CAPITULO 8: ESPERANZAS ¿ROTAS?

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Cuando dije actualizo mañana significaba actualizo en una semana jaja
Estos días han sido difíciles ya que es final de semestre, me están matando:( bueno dejando eso de lado espero lo disfruten💖

-¡¿Yurio?!- La voz del japonés estaba impregnada de pánico, su rostro era la viva imagen del horror- No puede estar pasando ¡dime que no es real! ¡Yurio mírame y dime que nada ocurrió entre nosotros! –vocifero exasperado. El dolor de cadera, la resaca y el rubio desnudo a su lado no le daban esperanza alguna. Se había acostado con el joven.

Yurio estaba compungido, los gritos del mayor le rompían el corazón ¿Qué le dijera que nada había pasado? ¿Qué todo el amor que le demostró no existía? Le dolía incluso respirar. La noche anterior sabía que se arrepentiría y que Yuuri quizá lo odiaría pero no podía creer que en verdad estuviera ocurriendo. El pelinegro lo miraba fijamente con ojos turbados, parecía haber entrado en shock, estaba incluso peor que el día que lloro hasta conciliar el sueño.

-Yuuri…-lo llamo en un hilo de voz-. En verdad paso Yuuri, por favor no me rechaces- parecía que lo estaban estrangulando. Extendió su mano hacia el mayor, pero este repelió su tacto y se encogió ante la cercanía.

Lo perdió incluso antes de que fuera suyo, la única oportunidad que tendría y había sido un idiota, solo pensó en él y en su propia satisfacción, en poder poseerlo de una vez por todas. Prometió cuidar de él y lo estaba lastimando igual que Viktor o más. Sus ojos ardían.

-¿Te podrías ir? – el nipón estaba pálido, enterraba las uñas con fuerza en las sabanas con las que cubría su cuerpo, quería decirle muchas cosas pero no se atrevió, el rubio no tenía toda la culpa y aunque lo sabía no controlo su tono al presionarlo de nuevo –Sal de la habitación.

Yurio se levantó poniéndose los pantalones que estaban en el piso, antes de salir giró enfrentando a la razón de su agonía. Posiblemente fuera odiado pero con todo y el calvario que estaba viviendo no olvidaría su promesa.

-Saldré del cuarto pero no me iré, prometí quedarme a tu lado para que no volvieras a estar solo- le dijo con lo último que su corazón fue capaz de darle. Yuuri reacciono como si sus palabras fueran insultos.

-¡Lárgate! ¡Te digo que no quiero verte! ¡Si no hubieras venido no estaría pasando esto!- grito -. ¡Cuando Viktor se entere no querrá volver a tocarme y romperá nuestro compromiso! ¡Él me despreciara!- este último grito salió acompañado de un lastimero quejido.- Solo vete, déjame- dijo antes de abrazar sus rodillas, permitiendo que toda la culpa y el dolor salieran a flote entre lágrimas y escandalosos sollozos.

El rubio salió e ingreso a su habitación, azotando la puerta al cerrarla.  Comenzó a tirarlo todo, golpeo la pared y pateo el sofá, gruesas lágrimas salían sin parar de sus ojos nublándole la visión. El dolor en su pecho no se calmaba, la herida cada vez era peor y con cada pensamiento parecía abrirse más. Quedo frente al espejo, una lágrima rodó hasta alcanzar su cuello donde varias manchitas amoratadas se extendían por su pálida piel llegando por debajo de clavícula. Trazo con sus dedos el recorrido de estas marcas realizadas por su amado, nunca olvidaría el tierno tacto de Yuuri y la forma en que lo besaba como si fuera lo más importante en su mundo. Fue solo una noche pero ese cuerpo respondió a sus caricias, gimió ante sus besos y lloro por el gozo que le brindó la unión de sus cuerpos. El nombre que salía de esos rosados labios era el suyo. Se dejó caer a un lado de la cama hecho un ovillo.

-¿Por qué me aferro tanto? ¿Por qué no puede amarme?- susurro para sí.

Quería escarpar a Rusia con su abuelo y poder llorar en sus brazos, decirle lo mucho que lo había intentado, pero que simplemente no era correspondido y ahora incluso era repudiado. Odiaba a todos. Odiaba Viktor por haberse quedado con Yuuri, odiaba a las trillizas, ya que si no fuera por su culpa ellos no se hubieran juntado, odiaba a todos los chicos por apoyarlos tanto y se odiaba así mismo por nunca haberle dicho nada al nipón, por aguardar 5 largos años en silencio por alguien que no llegaría.

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