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(...)

  — Siéntate.—ordenó el castaño a la pequeña, acompañado de una dulce sonrisa. La pequeña obedeció sin pensarlo dos veces, y se quedó quieta en aquél sillón carmesí, observando a Noni.— Bueno, podemos hablar aquí, estoy seguro de qué Kath no entenderá nada.—el castaño acarició un instante la cabeza de la pequeña, luego se sentó en otro sillón.

  — Entenderé más de lo qué tú crees... —murmuró esta a sí misma, poniendo cara de inocente, convenciendo totalmente al castaño.

 — Eh... ¿Qué es lo qué querías decirme, estúpido? —preguntó el moreno arqueando una ceja, de brazos cruzados, sentándose junto a Kath.

  — Bueno... Lo qué quería decir es qué... —al castaño no le salían palabras de la boca, le dolía pronunciar aquella frase.— Sofia y yo terminamos...

  — ¿Por qué? —preguntó con seriedad el moreno, ya tenía tiempo de sospechar algo malo en la chica, por lo tanto, no tendría sorpresa alguna por la respuesta.

 — Me engañó con otro...—soltó el castaño a punto de romper en llanto, arrojándose a los brazos a los brazos de su amigo.

  — Tranquilo, es una perra qué no te merecía. —trataba de consolar el moreno a su amado, junto a caricias y besos en la cabeza. De un instante a otro, se pudo escuchar la risa del castaño, alegrando le el día al moreno.  

  — Te quiero, estancado de mierda.

 — Yo también. Espera...—el moreno trataba de procesar lo ya dicho por el castaño, pero ya era tarde, sus labios ya estaban juntos.

...El castaño lo había besado...

¿Q-Qué?—Noni aún no podía procesar lo ya ocurrido, sus mejillas ardían al ver la mirada coqueta del contrario.

Ahora, Noni tenía asuntos qué resolver con Sofia.

-En otro lado...

  — ¿Qué? ¿Pensaron qué me quedaría allí? —hablaba sola la pequeña Kath, siendo interrumpida por una galleta en su boca.— Apoyo la comunidad LGBT, amigos, pero necesitaba comer algo.—terminó de hablar, para así seguir disfrutando de su galleta.

(...)

Ya habían pasado dos semanas desde lo ocurrido. Noni y Api se habían vuelto mucho más cercanos, pero el problema aquí, es qué el castaño ya había conseguido una nueva pareja, pero aún así, seguía tratando al moreno cómo si fuera él su pareja.

El castaño estaba comenzando su juego.

En una tarde normal, ambos se encontraban jugando videojuegos, en compañía de Kath.

  — Hey!—el castaño trató de llamar la atención del contrario, acariciando lentamente su cabeza.

 — ¿Qué pasa?—decía con molestia el moreno, ocultando totalmente su sonrojo. Él no quería ser el uke de esa "relación".

  — Tengo qué presentarte a alguien.—comentó el castaño dirigiendo la vista hacia la puerta del baño, dónde al instante, salió una chica.

El moreno estaba confundido, muchas dudas invadían su cabeza. Pero todas se resolvieron, al ver aquella chica besar al castaño.

Su mundo se vino abajo, literalmente, aquella escena le había dolido. Si el castaño ya tenía pareja, ¿por qué lo seguía tratando tan amorosamente?

Kath tampoco se quedó atrás, al ver aquella escena, fue directamente a abrazar al castaño. Aunque fuera aún una niña, sabía exactamente cuánto le dolía eso al moreno.

  — Ella es Jessica, mi novia. —pronunció por fin el castaño, posándose una sonrisa en sus labios, aquella sonrisa destruyó completamente al moreno, ¿pero qué podía hacer? No iba a llorar en frente de él.

Tenía qué ser fuerte.

"Noni, el juego comienza."

   .•°°•..•°°•..•°°•. 

Tengo pensado cambiar el título y la trama de la historia, idk.

Sí... Creo qué sí lo haré. :^)

Disculpen la tardanza, estuve muy ocupada. ;; -me matan-   

[B] Bipolar.│Apioni│Donde viven las historias. Descúbrelo ahora