-Cathie, nos quedaremos en el palacio del norte tres días, John me dijo que seremos sus invitados de honor.
-Entonces empacaremos de inmediato. Quiero viajar con mis doncellas de compañía ¿te importaría?
-En lo absoluto, sólo si nos dan la privacidad suficiente-me guiñó el ojo
-Claro, Henry.
-¿La boda de John Wolfyer?-preguntó Aylin, pues eran más que mis doncellas, mis amigas.
-¿Wolfyer? ¿John? Pero si ustedes jugaban de pequeños. ¡Vaya! Recuerdo que venía con uno de sus hermanos, el príncipe Ethan.-rió
-¿No era mayor que tú Juliana?
-Un poco Sam. Pero ningún heredero aspira a casarse con una simple doncella
-Sólo ilusiones rotas-suspiró Ailyn
-¡Bueno! ¡Hora de viajar! ¡Vean el lado bueno! Los hombres de la corte son nobles que morirían por casarse con ustedes. ¡Después preocúpense de eso, tenemos que ir a una boda!
-¿desde cuando estás tan entusiasmada por viajar al norte?-preguntó Juliana al subir en el carro
-Desde...-suspiré-que tenemos alianzas que no debemos de romper, quiero lo mejor para el reino.
-espero que no te haya molestado no caber todos en un mismo carro. Tus doncellas van en el otro carro-explicó Henry-Yo, sé que estás tal vez un poco molesta, yo no quería besarte de esa manera, bueno sí, pero, digo no, no quería ser tan atrevido-comenzó a tartamudear
-Henry-puse mi mano sobre la suya-Seremos los reyes algún día, seremos esposos y dirigiremos un gran reino.
Las llanuras se asomaban en mi ventana mientras íbamos avanzando, los pinos impregnaban todo a nuestro paso. La ventisca era fría pero reconfortante.
-Henry, dame tiempo para conocerte mejor, no estoy tan segura aún.
-¿De ser reina?
-De que reines a mi lado mejor dicho.
El silencio habitó entre nosotros por varias horas hasta que decidí comenzar de nuevo.
-El viento aquí es frío-reí-se siente estupendo. Nunca me has hablado acerca de tu reino, ¿cómo es?
-El clima allá es un tanto loco, un día puede que llueva, al otro día neva, y otro sale el sol ardiente en las praderas. Su gente es bastante alegre a menos que los campesinos pierdan toda su siembra por el granizo-reímos-mis padres son geniales pero no son muchas las veces que pasamos juntos siempre están en otros reinos de diferentes países tratando de hacer alianzas y comercios con varios nobles. Desde pequeño estoy acostumbrado a eso.-rió amargamente-Pero estoy bien, admiro a Flynn mi tutor, me ha enseñado bastante, desde matemáticas e idiomas hasta estrategias con espadas
- ¡Eso es espectacular!
-Sí...y ¿Que hay de ti?
-¿De mí? Bueno mi madre siempre anda corrigiéndome, al parecer siempre he sido testaruda como ella dice pero sin duda cree que puedo gobernar. Política es algo de lo que me han hablado desde que tengo cinco años. Aunque los idiomas no se me dan a la perfección domino cuatro y otros cuatro estoy aprendiéndolos. Si tienes problemas con libros yo podré traducirlos-reí
Repentinamente algo tronó en la carroza y se detuv
-¿Qué fue eso?-preguntó Henry
-Puede que uno de los caballos se haya tropezado
-No lo creo, iré a ver.-salió a ver lo que pasaba
-Una de las ruedas se ha tronado por una piedra en el camino-dijo el cochero
-¿Cuánto tardará en repararla o cambiarla?
-Un día o una noche no lo sé
-Tenemos que llegar pues nos retrasaremos.
-Haré lo que pueda mi señor
-Cathie, siento decirte esto pero tendremos que acampar. Sacaré lo que se necesita para armar el campamento junto con los guardias.
-Tú quédate aquí, no hagas nada.
-¿Donde están mis amigas?
-En el carro de atrás, ellas también acamparán con nosotros.
-No quiero quedarme aquí sin hacer nada, buscaré una fuente de agua no sabemos cuántos días nos quedaremos aquí.
-Bien que te acompañen tus doncellas. No tarden.
-Tranquilo.-sonreí
-Henry es sexy-dijo Juliana
-Pero John es tan lindo, dulce y atractivo-admitió Shenna
-¿Cómo es Henry, eh Catalice?
-Es simpático-miré hacia abajo
-¡Ay por favor! Debajo de toda esa ropa se debe de esconder un irresistible torso.
-Ailyn eres asquerosa-me reí
-¡Su fuerte mentón, sus rizos rubios y sus ojos miel son como los de un ángel! ¿Cómo es que aún no le has besado?-preguntó Shenna
-De hecho...-decía
-No me digas, ¿ya lo besaste? ¿Cómo es que no nos lo has dicho eh?-me regaño Ailyn
-pues no exactamente, él me besó a mí-me sonrojé
-tu primer beso en años, ¡eso es maravilloso!
-Queremos detalles-exigió Juliana y reímos
-No lo creo-sonreí un tanto tímida.
-¡Catalice!-gritó Shenna aterrorizada
-¿qué pasa?
Un charco de sangre inundaba el suelo
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La Reina De Fuego
RomanceCatalice Eagleter, heredera al trono de las tierras del centro, poderosa y firme. John Wolfyer, heredero de la tierras del este, llega pidiendo apoyo a los Eagleter para combatir al enemigo y recuperar su reino. Pronto Catalice se dará cuenta de qu...