pero ¿no había una persona especial?
Hermione lo miró con cierto disgusto. Había algo que no comprendía.
—Parvati y Padma han sido mis mejores amigas desde el colegio —recordó Hermione.
—Me refiero a un hombre.
—No —Hermione se hundió en el sofá, dobló las piernas, colocó un cojín a la altura de la espalda y agarró un ejemplar de una revista para esconderse tras él.
Sacudió la cabeza para sentir la leve brisa sobre la nuca. Harry la miraba fijamente y sus ojos brillaban con deseo. Se aclaró la garganta.
—He pensado que quizá necesitarías un coche —apuntó Harry—. Un modelo japonés, pequeño y fácil de aparcar, para moverte por la ciudad.
—No creo que necesite un coche —negó Hermione—. Si quiero ir a alguna parte, no tengo más que tomar un taxi, ¿no te parece?
—Siempre puedes llevarte el Jaguar —ofreció y miró a Hermione de arriba abajo—. ¿Sales esta noche?
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LECCIONES DE SEDUCCIÓN
FanfictionAdaptación Harmonie del libro Seducing Mr. Right. Cuando una persona que quieres te pide algo.... ¿Cómo puedes decirle que no ? . . #4 Hermione