CAPITULO 7: PRUEBAME

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He estado ocupada con que? Ni yo lo se siento que no hago nada productivo aparte de ir a la universidad y de alguna manera me absorbe la vida jaja ayer fue día de las madres perdón por el retraso pero felicidades a todas sus mamases! Les dejo el capitulo que espero sea de su agrado:) 

Lo siguió hasta la pista. Estaba concurrido pero lograron encontrar un espacio libre. La música incremento junto al clamor de los presentes. El primero en comenzar a moverse fue el nipón, sus brazos pasaron por detrás de su cabeza bajando dóciles hasta golpear sus muslos con fuerza, cada centímetro de él se movía, se llevó una mano al nacimiento del cabello mientras la otra descansaba sobre su cadera, separo las piernas y comenzó descender lentamente provocando a su rival. Yurio se acercó a él como un tigre acechando su presa, se adaptó rápido a los movimientos de Yuuri a pesar de no estar acostumbrado a este tipo de baile. Ese atractivo japonés lo tenía prendado, haría cualquier cosa para poderse acercar más a él.

En un paso Yuuri giro de más cayendo sobre los brazos del joven que lo atrajo hacia sí, lo tomo por debajo de la cadera haciendo que se sincronizaran al moverse, Yuuri reía y recargaba sus brazos sobre los hombros del rubio mientras este se hundía en su cuello, a su alrededor el gentío aplaudía.

El ruso lo hizo girar de nuevo quedando a su espalda, estaban tan cerca que el aliento del joven rozaba la oreja de Yuuri que levantó los brazos mientras seguía moviendo las caderas frotándolas aún más contra su compañero, este lo sostuvo deslizado sus manos desde el torso hasta la pelvis sin dejar de menearse al ritmo del nipón, ligeros jadeos se escapaban de ambos. Sin previo aviso el japonés se volvió y beso el cuello de Yura, que apenas si pudo reaccionar, ya que ese beso continúo su recorrido hacia el ángulo de su mandíbula. Pecho contra pecho, sujetando su mano y aferrándose a su cadera se encontraba más cerca de Yuuri de lo que nunca había estado en su vida. El ruso sentía un calor abrasador por todo su cuerpo, se inclinó clavando sus labios sobre los del japonés besándolo con fervor, no hubo objeción. Ni siquiera se habían dado cuenta de que a su al rededor había aumentado la cantidad de personas que ya no les prestaban atención.

Se condujeron más hacia el fondo, entre jadeos y empujones lograron llegar a unos lugares vacíos. El calor de sus cuerpo parecía haberlos derretidos hasta fundirlos haciendo imposible que se soltaran. El cuerpo del ruso cubría de manera protectora a Yuuri contra el asiento, mientras se devoraban entre besos que parecían quemar por tanta pasión y caricias que iban más allá de la ropa. Yurio tocaba con fiereza al nipón, quería recordar cada parte de él; como se sentía su espalda, sus muslos, el ángulo de sus hombros… todo. No podría creer que estos 6 años el viejo estuviera disfrutando de la sinuosa figura de ese precioso ser, pero hay que admitir ¿quién no quisiera apoderarse de la personificación de Adonis? El cambio de música le hizo recordar el lugar en donde se hallaban. Ambos se encontraban demasiado agitados, si seguían así terminarían haciéndolo en una silla, debían salir de ahí. Se alejó del impaciente katsudon poniendo las manos en sus pinceladas mejillas.

-Escúchame Yuuri, iré a pagar y llamare al chofer para que venga por nosotros, no te vayas a mover de aquí espera a que vuelva- le dijo el rubio, tenía miedo de dejarlo en ese estado. El alcoholizado cerdito asintió con una tierna sonrisa, hasta borracho y con la ropa hecha un desastre parecía un ángel. Yurio pagó rápidamente y se metió al baño en busca de silencio para llamar al conductor, cuando termino fue directo hacia Katsuki. 

Un hombre castaño de unos treinta y tantos años tenía a Katsuki por la mano mientras le sonreía coquetamente, este solo se reía meneando la cabeza en gesto negativo. La sangre se le subió a la cabeza a Yura que se interpuso entre los dos.

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