CAPITULO 25

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Habia pasado un mes, ya solo quedaban dos meses para irnos al campeonato mundial y yo estaba muy feliz. Sacaba buenas notas y me relación con Erick era cada día mejor. Esa tarde venia mi padre del viaje, estaba muy nerviosa porque no sabía si mi padre se entero de lo que hice. Era viernes y como cada día fui al colegio, pero ese día no había quedado con Erick ya que venía mi padre y quería recibirle. Cuando terminaron las clases corrí hacia mi casa, abrí la puerta y deje mi mochila en la sala. Me fui a la cocina a ver qué estaba haciendo mi tata, estaba muy nerviosa de ver a mi padre. Oí un coche acercándose a mi casa, sabía que era mi padre y la estúpida de su novia. Salí a la puerta a recibirle, pero como siempre mi padre me miro con un gesto muy serio y su novia venia con una sonrisa.

-         ¡Qué tal el viaje papa!- me miro

-         Muy bien, gracias. Vengo muy cansado, espero que tus notas no hayan bajado- le mire con una sonrisa

-         No papa, mis notas son mejores antes de que te fueras- el no se fiaba mucho de mis palabras

-         Vamos dentro de casa, tenemos que hablar- mi cuerpo empezó a temblar

-          

La tata recogió los equipajes, yo me dirigí hacia el salón detrás de mi padre. El se sentó en el sillón, cruzo sus piernas y se desbrocho la americana. Al lado de él estaba su novia, que no dejaba de sonreír y me cogerle de la mano a mi padre.

-         ¿Me tenias que contar algo no papa?- se pudo muy tenso y serio

-         Mía y yo nos vamos a casa- me quede sin palabras

-         África, por fin seremos familia- sus palabras me dolieron

-         Jamás serás mi familia, te odio- se levanto con brusquedad mi padre

-         No vuelvas a hablar así a Mía- se volvió a sentar

-         ¿Cuándo os vais a casar?- como odiaba a Mía, destruyo mi familia

-         Nos casaremos dentro de un mes, solo lo sabes tú. Como lo queremos hacer oficial, mañana daremos una fiesta de compromiso- era todo demasiado rápido para poder asimilarlo

-         Mañana iremos de comprar, hay que comprarte todo para la fiesta- me sonrió

-         Iré yo sola, no quiero ir contigo- no quería pasar ni un segundo con ella

-         Iras con ella y no a nada más que discutir. Te pido que seas muy educada y que te escapes de la fiesta- mi padre estaba muy furioso

-         Por fin te presentare a mi familia, cariño- beso a mi padre

-         ¿Me puedo retirar a mi habitación?- se me quito las ganas de todo

-         Sí, pero mañana tendrás que levantarte pronto. Hay que hacer muchas cosas- me sonrió mi padre, pero era falsa

Subí las escaleras muy furiosa, no podía creer que mi padre se casara con esa estúpida. Encima tenía que aguantar a todas esas personas, que lo único que les gustaba de las fiestas era los negocios que sacan con clientes. Sabía que esa fiesta iba a ser muy aburrida, pero no quería defraudar a mi padre en un día tan importante, el de su compromiso con Mía. Me acosté pensando que al día siguiente tenía que aguantar a la estúpida de Mía, pero desgraciadamente iba a ser la mujer de mi padre. Oí como gritaban mi nombre una y otra vez, pensaba que era en los sueño pero no. Abrí los ojos y vi el rostro de Mía encima de mi rostro y me asuste.

-         Vamos África, que se nos hace tarde. Vete vistiéndote que desayunaremos en un bar después- me limpie la cara y me vestí lo más rápido posible

Baje las escaleras todavía dormida, en la entrada estaba mi padre tomando un café mientras hablaba con Mía. Me acerque a mi padre para darle los buenos días

-         Espero que te portes bien con Mía- me sonrió, ese día estaba feliz

-         Si papa. Me portare bien con Mía- le sonreí

-         Cómprate todo lo que necesites y que no importa lo que gastes- beso mi mejilla, hacia 2 años que no lo hacia

Me alegre mucho que mi padre besara mi mejilla, teníamos a nuestro chofer para acercarnos a las tiendas más lujosas. A Mía le encantaba lo exclusivo y el lujo, por eso se caso con mi padre. Ella empezó a hablarme de su familia, de cómo iba a ser la fiesta y que estaba muy feliz. Hice oídos sordos a todos sus comentarios menos que tenía un hermano.

-         ¿tienes un hermano?- me sonrió

-         Si y seguro que os lleváis muy bien. Es muy guapo y muy majo- sabia que querrían que yo estuviera toda la noche con el

-         De momento no quiero tener novios, quiero centrarme en mis estudios- le sonreí pero a ella esa respuesta no le gusto

No quería estar con nadie que no fuera Erick, él era el amor de mi vida y le echaba mucho de menos. Llevaba unas horas sin verme y se me hacía muy duro aunque sabía que eso iba a pasar cuando viniera mi padre. Como se enterara que yo estaría con otro chico que no fuera él, se moriría de celos y vendría a buscarme. Llegamos a las tiendas lujosas, no tenía ganas de ir de tiendas pero cuando vi ese vestido en el escaparate, quería entrar. Ese vestido era perfecto para la fiesta, mire a Mía y me sonrío

-         ¿quieres entrar para ver como te queda el vestido?- le sonreí

Cuando entramos en la tienda, vi que una de las dependientas cerraba la puerta y otra nos ofrecía champán. Me acerque a la dependienta que cerro la puerta

-         ¿me puedes sacar el vestido rojo que tienes en el escaparate? – la chica muy amable me lo saco

Me fui al probador al probador, estaba muy guapa y muy elegante. Salí del probador para que me viera Mía, aunque no me caía bien quería saber su opinión.

-         estas preciosa- me sonrío

-         muchas gracias, me voy a llevar este vestido- volví a meterme para quitarme el vestido

Salí con el vestido en los brazos, me acerque al mostrador para pagarlo pero Mía me dijo que me faltaba los zapatos. Fui de nuevo a mirar unos zapatos, quería unas sandalias negras y las encontré. Después volví al mostrador para que Mía lo pagara, estaba contenta por el vestido que me compre pero no me gustaba que tuviera que aguantar a la gente. Después de comprar todo lo que necesitábamos nos marchamos hacia casa. Cuando estábamos llegando a la puerta de la casa nos dimos cuenta que estaba lleno de coches, sabia que habían llegados los familiares de Mía. Bajamos del coche y entramos en la casa, yo subí mis cosas a mi habitación. No quería ir a saludar a nadie, pero oí como mi padre me llamaba para que bajara.  No me apetecía nada, pero como le prometí a mi padre que me comportaría, baje con una enorme sonrisa. Cuando baje las escaleras vi ha dos hombres y una mujer. Les veía de espaldas a las tres personas, cuando me acerque a ellos, se dieron la vuelta. Cuando vi al hermano de Mía, no me lo podía creer. Mi cuerpo se paralizo, no sabia a donde mirar y menos con esa sonrisa que tenia en su cara

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ESPERO QUE OS PIQUE LA CURIOSIDAD.....JAJAJAJAJ

UN BESAZO ENORMEEEEEEEEEEEEE Y GRACIASSSSSSSSSSSSSSSSS

AMOR SOBRE HIELODonde viven las historias. Descúbrelo ahora