Capitulo 4: Curaciones.

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DEAN

Apoyando la cabeza en la puerta que da a su habitación, intento estabilizar mi respiración. Cierro los puños y siento una molestia punzante recorrer por  ellos, y puedo  sentir  gotear entre mis dedos algo de sangre caliente. Necesito componerme. Estar cabreado con Jed no tiene ningún beneficio. Ademas el hijo de puta solo hizo su trabajo, definitivamente hizo mucho más que su trabajo, pero no puedo culparlo por ello. Pero ¡Maldita  sea!  no tenía porque casi matarla a golpes. Y seguro como el infierno que yo no tenía porque golpearlo  e intentar sacar la mierda de él como lo hice. Claramente solo me traerá molestias. Y jodidos problemas no es lo que necesito en este momento, no por una puta al menos.

Necesito entrar y hacer mi parte. Necesito que esta chica confié en mí. Necesito empezar a trabajarla, y aunque el imbécil me dio una muy buena oportunidad, definitivamente no quería que las cosas fueran así. No tan pronto de cualquier forma. Pero de nuevo, no es mi jodido problema. Solo tengo que empezar a enseñarle a esta zorra lo que será su vida de ahora en adelante y concentrarme en avanzar rápido, como siempre el tiempo es dinero, y entre más pronto pueda preparar a una nueva zorrita para la venta, mejor serán mis ganancias.

Girando el pomo de la puerta entro a la habitación donde ella se encuentra. Me recibe un olor a humedad y sangre. Su cuerpo esta inerte sobre la colchoneta que le hemos puesto en esta habitación. Me acerco y me doy cuenta que no está despierta. Miro a la pared donde Jed la ato para otorgarle la paliza y puedo ver manchas de sangre por todo el lugar. Estoy consciente de que debemos limpiar este lugar. No solo por higiene, sino porque finalmente cuando traiga a otra chica no todo se debe ver tan jodido, debes hacerles entender que están en el purgatorio, no completamente en el infierno. Ayuda hacerles ver que están totalmente jodidas y a nuestra merced, pero que las cosas siempre se pueden poner pero, mucho peor.

Me pongo en cuclillas para poder mirar de cerca que tan graves son las laceraciones. Esta de espaldas a mí, y sé que los cortes son profundos, pero no lo suficiente para hacerla perder sangre de más. Algunos ya han cicatrizado así que necesito hacer la curación debida o quedaran marcas en su piel permanentes y el precio por su jodido cuerpo será menor al esperado.

Me levanto y salgo de la habitación para traer material de curación de la farmacia, asegurándome de cerrar con llave. El estúpido de Jed no puede controlarla, y lo menos que necesito es que esta pequeña perra haga otro escándalo y se gane que la maten.


***

Me molesta pensar en que tengo que curarla, finalmente no estamos de campamento, lo menos que necesito es que crea que siempre el trato será así. Me molesta que siquiera me importe lo suficiente para preocuparme por sus malditas cicatrices. Finalmente solo es otro trozo de mercancía, si tiene cicatrices o no, será lo último que a los clientes les importe. En todo caso podría excitarlos un poco más. Este es nuestro estilo de vida, no es como que podamos sentir piedad por una hija de puta más. Ajusto mis pantalones que se han puesto ligeramente incómodos en la entrepierna y bloqueo mi lujuria, sé que habrá tiempo de sobra para satisfacer mis necesidades cuando esta nueva perra este completamente rota. La mayoría siempre está más que dispuesta a dar todo o lo poco que tiene para ofrecer, con tal de sentir el contacto de alguien, una vez que su miserable existencia las ha dejado, y se dan cuenta de cómo serán sus vidas de ahora en adelante.

La Captura de AlderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora