—Y entonces llegó su decimoséptimo cumpleaños —dijo Ron mientras daba otro bocado a su sándwich y evitaba que una gota cayera sobre su bota.
—No quiero hablar de eso, Ron —dijo Harry con tono sombrío.
—Tú la besaste y ella vomitó —continuó Ron ajeno a la amenaza—. Fin de la historia. Ahora está muy crecida y dudo que vomite si un hombre la besa, pero ¿quién sabe? ¿Por qué arriesgarte a juntarla con un amigo? Seguro que lo entiende si le dices que se largue. Al fin y al cabo, así ha sido siempre. Todo el mundo en su vida ha terminado por abandonarla de un modo u otro. ¿Por qué tendrías que ser diferente?
Harry cerró los ojos. Ron solo conocía parte de la historia. La realidad era que aquella noche había permitido que su pasión se desbordase y había asustado a Hermione. Ella había necesitado un hermano y se había encontrado un pulpo baboso demasiado fogoso para ella. Era normal que se hubiera sentido asqueada, decepcionada y avergonzada. Harry miró a Ron, que parecía complacido con el recuerdo de aquel incidente y sonreía.
—Ya ha pasado tiempo más que suficiente para que haya recuperado la confianza en mí —señaló Harry.
El dolor que le había causado a Hermione en aquella ocasión todavía lo torturaba. Nunca habían hablado de aquella noche, pero el recuerdo acechaba como un fantasma del pasado. Había jurado que se convertiría en su hermano, su protector, su héroe. En otras palabras, sería para Hermione lo que ella pidiera.
—Tengo mucho en qué pensar —dijo—. No quiero fastidiarlo esta vez.
Harry tiró a la caja de cartón que usaban de papelera su bocadillo, todavía sin abrir. Tenía ganas de pasear, pero requería mucho esfuerzo. Se quedó apoyado sobre la encimera de la cocina.
—¿Has traído cerveza? —metió la mano en la nevera y sacó dos latas—. ¡Mione! Date prisa.
Tendió una lata a Ron. Esperó la respuesta de Hermione, pero después de un segundo abrió la cerveza y bebió con avidez.
—Si quiere que la ayude a encontrar marido, lo haré. Entre los dos seguro que conocemos a un centenar de posibles candidatos. No puede ser tan difícil.
—¿Quieres apostar? —preguntó Ron con la mirada en el techo—. ¿Compromiso o boda?
Buscó otro sándwich. Harry entrecerró los ojos. Odiaba esa situación.
—Boda, supongo.
—Cuatro meses.
—Seis. ¿Qué apostamos?
—El que pierda beberá leche en mi zapatilla de gimnasia —propuso Ron.
—¡Esto es serio, Ron! —dijo Harry—. Se trata de Mione.
—Entiendo. Una apuesta a lo grande —se frotó la barbilla—. Un viaje pagado para dos personas a Las Vegas.
Se dieron la mano y la apuesta quedó sellada.
—Estoy orgullosa de anunciar que la cisterna del baño principal funciona —dijo Hermione a los presentes.
Tropezó al entrar en la cocina, se le doblaron las rodillas y se quedó sentada en el suelo tras un golpe sordo.
—La primera tarea de... —Harry se paró en seco al volverse hacia ella desde la ventana—. Tienes un aspecto lamentable. ¿Qué ha ocurrido?
—Tu cuarto de baño me ha puesto enferma.
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LECCIONES DE SEDUCCIÓN
FanfictionAdaptación Harmonie del libro Seducing Mr. Right. Cuando una persona que quieres te pide algo.... ¿Cómo puedes decirle que no ? . . #4 Hermione