El deseo

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«Y la verdad, por más absurda que sea se revela ante mis ojos... Sólo entonces sé que puedo ayudarte

TaeHyung se quedó viendo a SeokJin de la misma manera antes de soltar un suspiro y cerrar los ojos sabiendo que todo lo que podría decir podía ser tomado de muchas maneras y podría generar muchos tipos de reacciones, ninguna buena se imaginaba llegando por parte de SeokJin, sin embargo decidió enfrentar a su destino y explicar todo lo que ellos querían escuchar por muy absurdo que pudiera sonar.

—¿Qué deseo, Taehyung?—Cuestionó SeokJin desesperado levantándose abruptamente del sillón para luego tomar al de sonrisa cuadrada por los hombros, un agarre firme y ligeramente amenazante.

—Jin-Hyung, ¿recuerdas cuando rompimos la figura de NamJoon-Hyung?—La mención de aquél tema puso tensos a más de uno en la sala de la casa. SeokJin era principalmente el más afectado, ese fue el último día que vio a NamJoon adulto. Sin embargo y pese a su pánico él asintió para que su menor procediera a contar aquello que podría determinar la salvación o la pérdida de su querido NamJoon.—Esa noche me sentía la peor persona del mundo, el hecho de que NamJoon-Hyung no haya querido hablar con nosotros o cenar con nosotros causó que me desesperara... Así que cuando me fui a dormir, al cerrar mis ojos pedí un deseo...— Confesó. Sentía una impotencia, las ganas de llorar estaban a flor de piel para él porque él sí consideraba que aquello era lo que había sucedido, haber metido la pata por un deseo egoísta. Miró a SeokJin con ese dolor, ver su desesperación para confesar lo que había hecho lo hacía sentir como si fuese un criminal, el peor de todos.—Quería que NamJoon-Hyung sintiera lo mismo que sentí yo cuando nos regañó o cuando me hace sentir demasiado inútil por ser menor, estaba furioso y resentido... Le habíamos pedido disculpas y él simplemente parecía odiarnos así que yo pedí que él fuese un niño... Para que pudiera entender el dolor que yo sentía cuando nos trataba de esa manera.—Respondió bajando el rostro. No se sentía capaz de ver a SeokJin a los ojos, no podría vivir con él mismo si siquiera miraba el dolor asesino en los ojos de su Hyung.

—Yo igual pedí eso...—Susurraron Jimin y JungKook perplejos y cargados de culpa ante las palabras de su amigo, esa fue la razón para que SeokJin dejase de ver a TaeHyung y los mirara a ellos como si fuesen unos malditos asesinos.

—Y ustedes... ¿Creen que esa sea la respuesta?—Les preguntó lloroso nuevamente, sentía tanta ira hacia ellos y aún así quería solamente hallar la respuesta sin llegar a odiarlos.

—¿Encuentras otra solución lógica para que NamJoon se volviera un niño de la noche a la mañana, SeokJin-Hyung?—Preguntó HoSeok cruzándose de brazos mientras lo miraba serio.

—Yoongi...—Susurró Jin pidiendo una última opinión.

—Esta vez concuerdo con él... Esto está muy extraño, no quisiera creer en lo del deseo, pero dada la situación parece ser lo único que realmente tiene sentido.— Respondió.

—Entonces hay que desear que regrese a la normalidad.— Sonaba sencillo, esa parecía ser la solución.— Cuando vayan a dormir deben hacerlo, quiero a mi novio de vuelta...—Susurró lo último mordiendo su labio inferior. Si eso no funcionaba, no sabría como reaccionar.

Los otros 5 chicos se vieron fijamente con la mente focalizada en esa misión. Sin más que decir asintieron para después levantarse de los sillones en los que habían estado las tres horas en las que la junta había tenido sesión e ir cada quien a su habitación. Sabían que debían hacerlo, NamJoon dependía de ellos y de la sinceridad y corazón con la que pidieran ese deseo. Se dieron una última mirada antes de que cada quien ingresara a su habitación, de cualquier forma era realmente tarde y si querían que todo eso funcione debían dormir en ese momento. Al final mucho problema no tenían con ir a dormir, todo el asunto los había dejado exhaustos.

Sin embargo esa noche SeokJin no pudo conciliar el sueño, se quedó en la sala de la casa pensando tantas cosas, tantos contras del asunto que quería ser capaz de ignorar pero le parecía imposible. Regresó tarde a la recámara donde Jimin y NamJoon dormían. Jaló una colchoneta del armario sin hacer mucho ruido y una sábana para poder descansar aunque sea un rato. Deseaba que al despertar NamJoon estuviera ahí con él, que pudiera verlo como era y que todas sus preocupaciones se esfumaran al igual que esa pesadilla en la que un absurdo deseo los había metido.

Cerró sus ojos obligándose a dormir aunque le costara mucho aún. Sus manos inquietas las tuvo que llevar a su rostro y terminó con sus brazos sobre su cara para evitar que la luz de la ventanilla de la habitación lo molestara. Eran las acciones que había estado efectuando desde que el problema se alargó demás. Su respiración se hizo irregular y sintió que las lágrimas peleaban por salir de sus ojos cerrados. No lloraría, tenía fe en que él iba a regresar, que cuando el sol saliera podría verlo, abrazarlo, besarlo y procurar que nada ni nadie se lo alejara de nuevo. Esa era su idea, ese era su deseo.

Él al igual que los otros tenía un gran deseo en su corazón. Era un deseo que sobrepasaba los límites de cualquier probabilidad por más pesimista que fuese, solamente esperaba que fuese lo suficientemente fuerte para demostrar que las barreras de lo imposible podrían ser rotas. Al final ese deseo no era otra cosa que no fuese amor y el amor para él era algo que no podía ser tocado, ni marchitado.

Se concentró en dormir y lo estaba consiguiendo. Vació su mente lo suficiente para que lo único que brillase más que cualquier pesadilla fuese su esperanza de verlo a su lado una vez más, de tener esa oportunidad de poder protegerlo. Y su corazón latió tan fuerte como cuando la felicidad se vuelve real.

Cuidando a NamJoon || JinNamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora