Cap. 15

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Estaba ansiosa, lo que casi causa que quemara mi cabello con la plancha, decidí no maquillarme en exceso, con un poco de sombra marrón con un poco de brillo, rimel, delineado por debajo de mi ojo y brillo labial me conforme. Me puse una falda de tiro alto hasta un poco mas de la rodilla -con un shorts debajo, obviamente- negra, un top azul que tenia un tímido escote, un cinturón negro alrededor de mi cintura, unos bolcegos negros, unos aretes azules con plateado, un collar a juego y una chaqueta que colgaba en el respaldo de mi silla.

Luego de planchar mi cabello sin quemarlo, había dejado dos pequeños mechones a ambos las de mi cara para luego, tomando un poco de mi cabello, hacer un pequeño moño* y dejar el resto de este haciendo un contraste con mi rostro.

Paseaba por la estancia nerviosa, no sabia que esperar de esto, y comenzaba a plantearme la idea de llamarle y cancelar la cita con alguna excusa estúpida.

Unos segundos después de decidirme por cancelar la cita el timbre suena, mis manos comienzan a sudar y mi estomago se revuelve. Con paso serio y relajado camine hacia la puerta tomando mi chaqueta, cuando estuve frente a la puerta me tome mi tiempo al pasar los brazos por sus correspondientes agujeros, lo estaba retrasando, lo sabia, como también sabia que toda esta fachada serena era un disfraz, en realidad quería correr.

Y no sabia si quería correr lejos de él o correr hacia él. Eso me asustaba.

Al abrir la puerta lo encontré con una sonrisa enorme y con un ramo que incluía crisantemos rojos, clematis blancos, dalias rosas, jazmines blancos y narcisos amarillos.

Parpadee sorprendida, y por un minuto no pude emitir sonido.

— Hola, bueno, debo decir que estas hermosa. Estas son para ti, no sabia cuales eran tus flores favoritas y mi hermana mayor trabaja en una florería así que ella armo el ramo, esperó que te guste.

Volví a parpadear.

— Si... Es un ramo muy hermoso, gracias. — Sonrei y lo tome, las olí un poco y ame el aroma. — Pasa, las podre en agua y nos iremos.

El entró y cerro la puerta detrás de si, fui a la cocina y llene con agua un viejo florero, coloque las flores en el y acaricie los pétalos de una dalia.

— Tengo que recordar darle las gracias a Lottie. — Hablo por detrás de mi.

Me voltee para verlo -toda mi atención había estado centrada en las flores-, llevaba un jean negro, una camisa de vestir blanca, un saco azul oscuro y unas zapatillas negras.

— Creó que no voy vestida adecuadamente. — Hice una mueca.

— Tranquila, vas muy bien. — Me sonrio y aprecie sus hoyuelos.

Controle el rubor que peleaba por extenderse por mis mejillas y camine hasta la puerta con el detrás de mi, al salir me saque la chaqueta ya que la noche no parecía estar fresca y cuando subimos al jeep de Ashton la deje en los asientos traseros.

— ¿Te gusta la comida Italiana? — Pregunto mientras encendía el motor.

— Si, ¿Vamos a un restaurante Italiano? — Pregunte mientras controlaba que mi pequeño moño siguiera intacto en su lugar, me había puesto fijador, pero no me fiaba.

— Si, una recomendación de mi padre. — Una sonrisa burlona se coloco en su rostro y soltó una pequeña risa. — Dijo que era muy bueno, espero tenga razón.

El silencio se instalo mientras Ashton conducía, me sentía incomoda, cuando hubimos avanzado ya unos kilómetros volvió a hablar.

— Hey, conservas el collar que te regale por tu cumpleaños, ¿Verdad? La rosa.

Fruncí el ceño.

— Si, esta en mi cajonera, ¿Por que? — Nunca lo había usado, pero lo había guardado porque era un hermoso collar, tenia una pequeña piedra de pedrería en el medio de la rosa y piedras mas pequeñas en algunos de los pétalos plateados, dando la impresiono de ser gotas de roció.

— Es que nunca te vi con el, pensé que lo habías tirado o regalado a otra perdona. — Rio.

Hice una mueca, que mala impresión tenia de mi.

— No podía tirarlo, es muy bonito, ademas, para ser sincera, ese día solo tu, Lía y mi hermano Dan me felicitaron, lo tome como un gran detalle el que te hayas tomado siquiera el tiempo de comprarme algo... simplemente no podía hacerlo. — Mire por la ventanilla como si lo que había dicho fuera algo sin ninguna importancia, aunque la verdad es que era algo muy importante, uno de mis secretos, por así decirlo.

Desearía decir que fue algo involuntario, que las palabras empujaron contra mis labios y solo salieron, pero en verdad yo tome la decisión de decirle, y el que me haya tomado solo 2 segundos el hacerlo me asustaba.

El jeep callo en silencio otra vez, luego, cuando llegamos a un semáforo en rojo, sentí la calidez de su mano sobre la mía, mis ojos se dirigieron hacia aquel lugar antes de ir a sus ojos.

— Gracias por conservarlo. — Sonrió y acaricio con su pulgar el reverso de mi mano.

Nos quedamos mirándonos hasta que una bocina sonó detrás nuestra, Ashton volteo su rostro y le frunció el ceño molesto al conductor del auto de detrás.

Volvió a poner sus manos tras el volante y acelero, no sin antes darme una pequeña sonrisa, yo volví a mi posición en la ventanilla para que no viera mi rostro, me había sonrojado.

Ashton

No pregunte por su madre o su padre, todo el mundo sabia de ellos. Louis Wolsey había sido un buen hombre, no llegue a conocerlo mucho ya que unos meses después de que llegara perdió la batalla contra el cáncer, su esposa, que retomo su apellido de soltera tras la muerte, Margarette Morgan se había convertido en una alcohólica y drogadicta que ya no se ocupaba de sus hijos como era debido.

Había oído a las personas decir que había días en los que Ruth ni siquiera comía para poder lograr que la pequeña Lía lo hiciera.

Decían también que Daniel, el hermano mayor de Ruth y Lía, por poco había abandonado la universidad -y su beca deportiva que tanto le había costado conseguir- solo para poder cuidar de las dos niñas. Aunque eso no había sucedido gracias a que Louis Wolsey había dejado un seguro de vida y cada mes se era enviada una pequeña parte de el para ayudar en los gastos.

Obviamente, no le diría que sabia todo aquello, ella se enojaría, o se avergonzaría, o... no lo sabia, Ruth en ocasiones era tan impredecible, era algo frustrante pero debía admitir que me encantaba.

Cuando llegamos al restaurante estacione y espere a que Ruth bajara para luego ofrecerle mi brazo, ella levanto una ceja y sonrio burlona pero tomo mi brazo de todas formas. La conduje hasta nuestra mesa y luego le corrí la silla para que ella se sentase, aun tenia una expresión divertida cuando me senté frente a ella.

No estaba seguro de cuales eran mis sentimientos por ella, pero, lo que si sabia con toda certeza, es que fuera lo que fuese cada vez se hacia mas grande, y también causaba que cada vez que Ruth me sonreía sintiera escalofríos por todo el cuerpo y la intensa necesidad de tomar su mano, acariciar su cabello, abrazarla... de tocarla.

¿A que me odian? ¡Lo siento, pero se me hizo muy largo! En unos días tendrán la segunda parte de la cita! Las adoro, tenganme paciencia.

La siguiente parte de la cita empezara contada desde Ashton, y sera así la mayor parte del capitulo.

All the love.

B.A. 

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