❀ Capítulo 10

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TaeHyung no recibía respuesta de parte de HoSeok, por lo que cayó en cuenta de que aquel pelinegro de verdad estaba totalmente enamorado de su hermano y que él no necesitaría ni hacer méritos para conseguir su amor, no necesitaría hacer nada, pues el mayor solo tenía ojos para el regordete de JiMin.

Un suspiro salió de los labios del castaño y volvió a girar en sus talones para emprender marcha hacia fuera del cuarto, cosa que de nuevo se le fue imposible, pues en un ágil movimiento tenía a HoSeok delante suyo. Pensaba que volvería a ser golpeado al insinuarse de esa manera e incluso ya había cerrado con mucha fuerza ambos ojos, esperando lo inminente. Pero en vez de sentir un fuerte dolor en su mejilla, sintió una gran calidez abrasadora en sus labios.

Una corriente eléctrica corrió por  todo el cuerpo de TaeHyung y sus labios, en ese momento, sentían lo que era la calidez y suavidad de otros encima suyo.

Ambos chicos se habían quedado quietos, HoSeok no quería ejercer ningún movimiento, pues ya se sentía totalmente culpable al besar otros labios que claramente no eran de SU JiMin. En cambio, TaeHyung solo se dedicó a suavizar su expresión y dejarse llevar por ese placer que comenzaba a sentir al tener a la persona que quería a su lado.

Ese simple beso inició como algo inocente y sin significado, pero al momento en el que Tae ejerció movimiento, para HoSeok se convirtió en algo más, se convirtió en un infidelidad.

El pelinegro quería separarse, quería empujar al hermano de su novio y gritarle lo muy regalado y puta que se veía al estar haciendo aquello, pero en vez de hacer todo lo que estaba pensando, se dedicó a rodear la cintura del menor y dejarse llevar por ese nuevo sabor que le brindaba la boca del castaño.

TaeHyung, en un principio no pensó ser correspondido, pero al ver, como ahora, HoSeok se apoderaba de manera increíble y feroz de sus labios, entendió que lo único que necesitaba era ir directo al grano, sacar el problema desde la raíz, en conclusión, comportarse como su hermano.

El pelinegro estaba confundido, sentía una necesidad el besar los labios de JiMin, pero al probar una nueva “droga” se dio cuenta que ahora también necesitaba del mellizo de su novio. Ahora entendía que también necesitaba de TaeHyung.

Comenzó a avanzar de a poco, Tae ya iba dando pasos en falso y tropezando con algunas cosas del pasillo.

HoSeok sabía a donde se dirigían y estaba más que seguro de que TaeHyung también lo quería, pero al llegar a la habitación del mayor todo cambió. Tae se separó con mucho pesar, pero no fue para detenerse, muy al contrario, fue para buscar aquel brillo especial en los ojos de su contrario, aquel brillo que él notaba cada vez que su hermano aparecía entre ellos, aquel brillo que HoSeok le entregaba solamente a JiMin. Ese brillo no estaba en sus ojos, en cambio, el único brillo que se podía notar desde lejos, era el de la lujuria y pasión.

TaeHyung ya había caído en cuenta de todo lo que estaba haciendo. Estaba mendigando amor que se le era completamente entregado a su mellizo.

Otro suspiro volvió a salir de sus labios pero ni de esa manera, HoSeok logró detenerse.

El mayor comenzó a besar la extensión del cuello del menor, mientras que sus manos ya andaban de traviesas por todos los muslos ajenos.

TaeHyung dejó de pensar al sentir las caricias propiciadas por el novio de su hermano y soltó un audible gemido, que fue como un canto lleno de pasimornia para el pelinegro.

Sus labios se volvieron a fundir en un beso necesitado y de pronto ya se veían caminando hacia la cama del mayor.

Muchos se preguntarían el porqué HoSeok se estaba comportando de esa manera con su cuñado, en vez de hacerlo con JiMin. Pero la verdad es que nadie sabe con exactitud lo que pasa por la mente de un ser humano o cómo son sus reacciones ante diferentes situaciones.

Cada uno de nosotros se caracteriza por tener una personalidad distinta y algo especial que los diferencie, pues este era el caso de HoSeok, él quería demasiado a JiMin, lo amaba con todo el alma, pero las necesidades de cualquier hombre van antes que el amor en muchas situaciones.

Los pantalones del mayor fueron abiertos y el boxer bajado, TaeHyung sonrió ante la gran vista que tenía y comenzó con lo que sería una “mamada”. HoSeok, por su parte, ya había comenzado a gemir y penetrar la boca del castaño; tanto el menor como el mayor disfrutaban de aquella íntima, pero prohibida situación.

La boca de TaeHyung iba y venía, atrapando casi toda la extensión de HoSeok y masajeando lo que no podía caber en su boca.

Ambos solo disfrutaban del momento hasta que las embestidas del mayor fueron en aumento. Tae sabía que ya estaba cerca y le encantaba la idea de pensar que iba a ser el primero en probar la esencia de HoSeok, como también iba a ser el primero, de los hermanos, en perder la virginidad.

Eso creía él...

— T-Tae... — La voz de HoSeok salió ahogada y en un intento de acallar sus gemidos, logró morderse el labio inferior. — m-me... ve...

El mayor ya no ejercía fuerza sobre los cabellos de TaeHyung, al contrario, sus manos trataban de alejar la boca ajena de su miembro, cosa imposible, pues el menor estaba completamente decidido a ser el primero en probar la esencia de HoSeok.

— ¡JODER! — gritó el mayor, tratando de avisar lo cerca que estaba de llegar al orgasmo, pero ni eso fue suficiente para alejar al castaño. — Tae... — sus palabras trataban de ser formuladas, pero el gran placer que sentía lo tenía totalmente perdido.

TaeHyung ya sentía el líquido pre-seminal en su paladar, incluso podía sentir lo hinchado que estaba el pene de su contrario.

HoSeok no suprimió sus ganas y con un grito que iba en nombre de JiMin, se corrió. En ese preciso instante TaeHyung sabía que ya no había marcha atrás. El pelinegro siempre iba a tener ojos para JiMin y solamente para él.

Las manos del castaño abandonaron la extensión del mayor y sus rodillas fueron flexionadas en un rápido movimiento para colocarse de pie.

TaeHyung había “abierto los ojos” demasiado tarde, pero sí había logrado abrirlos. Ya no le veía una razón al haberle hecho una “mamada” al novio de su hermano. Ya no quería ni ver los ojos achocolatados de HoSeok después de haber caído tan bajo... No quería seguir en esa casa, por lo que solo dio media vuelta y comenzó a correr.

Aún podía recordar cada expresión de HoSeok y cómo pronunció el nombre de su hermano al momento de correrse.

Sus lágrimas habían vuelto a caer y a pesar de haber escuchado los llamados del mayor, no hizo nada de caso, solo corrió y corrió sin un destino en particular. Solo quería olvidar lo utilizado que se sentía al haber realizado semejante acto.

 Solo quería olvidar lo utilizado que se sentía al haber realizado semejante acto

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Siento que quedó kk :')

Nota actual:

Maratón 2/10

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