Encanto, sensualidad y perfección: la ninfa

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Su cara quedó claramente al descubierto. Y no puedo negar que tuve una pequeña sorpresa al verle el rostro. Efectivamente era una chica, rubia, linda, de un tono de piel muy blanquecino, casi azulado, y de ojos profundos. Su rostro era liso, sus facciones muy femeninas, con una nariz pequeña y puntiaguda, al igual que sus orejas. Alzó la cabeza, imponiendo, mientras yo, pasmado, la iba repasando una y otra vez. Hacía tiempo que no veía a un ser humano con aquella belleza. 

- ¿Qué haces por aquí, guapetón? - espetó ella, con grandeza, con majestuosidad, con un aire de intentar aconseguir otra cosa que la respuesta a la pregunta que había formulado, como si detrás de sus palabras se escondiera otro mensaje.

Me sorprendí más que cuando apareció ante mi. ¿Qué estaba pasando ahí? ¿Acaso ella también formaba parte de la élite secreta? No, no podía ser, si así fuera nunca lo habrían encontrado, no tan temprano. Aquella chica era especial, eso seguro. Me observaba divertida, hasta sonreía, sin dejar de emitir un leve resplandor a su alrededor. Me di cuenta de que estaba mucho más cerca mío que antes. Me extrañé. Antes tomaba precauciones a la hora de acercarse a mí y ahora era ella quin tomaba las riendas y daba un paso delante. Me di cuenta de que no había respuesto su pregunta. 

- Tomar el aire - le dije, intentando sonar convincente, cuando realmente me daba cuenta de que estaba perdiendo el control sobre mi mismo. La cara de aquél ser estaba justo delante mío, su compensado peso se sostenía en una sola pierna, mientras acercaba sus labios a los mios. Debí ponerme colorado. Ella emitió una leve risita y se volvió a alejar, solo un poco, para observarme un poco mejor.

- Se ve que no tienes muchas provisiones. Y tampoco llevas armas. ¿Qué pasará si te ataca algun animal salvaje o bandido de las montañas? - apuntó con incredulidad - Yo de ti iria más bién preparado para andar por ahí solito... - Ahora estaba tocándome, y pasaba sus delicadas manos por mi torso lentamente - Yo podría protegerte...

Mis sentidos se estaban volviendo locos. Empezé a entender que aquella chica no era humana, sino de otra raza menos conocida en aquél paraje. Me había topado con una ninfa. Y no sabía como deshacerme de ella. 

El ojo del bosque (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora