.Capítulo 6.

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Anteriormente... 

-Es bueno volver a verte, niño.

Los ojos del azabache se abrieron demasiado al ver al rubio, y este dejó escapar un risita al ver la reacción de el de piel nívea.

                                                                             --

El azabache se encontraba cómodamente comiendo su cupcake hasta que el sonido del timbre se oyó en toda la casa. Este no se movía de su lugar, ya que esperaba a que su madre abriera la puerta, pero no fue así. El grito de su madre diciéndole que él abriera la puerta hizo que se parara a berrinches. Se acercó a la puerta diciendo un ''ya voy'', y cuando la abrió, vaya sorpresa le dio. El tipo de aquella vez se encontraba delante de él, no supo como reaccionar, que hasta casi se le cae su postre de las manos. El rubio se veía malditamente sexy. Aquella camisa con algunos botones fuera de sí, esos pantalones de vestir, su cabello ligeramente desordenado por el viento. 

El azabache volvió a la realidad cuando el rubio le habló. Tomando buena postura, Jeon saludo al empresario de manera formal. 

—Buenas tardes hyung, ¿Cómo supo dónde vivía?— Intentó no sonar tan brusco al preguntar. 

—Tengo mis contactos, niño.—Alzó un poco la comisura de su labio, formando así un sonrisa de lado. 

Oh, bueno, ¿quiere algo más o quiere pasar un rato? Por cierto, veo que se ha teñido.... El rubio le queda bien.— Comentó tímidamente. 

Oh, gracias lindo. Y... si. Quisiera hablar contigo sobre algo y por su puesto que querría pasar a tu casa. No negaría aquella petición por parte de una persona tan linda como tú.— Dijo de forma burlona. 

Las mejillas del azabache tomaron un ligero color rojo, sintiendo inesperadamente calor y vergüenza. Se puso a un lado, dejándole el camino libre al mayor para que pase. Este, sin perder el tiempo, se adentro a la morada. 

—La sala principal se encuentra de frente a la derecha. Siéntese dónde guste, le traeré un vaso de agua.— Le indicó de forma educada y se dirigió a la cocina, dónde ahí tomó con una de su manos la jarra llena de agua con la otra tomó un vaso limpio, y en ella sirvió el agua. 

El rubio hizo lo que le indicó el menor. Al llegar al lugar se sentó en un mueble personal, era muy cómodo para su gusto. 

Pasaron algunos minutos, el menor se hizo presente en la sala. le entregó el vaso de agua al mayor, y este le agradeció amablemente. 

—Dígame, hyung. ¿Qué quiere decirme? 

El mayor dio un sorbo al vaso de agua. —Jeongguk, ¿verdad?—El mencionado asintió.—Ha pasado un buen tiempo desde aquel incidente. Y bueno, ¿sabías que lo rumores viajan muy rápido? 

—¿Rumores?— El azabache se encontraba confundido. 

—Sí.— Afirmó.—Sobre tu obra de arte, ¿sabes? La he visto y es muy hermosa en verdad. 

El de piel nívea sintió un golpe de calor en sus mejillas.—Muchas gracias hyung, pero, ¿mi obra que tiene que ver con los rumores? ¿Usted como sabe de ella? 

—Tiene mucho que ver con los rumores, y lo supe gracias a las redes sociales de hoy en día.—Respondió sin titubear el mayor. —Seré directo, la persona que dibujaste se parece a mí. Dudé al principió, pero luego recordé que tuve una vez, una sesión fotográfica con alguna revista. Se parece mucho a una shoot que me tomaron. Y la razón por la que estoy aquí es porque estoy tan curioso como las personas de internet. Quiero saber, ¿por qué me pintaste?

El azabache no sabía que decir. Ni él sabía el porqué lo pintó. En su mente se repetía : ¿Por qué?Realmente, ¿por qué? 

—Yo... Usted fue lo único que estaba en mi mente aquel día. Me pareció muy simpático y amable. Esa mañana que tuve el problema con su chófer, no desapareció de mi mente. Busqué información sobre usted, me parecía un modelo perfecto para mi pintura. No quería llamarlo, sentía mucha vergüenza. Además nunca pensé que sucedería algo como esto. Digo, muchas personas se inspiran en personajes públicos para sus dibujos y nadie le dice nada.— Jeon soltó repentinamente aquellas palabras, para luego darse un cacheta mentalmente. 

Kim no tenía ninguna expresión en el rostro; sin embargo, minutos después, le regaló una pequeña sonrisa.—Te veías muy lindo sonrojado cuando dijiste que te parecía simpático. 

—¿Disculpe?—La vergüenza carcomió al menor. 

—No lo volveré a repetir, pequeño.— El rubio habló de forma burlona.—Tengo que irme, Choi debe estar esperando un buen tiempo.— El mayor se levantó del mueble y dejó el vaso de agua en la mesita de vidrio que se establecía al frente de él.—Fue un gusto haber hablado contigo y que me aclares mis dudas. Me honra que haya sido un buen modelo para tu obra. Muchas gracias. 

—No hay nada de que hyung. 

—Me gustaría que apuntaras tú numero móvil en mi teléfono.— Taehyung sacó su teléfono celular de su bolsillo delantero y se lo entregó al menor. 

El menor tomó el móvil entre sus manos, prendió el artefacto, buscó la aplicación de llamadas, apuntó su número ahí  y guardó su número.—Tome. 

—Gracias Jeongguk, dame tu móvil.—La voz del rubio sonó autoritario, el azabache sacó de su bolsillo trasero su móvil. 

El rubio lo tomó y hizo lo mismo que el menor, pero en este caso él mismo apuntó su número telefónico y se auto guardó como ''Taehyung ❤''. 

—Listo, toma.— Le entregó su móvil al menor. —Nuevamente te agradezco por todo. 

Los dos juntos caminaron a la puerta principal de la casa. El azabache le abrió la puerta y el rubio salió al exterior.

—Adiós, Ggukie. Estamos en contacto.— El rubio con su caracterizada sonrisa cuadrada se despidió del menor, pero antes de alejarse de él, le revolvió los cabello a este. 

Jeongguk avergonzado por la acción del mayor y por aquel podo sus mejillas se tornaron rojas. —Nos vemos hyung.— Habló cuando el mayor ya se encontraba en el auto y el chófer ponía a andar a este.

Jeon cerró la puerta, apoyó su frente en esta. 

>¿Por qué mi cuerpo se siente bien al estar a su lado? ¿Por qué reacciono así? 

—¡Cariño! ¿Quién vino?.— Habló su madre bajando por las escaleras. 

—Era un conocido, madre. No se preocupe.—Respondió a su madre. 

—¡Oh! bueno, tu padre estará en casa en media hora. Ayúdame a preparar todo para la cena.—Su madre le regaló una sonrisa llena de amor. 

—Está bien, ¿En qué la ayudo? 

—Hoy cocinaremos Tteokbokki.

—Bueno, ¡manos a la obra!— Como la madre igual que el hijo estallaron en risa y se dirigieron a la cocina. 

𝓜𝔂 𝓭𝓪𝓭𝓭𝔂 - 𝓥𝓴𝓸𝓸𝓴 [태국]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora