Capítulo 18 : "Todo lo que me has dejado es el ayer"

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Capítulo 18

"Todo lo que me has dejado es el ayer"

Ariana:

     Llegué a mi casa y corrí de inmediato a mi habitación. Quería estar sola. Necesitaba tumbarme y llorar y llorar. Era algo que no podía evitar aunque quisiera. Necesitaba desahogarme con el silencio de la habitación, pero luego se me ocurrió poner música aleatoria al conectar mi iPod con unas cornetas portátil.


      Para mi bien o para mi mal empezó a sonar "How to Break A Heart" de Westlife y sentí cada palabra tan mía. Él había hecho eso. Había roto mi corazón. Sin embargo, solo una parte de esa canción había tomado como mi lema de vida desde ese instante.


<< ....I'll make it through this pain

My dreams won't call your name

I'm stronger than that

(I'm stronger than that)

Cos I still know how to love

Know that will be enough

And this moment will fade into the past... >>


<<... Atravesaré este dolor

Mis sueños no llamarán tu nombre

Soy más fuerte que eso

(Soy más fuerte que eso)

Porque todavía sé cómo amar

Sé que será suficiente

Y este momento desaparecerá en el pasado... >>

Harold:

     Entrar a mi casa, sintiendo el vacío de perder algo, me hacía entender que yo mismo había entender que yo mismo había sido el causante de todo aquello. De que aquella historia entre los dos terminara de esa manera.


      Y ella jamás volvería a entrar en aquella puerta. A mi casa. A mi vida.


—Búscate otra novia, es lo que tienes que hacer y punto...—me ordené.


Ariana:

    La puerta de mi habitación se abrió y vi a Mary detenerse al verme llorar.


—Lo siento, debí tocar primero la puerta... ¿Puedo pasar? —dijo algo cohibida al sentir que posiblemente yo quería estar sola.

—No es tu culpa. Fui yo quien no le puse seguro... Pasa y asegúrate de ponerle el seguro...


    Mary hizo lo que le había pedido que hiciera y se acercó a mí.


—¿Por qué estás llorando? ¿Te has peleado con Harold?

—Hemos terminado...

—¿Qué? ¿Por qué? Sé que no era santo de mi devoción al principio, pero pensé que iban en serio...

—Yo también lo creí, pero debí haber sentido el peligro. Leer las advertencias que estuvieron siempre justo frente a mí...—las lágrimas que habían cedido un poco, volvieron a aparecer como si lloviera dentro de mí—. Fui una tonta apuesta para él.

Dije que te amaba... Pero mentíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora