Capítulo tres.

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DULCES SUEÑOS●

El aire fresco que entraba por las ventanas servía para terminar de acunar a sus compañeras, todo era silencio, y dos de las tres chicas que allí estaban dormían plácidamente.
Pero, ¿Qué pasaba con la delgada castaña que por miedo a la oscuridad estaba bajo la ventana? Daban las cuatro de la madrugada, y ya estaba mucho más calmada. Tres horas antes había tenido que salir al pasillo para que sus sollozos no despertaran a Paige y Aya, había soñado con su madre, recordaba una y otra vez como habían abusado de ella mientras veía todo. Claro, para luego matarla.

-Sky- decían en voz baja- ya es hora de bajar- era Aya.

-Sube a la cama- un par de brazos tiraron de ella, luego sólo sintió la suave tela de su cama- descansa.

-Tratemos tus cosas- le dijo Aya- descuida.

(***)

Sudaba, temblaba, y le dolía la boca. Él la apretaba muy fuerte. Claro, tampoco esperaba que tuviera consideración.

-Mamá- susurró a la nada. Parecía no haber nadie ¿dónde estaba su madre?- mami...

-Tranquila, cariño- le dijo el hombre que le tenía amarrada- está todo bien.

Sentada en una silla de madera, amarrada a ella, golpeada y sucia se encontraba la pequeña Sky. Nueve años, adiós inocencia. No podía ver nada, y eso le frustrada, por no decir que hacía varios minutos no escuchaba ningún quejido o llanto (aparte del suyo). ¿Dónde estaba su madre?

-¡MAMÁ!- gritó cuando escuchó la puerta abrir- Mami, háblame, ¿dónde estás?

-Aquí estoy mi cielo- una voz ahogada le habló- No llores, que estaremos bien... ¡no! ¡déjala! ¡sueltala imbécil!

-¡MAMÁ!- gritó Sky al sentir como la jalaban.

-Es tu turno, princesa.

-¡VENE!- No podía con esa impotencia, ¡¿Cómo diablos podía ver?!

- ¡Mamá!- solo olía perfume de hombre, un fuerte olor, escuchaba gritos y llanto, pero no podía ver esos preciosos ojos grises que su madre tenía.

No, ya no era un olor a hombre, era... la voz, ya no era con llanto, ¿esa era su madre? No.

¿Han escuchado que al no poder ver, tus demás sentidos se desarrollan? Bueno, digamos que Sky era muy buena prestando atención a esos detalles en el sonido.

(***)

-¡Vamos, Sky!- Paige estaba, literalmente, montada en ella- ¡despierta!

Sky abrió los ojos y notó como todo su cuerpo estaba mojado, sudaba a mares. Estaba mareada, y temblaba. ¿hace cuánto no le pasaba algo así?

-¿Dónde está?- preguntó Sky, Paige la miró sin entender.

-Dónde está quién, Sky- le dijo espantada- olvidalo, ¿Cómo estás?

-¡¿Dónde está?!- Paige brincó de la cama y se alejó de su compañera- No, no,no. Lo siento, espera, lo siento.

-¿Te sientes bien, Vane?

-No me llames así- ahí iba, un dolor de cabeza insoportable.

-¡Corre!- en ese momento entraron a la habitación Aya y Hannah- aquí está.

Hannah miró a Sky y después a Paige, que parecía no quererse acercar a su amiga. Caminó y puso una mano en la frente de Sky.

-Vamos con la señora Pomfrey- le quitó una sábana de encima- vamos, estás ardiendo en fiebre.

COMO UN SUEÑO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora