VII Las ideas

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Para construir un Cielo mil infiernos ardieron en tu frente. Como soles, sin compañía, penden en ella las más impenetrables ilusiones devorándose a sí mismas en el seno de su creación. El ardid de la razón es arrancar del vientre a las más débiles, las menos enfermas, y ofrecerles cobijo bajo la sombra de la costumbre mientras sus hermanas insisten coléricas en su propia lucha y destrucción. Es en cambio el deber del poeta -del artista, del creador- criar a aquellos tristes despojos y darles nombre a tales quimeras que, por costumbre, no salen del corazón.

Poemas en prosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora