Capitulo 14

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Zoe.

Estaba en el parque, os preguntareis que haceia aqui, ¿verdad? Bueno os explico. Después de que Alex me dejara en casa recibí un mensaje de Marck, si ese mismo, pidiendome que fuese a verlo, quería arreglar las cosas. No, en verdad no quería ir, pero prefería ir antes de entrar. Tal vez su excusa era buena y como siempre me la tragaría. Me senté en un banco a esperarlo pero no fue por mucho
ya que pasados unos minutos ví aparcar un coche, y sin girar la cabeza supe que era él.

-Hola preciosa.- me dijo con un tono suave mientras me daba un abrazo por detras.

- Hola.- respondí seca.

- Oye, sé que lo hice mal, pero no sé que pasó por mi mente ¿vale? Te puedo demostrar que puedo ser mejor. Te lo juro. Dame otra oportunidad y lo veras.- me miró a los ojos y con su dedo tocó mi barbilla para levantarla.

- Estoy cansada, ¿no lo entiendes? - Le quité su mano de mí.

- Lo siento, ya te lo he dicho. Perdoname, será la ultima.- siguió suplicando.

- Siempre dices lo mismo.- lo dije con sinceridad, estaba cansada de sus cambios o de sus arrebatos, estaba cansada de todo en general.

-¿Podemos..intentarlo?- preguntó.

- ¿Por qué no? - Tal vez estaba cometiendo un gran error, pero fue lo que dije.

- Gracias.- me sostuvo la mirada para después dar paso al apasionado beso que dejó en mis labios.- Ven, subete conmigo.

- ¿Crees que somos unos niños?- le sonreí.

- Todos tenemos un lado que nunca hemos dejado.-respondío y me extendió la mano para levantarme.

Había un tobogan frente a nosotros, Marck subió tan rápido que casi no lo ví y luego subí yo. Me esperaba con los brazos en jarra y sonriendo. Esa sonrisa. Poco la había visto, pero se veia tan feliz que ni siquiera podía de dejar de pensar lo hermoso que se veía con ella.

– Me tiraré yo primero y luego tú, te esperare abajo no seas tan lenta.- hizo una mueca de aburrido y luego se tiró.- Venga ¿a qué esperas?

- Voy.- Le respondí entre risas.

Me coloqué bien el vestido que habia elegido para ponermelo, y me senté para tirarme.

- Espera.- sacó su móvil.- Voy a hacerte una foto, te ves hermosa.

- ¿Cómo? ¿Con vestido? ¿Estás loco?- me ruborice, era la primera vez que me hacía una foto.

- Hey, tranquila. Será para mí y nadie más. - Me aseguro.

Me acomodé el vestido pero Marck la echo justamente cuando no quería, me aseguro por cuarta o quinta vez que no iba a pasar nada y que me tranquilizasé. Luego de pasar un rato con él, me llevó a casa, ya que era tarde y mama estaría estérica si no llegaba pronto.

- ¿Me daras un beso de buenas noches?- preguntó desde su asiento.

- Como no.- me acerqué y deje un pequeño beso en sus labios.

- Adios pequeña.- se despidio de mí.

- Adios, Marck.- me despedí.

Cuando se ponía en ese plan era hermoso verlo, tal vez lo estaba haciendo mal, pero desde que entré en el instituto  fue el único que se acercó a mí, aparte de Hannah, mi mejor amiga, pero de eso lo hablaremos más tarde. Todavía recuerdo cuando me perseguia por los pasillos o cuando investigaba en que clase me tocaba para ir a buscarme y chocarse conmigo y luego fingir esperar a alguien, después se venía conmigo y así durante hace poco de unas semanas.

Introducí la llave en la cerradura y abrí la puerta. En la entrada estaba Nick muy serio, y al verme se asusto demasiado, y supe perfectamente por lo que era. Todo lo que hicé fue bajar la vista y no mirarle a los ojos. Le había mentido y ahora tendría que hacerlo otra vez, y no se lo merecía, ya que él me abrió y se mostro tal y como es.

- Zoe...¿qué a pasado?- me cogió del brazo.

- Nada, solo ha sido un golpe con la puerta, nada más, tranquilo.- seguí con la mirada baja.

- No me muentas por favor, estas rara y me duele, sé que pasa algo y ojala que no sea tarde cuando lo sepa.- me levantó la cara para hacerme mirarlo.

- No, no pasa nada.- mentí.- Buenas noches Nick.

- Buenas noches Zoé.- se despidio en un tono muy bajo y entristecido que tocó mi alma desnuda.

Subí a mi habitación, me cambie como de costumbre y me tendí sobre mi cama. Pude pensar con claridad en Alex pero no pude dormir en toda la noche.

Sonó el despertador, como siempre. Lo apagué ya que estaba despierta, no sé porque razón no pude dormir. Me dirigí al lavabo, refresqué mi cara, enjuagué mis dientes y me hize una coleta alta. Luego me puese ropa cómoda y preparé mi mochila. Bajé las escaleras tomandome mi tiempo. Mama estaba en la cocina preparandome el desayuno junto con Williams y Nick sentados en la mesa.

- Buenos días hija. ¿Cómo pasastes la noche?- sonrió.

- Bien.- fui cortante.

Me senté con ellos en la mesa a esperar que mama trajiese el desayuno, una vez servido se sentó a mi lado. Me echó café en la taza y cuando me dispuse a cogerla mi mirada se desvió al tubo que había a su lado. Pastillas. Lo sostuve en mi mano para luego mirar a mi madre.

-¿Qué es esto?- miré a mi madre enfadada.

- El doctor lo recetó, dijo que te ayudaría, bueno con todo esto.- pudé ver como jugueteaba con sus manos bajo la mesa, pero no le tomé suma importancia.

- Me voy, llego tarde.- deje el botecito en la mesa y me marché sin más.

Caminé hasta llegar al instituto. Me pregunté el porque de todo esto. Porque mama y papa, porque este mundo y yo. Tal vez muchos no me entiendas y espero que no lo hagan ya que nunca sabrán lo que es ser yo y mi inociencia.

Paseaba por los pasillos despistada, entre la multituz. Con la mirada buscaba a alguien y no sabía si ese alguien era Marck o era Alex. Tenía que borrar a Alex de mi mente, tarde o temprano se marcharía de mi vida. Me dirigí hacia mi casillero, deposité los libros que no usaría y me dirigí a clase.

¡Idiota Tequiero!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora