Capítulo 3

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Zoé.

Después de la pequeña broma de mal gusto que le gaste a Nick no lo volví a ver en todo lo que había de semana y lo agradecí, era molesto tener que ser una borde y responderle mal  pero de cierta forma me gustaba ponerle de los nervios y ver como se frustrada. Estaba recostada en la cama con un libro en la mano, era de la saga "Hush hush" y aunque me lo había leído como trescientas veces sin exagerar, lo leí otra vez. Su amor era imposible pero tras luchar por ello  y lo consiguieron.

Después de eso fui a tomarme un baño relajante y al salir de mi habitación y ponerme cómoda pude ver a mamá discutir con William en la cocina, pegue el oído a la puerta para escucharles.

-No se lo puedo decir...no esta preparada para sufrir y no quiero que lo haga...- decía mama entrecortadamente.

- Pero es lo mejor, si quieres podemos esperar una o dos semanas pero tarde o temprano se enterara y no podrás esconderse nada.- dijo Will.

La puerta de la entrada se abrió dejándome ver a un Nick completamente distinto, iba despeinado pero con aire de "aquí llegó el macho" y bien arreglado con su traje de corbata. Intente disimular concentrándose en ver unas figuritas y cuando quise darme cuenta me encontraba en el suelo.

-¿Que haces en el suelo?- pregunto mientras sonreía, era hermoso cuando echaba esa sonrisa.

- Amo el suelo, le estoy dando cariño.- me di una palmada imaginaria en mi cara.

Bien Zoé ahora se reirá de ti y te lo echará en cara, mierda.

-Creo que el suelo no te querrá con lo fea que eres.- echo por su bocaza.

- ¿Te has mirado tu? Porque pareces una rana en celo.- reí por lo bajo, empecé a tener mareos y poco a poco mi vista se nublaba.

Entonces me toque donde más dolía y pude notar la sangre bombeando en mi cerebro, fije mi vista en mi mano y pude ver la sangre en ella. Nick fijo sus ojos en mi mano ensangrentada y abrió sus ojos tanto que pude ver sus pupilas. Me ayudó a levantarme para luego salir la puerta cogida en sus brazos.

Desperté en una cama blanca con las muñecas atadas y los tobillos, eso empedia que me moviera. Un hombre canoso entró por la puerta, debería tener una cincuenta, era bajito con los ojos negros y gordo, con un aspecto horrible ya que sus arrugas estaban por toda su cara, era feo y tenía cara de amargado.

- Zoé, tenemos que examinar tu zona baja.- dijo con una sonrisa amplia.

- ¿A que se refiere doctor?- contesté confusa.

- A esa zona.- señaló a mis partes.

Entonces me puse tensa y empecé a tener miedo. El viejo repeloso se acercó a mi subiendo mi bata y yo cerraba los ojos mientras lloraba y gritaba.

-No hagamos esto por las fuerzas porque no sera placentero para los dos .- fijo en un tono serio.

-¡Déjame por favor, ayuda, socorro, Nick!- su nombre sonó desesperado.

Desperté agitada y llorando, estaba caliente y todo el cuerpo me temblaba, había entrado en pánico y entonces pude notar unos ojos en mi, Nick me miraba pálido, no se si era porque había gritado su nombre o por como me había levantado. Sus ojos se encontraron con los míos y los quite rapidamente.
Me volví a tumbar en aquella cama dura tapándose con la fina sabana que me cubría y me di la vuelta a contemplar la ventana. Un rato después vino mi madre y pude notar su cara pálida y con ojeras, se acercó a mi y me lleno de besos.

- Gracias Nick.- dijo mamá echándole una sonrisa, él sólo asintió con la cabeza y luego me miró con preocupación.- Siempre tan torpe cariño.

-Así es como me creaste, no tengo la culpa mamá.- reí.

- Oye esta noche deberás arreglarse tenemos cena importante, el médico dijo que no es nada y que podrás salir de aqui con cabeza y pies.- se sentó en la silla de enfrente.

Matame Huston.

Me abrí la cabeza y ya sólo pensaba en esa estúpida cena que teníamos, no quise discutir con ella por lo que acepte sin rechistar lo más mínimo. El médico llegó y me echo un vistazo y luego dejó que me marchará a casa pero me recetó unas pastillas para el dolor de cabeza, con suerte no era nada grave y sólo me tuvieron que dar tres o cuatro puntos nada más.

Cuando lleguemos a casa salí como por así decirlo corriendo a mi habitación y me recoate un raro.

El despertador sonó y amortizada lo tire al suelo, para luego levantarme y meterme debajo del agua caliente. Masajee mi cabeza y acaricie con el shampoo para quitarme la suciedad a hospital. Después de la última vez que estuve en un hospital la lie demasiado insultando a todos los médicos que intentaban inyectame algo para tranquilizarme, por aquel entonces papá y mamá estaban juntos pero eso era pasado.

Después de darme la ducha más larga de toda mi vida seque mi pelo y me dirigí al clouser para elegir un vestido, había varios con etiqueta, pero yo elegí tres. El primero era rojo con volantes y ajustado, el segundo era de color blanco con encaje y liso y el tercero negro era ajustado con la espalda descubierta y con encaje, me decidí por el tercero con unos tacones de unos 10cm de alto. Baje dándome el lujo de ser la segunda después de mamá y Will, entonces los dos me mKeaton sorprendidos y sonrieron.

-Estas preciosa.- dijo William con una sonrisa.

- Si es verdad hija, te ves perfecta.- dijo mamá.

¡Idiota Tequiero!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora