Capítulo 17

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Gracias a todos  ... ya llegamos a los 1K de lecturas.

Les dejo otro capitulo espero lo disfruten

Capítulo 17

—Mione, yo...

En vez de contestar, ella lo golpeó con la cadera y ambos cayeron juntos sobre la cama que tenían detrás.

Hermione prosiguió con sus apasionados besos recorriendo cada parte de su cara. Un deseo frenético y violento invadió el cuerpo de Harry. Abrazó a Hermione con fuerza y se concentró en la dulzura de sus labios, la habilidad juguetona de su lengua y la presión de su cuerpo. Intentó resistirse, pero era demasiado tarde. Jadeaba junto a la oreja de Harry. ¿Cómo podía saber que existía una conexión directa entre la oreja y su entrepierna? Preso del pánico, Harry comprendió que su cuerpo ya no obedecía las tímidas órdenes de su cerebro. Los besos, cuyo efecto era narcótico, se sucedieron. Las alarmas en su cerebro se disiparon mientras ella arqueaba su cuerpo. Quiso empujar a Hermione con sus manos fuera de su alcance, pero solo conseguía sujetarla con más fuerza. Los ojos de Hermione eran como ámbar líquido. Repetía su nombre en silencio. Volvió a sumergirse en la humedad de su boca. Harry quiso evitar sus besos, pero la lengua de Hermione se movía con destreza y voracidad. Sus caderas se movían para encontrar una posición más cómoda. Al hacerlo se le subió el vestido.

—¿Qué estás haciendo? —masculló Harry sin aire.

Hermione deslizó la mano por el torso de Harry y le arrancó la camisa fuera de los pantalones vaqueros. El pelo formaba una especie de arco que los enmarcaba a los dos y mantenía a Harry contra la cama gracias a su posición dominante. Sus ojos brillaban como el ámbar y lo miraban fijamente.

—¿Sabes una cosa? —susurró Hermione y le mordisqueó el labio—. Hablas demasiado.

Lo sujetó por el pelo con una mano mientras lo desnudaba con la otra. Harry sintió que se le nublaba la vista con cada nuevo beso. Destilaban deseo, ansiedad y pasión. Sentía el aliento cálido de Hermione dentro de su boca. Era una sensación tan agradable que resultaba dolorosa. Todo su cuerpo sentía el efecto de la adicción y ardía, pero tenía que ser sensato. Cerró los dedos sobre sus brazos y la empujó. Pero al segundo estaba acariciando su piel de seda.

—No sabes lo que estás haciendo —dijo Harry.

—Mejoraré con la práctica —asumió Hermione, que no había entendido el sentido—. Soy una mujer, Harry. Sé perfectamente lo que quiero.

Era una persona curiosa e inquieta. El pulso de Harry se aceleró al ver la firme determinación en la mirada lasciva de Hermione. Harry gimió al comprender que era el elegido porque nunca le haría daño.

—No, espera un momento. Mione, espera...

Harry recordó que era virgen. Esa era una razón de peso para parar aquella locura. Tenía que detener el curso de los acontecimientos con delicadeza. Intentó separar sus cuerpos. Tenía que encontrar una buena razón.

—¡Mione! ¿No crees que deberíamos hablar de esto?

—¡Oh, Harry! Hueles tan bien.

Dejó escapar un gemido primario al sentir un lametón, suave y húmedo, sobre su pezón. Procuró no reaccionar, pero hacía semanas que soñaba con ese momento. Incluso décadas. Luchó contra sus instintos. Pero perdió la batalla.

—¿Estás segura?

—Por favor, hazme el amor —suplicó Hermione.

Giraron sobre la cama, Harry se volcó sobre ella y la besó. Hermione sintió un zumbido que atravesó su cuerpo como alcohol de quemar. Mientras Harry se afanaba en mostrar las habilidades de su boca, bajó el vestido de Hermione hasta dejar libres sus pechos. Su mirada resplandeció cuando descubrió el sostén sin tirantes de satén.

LECCIONES DE SEDUCCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora