Cap. 22

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Kyler

Seguí golpeando sin cesar el saco de boxeo, descargando toda mi furia en cada impacto de mi puño, deseaba tanto estar golpeando a alguien de carne y hueso en lugar de a un maldito saco relleno de aserrín. Ya no sabia que hacer con su cabeza, sabia que estaba enfermo, lo se desde que cuando era pequeño me mandaron al psiquiatra por haber apuñalado a Ruth en un arranque de celos.

Sentía que papá ya no le prestaba tanta atención desde que había llegado a ella, lo había cambiado por una pequeña niña traumada, recordaba preguntarse porque no la habían devuelto al orfanato, en parte pensaba que cuando ella no estaba todo era mejor, papá jugaba mas conmigo, y también con Dan, obviamente. Aunque Dan también había parecido cambiarlo por ella.

Pero, por otra parte, Ruth le daba algo mas de luz a la casa, ella era... muy linda con mamá, papá, Dan, y hasta conmigo cuando la dejaba quedarse a mi lado, jugábamos juntos a veces, y siempre era mucho mas amable conmigo que con cualquiera de los otros, en ese momento no sabia que era un intento por conseguir el cariño que se suponía que tendría que haberle dado su hermano mayor, el sentimiento de estar a salvo.

Y había fallado.

Ese día yo había vuelto de un juego de futboll muy importante y ni papá ni mamá habían asistido para verlo, se habían quedado con ella, o eso es lo que yo había creído en ese momento, al verla en el sofá viendo una película de Disney me embargo una ira tan semejante que me creí explotar, simplemente quería hacerle daño como el que ella me había hecho a mi al robarme a mis padres y a mi hermano, tome unas tijeras de mi mochila y me acerque a ella comenzando a gritarle, ella no respondía solo me miraba con los muy abiertos y aspecto herido, cuando termine de gritarle ella se levanto e hizo un amago de querer abrazarme.

Fue como un detonante para mi.

Mi brazo se impulso hacia adelante clavando las tijeras en su estomago, su grito me dejo paralizado donde me encontraba, la puerta de entrada se abrió al tiempo que Ruth caía con una mancha roja en crecimiento en su remara rosada con brillos, no reaccione al grito de mi madre, ni cuando mi padre me tomo fuertemente por los brazos y me alejo de Ruth. No podía apartar la mirada de ella, en parte estaba muy arrepentido de haberle hecho daño, pero por otro lado pensaba; se lo merece, se lo merece. Los paramedicos llegaron al mismo tiempo que la policía.

Luego de eso estuve meses encerrado en una especie de manicomio, tenia cesiones con un psiquiatra y me medicaban, fui diagnosticado con TEI -trastorno explosivo intermitente- y al volver a casa lleve conmigo una gran variedad de pastillas que me dejaban sobre las nubes. Ruth luego de eso dejo de tratar acercarse a mi, ahora solo se alejaba de mi, con miedo.

Deje de golpear el saco y me apoye en la pared, respirando pesadamente.

Los años habían pasado y ese hecho no había cambiado mucho... o al menos no lo había hecho. Últimamente la notaba... algo como antes, como la niña que había sido antes de eso, aunque yo la alejaba, siempre.

Una parte de mi aun creía que ella mi había quitado a mis padres, una parte de mi la culpaba por el hecho de que mi padre hubiese enfermado, una parte de mi la culpaba por todo lo que había pasado, pasaba y pasaría en un futuro.

Camine con paso pesado a las duchas del gimnasio y allí me permití pensar en mi padre, lo extrañaba tanto... había sido un gran hombre, había perdonado cada mierda que había hecho, me había querido aun con lo defectuoso que era, aun siendo la basura que era.

A sus ojos, yo valía oro, era un hombre que mucho potencial, pero que aun no había descubierto como sacarlo, aunque yo sabia que en realidad el solo decía y hacia lo que todo padre debía hacer, amar a su hijo y decirle que todo estaba bien.

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