Capítulo I

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Hoy es una de mis tantas peleas, esto ya se ha hecho crudamente rutinario. La voz de Ally está siempre rondando en mi mente recordándome nuestras conversaciones antes de subir al Ring de Boxeo “Si no terminas con las peleas, las peleas terminaran contigo Chava”  Ella me apoya más que nadie de mi familia pero puedo entender su miedo a perderme, si tan solo supiera que me mantengo de pie en el Ring solo por nuestro futuro... Podría estar con ella el resto de mi vida muy fácilmente, tener hijos con ella, seguir cuidando de ella, seguir amándola.

-Ally…- Dije después de colgar la llamada.

-No digas más. Conozco perfectamente ese tono de voz “Ally… esta noche tengo que boxear”- Ella me conocía al derecho y revés, tanto como yo a ella.

-Solo te pido que vengas conmigo Ally-

-No, no, no. ¿Para qué? Siempre tengo que ver cómo te destrozan el rostro Salvador. Estoy cansada de ir y ver eso, yo confío en que ganaras de todas formas-

-Vamos Ally, esta vez no dejare que me toque. La pelea es contra Giovanni Segura, si gano puedo estar cerca de la WBC ¿Sabes lo que eso significaría para mí?- Estaba rogándole de nuevo que me acompañara. Esta pelea era muy importante para mi carrera.

-Sí, lo sé… ¡Más tensión para mí y más golpes para ti! Dios mío, Salvador ¿Cuánto más quieres boxear?- Sentí una fuerte punzada en el pecho cuando escuche su voz rompiéndose. La abrace por detrás y besé su cabeza.

-Tranquila nena… Te he dicho siempre que no te preocupes por mí. Sabes que este es mi sueño Ally y que tú eres quien me da las fuerzas para luchar sobre el Ring. No me pasará nada que no me haya pasado antes, solo ven conmigo, por favor- Le rogué en susurros, ella diría que sí.

-Chava… Odio esto y tú lo sabes. No puedo ver como a la persona que amo lo golpean sin cesar y mucho menos puedo verte a ti perdido en los puños. Lo que tú no sabes es que cada golpe que recibes, lo recibo yo también- Ally estaba llorando, estaba realmente cansada de mis mierdas pero esto es lo único que tengo para ofrecerle, no conozco otra vida que no sea el Boxeo -¿Nunca lo abandonaras, cierto?- Negué con la cabeza, esto es lo mío, ella lo sabe. Ella se soltó de mi agarre y tomó sus cosas, la angustia recorrió mi rostro mientras veía varias lágrimas deslizándose por sus blancas mejillas.

-Dime que iras. Tú eres mi fuerza, Alicia. Te lo ruego- Tomé su mano antes de que abriera la puerta para marcharse. Ella suspiró fuertemente.

-¿A qué hora tengo que estar allí y en dónde es la pelea esta noche?- Sonreí mientras secaba sus lagrimas con las mangas de mi sweater.

-Llega a las 8, la pelea comienza a las 9. Es donde fue la pelea con Gabe-

-Allí estaré- Sonrió y se marchó.

Rápidamente abrí la puerta de nuevo y salí detrás de ella.

-¡Alicia!- Grité para detenerla.

-¡¿Qué?!- Dijo ella asustada.

-Te amo Ally-

-Te amo mucho Chava- Dijo ella mientras se colocaba de puntillas y enroscaba sus brazos alrededor de mis hombros acercándonos más.

-Te espero esta noche- Le dije finalmente dándole un beso tierno de película.

Si había alguien que me pusiera cursi y tonto, entonces era Alicia. Irá esta noche, yo ganare esta noche. Este día había empezado con buen pie.

Llegué a la Arena un poco después de las 7pm y decidí calentar un poco, al rato llegó Ally y decidí prepararme para la pelea, solo faltaban unos escasos minutos. De la nada entró mi manager con una sonrisa de codicia en el rostro.

-¿Qué pasa Fernando?- Pregunté.

-Tú y yo tenemos que hablar muchacho- Fernando era un señor bastante mayor, un poco más bajo que yo, delgado, con cejas pobladas y una calvicie sacada de caricatura a excepción de sus patillas que eran totalmente canosas. Fuera de que pareciera mi abuelo era un señor agradable y siempre había apoyado mi potencial, le debía mucho.

-Cualquier cosa puedes decirla en frente de Alicia, Fer- Palmee su espalda leventemente. Él le envió una mirada inquisitiva a Alicia a lo que ella respondió con un asentimiento de cabeza.

-Esta noche, esta pelea quiero decir, es crucial muchacho. Si la ganas tienes un pase directo a la WBC- Al fin, me sentía feliz pero a la vez nervioso, todo aumentó cuando vi la cara de Ally, fría, seria, distante…

-¿Qué sucede Ally?, ¿No te alegra la noticia?- Comenté mientras sostenía su fina barbilla con algunos de mis dedos. Yo difícilmente podía dejar de sonreír, estaba feliz.

-Salvador…- Bufó y pensó lo que iba a decir –Te amo y estoy aquí para apoyarte en cada paso que des, así como tú- Dijo tranquilamente.

-¿Aceptas esto entonces?- Esto era increíble, tanto que yo estaba dudando.

-¡Por supuesto que sí! Esta es una gran oportunidad Chava- Dijo finalmente sonriendo.

-Dios ¡TE AMO!- Me sentía eufórico. La levanté en el aire mientras le plantaba un beso desesperado en los labios.

-Y yo a ti, ya te lo he dicho- Dijo entre risas.

-Ya van a anunciar a los boxeadores muchacho- Nos interrumpió Fernando mientras se rascaba su cuello incomodo, el viejo Fer estaba fuera de lugar justo ahora.

-Está bien, cuida de mi chica Fer-

-Por supuesto. Concéntrate en la pelea, es todo tuyo- Ahora era Fernando quien me palmeaba la espalda.

-Y Chava…- Alicia captó mi atención –Destrózalo amor- Besé su mejilla y en los altavoces se escuchaba como me llamaban al Ring. “Esta noche, aquí y ahora, uno de los mejores y más jóvenes boxeadores de Ciudad de Juárez, Salvador “El Chava” Hernández”. La gente se encontraba borracha, eufórica, excitada, como en cada pelea. Había gritos, ovaciones, pitos, silbidos, todo. Esta sería otra pelea más, con la diferencia de que esta me podría tanto abrir como cerrar las puertas a la WBC, mi mayor aspiración como boxeador.

Sueños RotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora