Capitulo1- Pesadillas.

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Creí que mis pesadillas de niña pequeña habían terminado, pero ciertamente no. Seguía en una muy grandre y pensé que lo había dejado atrás y que mi nueva vida lo solucionaría con el tiempo y es que no bastaba con que se solucionaría sólo. Volví a mi realidad, a la que hace dos dias me encontraba en California después de dejar atrás todo lo que me rodeaba. Sentía un vacío enorme cuando me fui y lo sigo teniendo. Tenía todo con cuanto había soñado pero aprendí con el tiempo es que si no tienes lo que más quieres no sirve nada. Al principio creí adaptarme a esta mierda, pero no, verdaderamente no lo he hecho. Extraño lo que algún día, y sobre todo a mi padre y mis hermanos eso fue lo que se me hizo más raro dejar atrás.

Ahora vivía en una mansión con un padrastro malgastaba su dinero en cosas innecesarias y con un estúpido, Nickolas su sobrino imbécil que se cree todo en cuanto poseia su tío. Y aunque mi madre se veía feliz con aquel hombre como nunca lo había echo, yo no estaba conforme, odiaba esta vida y eso que no llevaba ni un año viviendo con ellos. Es como si en un abrir y cerrar de ojos todo hubiese cambiado por arte de magia gracias a mi hada madrina, la cual no existía, y quería que no ocurriese. Pronto tendría que dejar de quejarme por todo lo que me daban o eso decía mi madre.

Observe detenidamente las vistas que aquel ventanal me daba, una playa esplénndida que estaba llena de gente, había de todo tipo; personas que se bañaban, jugaban, tomaban el sol o incluso dormían o merendaban, queriendo ver más me levante de aquella cama tan cómoda y arrastre mis pies hasta llegar al ventanal. Abrí sus amplias ventanas y observe con más determinación, el cielo era de un color azul amarillado debido a aquel sol que se escondía entre las nubes. Entonces mire para abajo horrorizada por la altura que me encontraba, mi mente empezó a imaginar que me caía de aquella barandilla y estrellada contra el suelo, un di un salto para atrás.

-Tu tan sencilla y horrible.- escuche a mi lado. Lo vi con su mirada puesta en mi, sus ojos azules me desconcentraron, sólo era unos centímetros los que nos separaban.

-Tu tan imbécil.- logre formular.

Lo deje bien calladito. Aún no había tenido oportunidad para presentarme como es debido, es decir, haberle partido la cara en dos a ese idiota. Me acuerdo de la primera vez que vine y aúnque suene desde hace un año no es así, es de dos días, me hizo  que tuviera miedo por aquel perro tan inútil que obedecía las normas de un capullo.

Cerré las ventana  y me dirigí a mi clouser para encontrar algún bañador de entre todos que me estuviera bien para salir a tomar un poco el sol. Tras batallas al espejo de cual me sentaba bien opte por uno de color negro sencillo, me recogí el pelo en una coleta alta, haciendo ver el tatuaje que llevaba en el cuello. Algo que me costo mucho trabajo de hacer, mamá no dejaba que me lo hiciese, pero yo rompí su regla y una noche de fiesta me lo hice. Era un nudo del ocho..significaba que aunque las cosas iban mal si las entrelazabas sería indestructibles, eso me daba fuerza. Mamá se puso loca cuando me lo vio, pero después comprendió todo. Y entonces no le importó demasiado.

Bajé las escaleras lentamente tomándome mi tiempo.
Antes de salir al amplio jardín pase por la cocina para cogerme un sándwich vegetal para comérmelo de camino. Cuando llegue podía ver las amplias palmeras y una flores hermosas de un color rojo apagado le rodeaban. Más adelante se podían distinguir las amacas y las butacas con sombrillas. Estiré mi toalla sobre una de ellas y me tire de cabeza al agua azul que se veía de buen gusto. Cuando mi piel rozó con esta se estremeció debido a lo fría que estaba, pero si te acostumbrabas se estaba bien metida dentro, como si el agua fuese una manta calentita, nadé un rato y luego me salí, secando mi piel mojada para luego tumbarse al sol con un libro entre mis manos y unas gafas de sol para que no molestarse este.

Entonces de la nada mi celebró empezó a dominar las imágenes que me vinieron a la cabeza, su cuerpo tonificado, su a gruesa y ancha espalda, su cabello alborotado, su tono moreno y sus ojos, su mirada tentadora pero desafiante, sus labios carnosos y rojos cual el vino. Era el tipo que todo mujer desearía tener y que a todo hombre desafiaria, era arrogante, querían que los de su alrededor bajarsen a sus pies como si nada, hasta la chicas las tenía haciendo cola, pero sin embargo el las utilizaba para tenerla una sola noche y después si te a visto no te conoce. Era irresistible  verlo, pero tipos como él me la sudaban, no iba a dejar que un imbecil como Nickolas dejará de ser más que yo, ni mucho menos.

-Pero ¿quien esta aquí?– habló una voz muy conocida a los espaldas. Venía con dos amigos más, uno era alto con ojos verdes y moreno con un montón de tatuajes por todos lados y era atractivo. El segundo a la derecha era un poco más bajo que Nick y su otro compañero, este era rubio con los ojos cafés y el tono de su piel era de color moreno aceituna, sus músculos se veían hasta de lejos.

Tierra tragarme, o hazme bolita.

-Pues al final va a ser verdad eso que esta cañera, eh Nick.- dijo el rubio.

Idiota-pensé.

Nick río a su paso.

-¿Qué hay guapita?– dijo el rubio mientras se sentaba a mi lado y el otro a su lado opuesto.

- Nada rubio.-  dije mientras me levantaba. Este echo un vistazo a Nick y sonrió.

-Pequeña no te vallas lo vamos a pasar muy bien juntos..– se acercó mientras me levantaba dispuesta a irme.

- Oh claro que no, estúpido.- entonces gire a su alrededor y antes de que diera un pasó me cogió.- Sueltame imbécil.- grite.

Y se tiro al agua conmigo en sus brazos, cuando salí cabreada de aquella piscina les lance una mirada de querer asesinarlos, pero pobres.

-Te queda bien tu vestidito pegado a tu cuerpo.- río Nick.

Quien ríe último, ríe mejor pequeño.

Me gire y les sacaque el dedo corazón, a esos malnacidos.

¡Idiota Tequiero!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora