Frente a sus narices

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Al llevar ya dos horas de haber caído la noche los juntaron a todos en un pequeño auditorio para una nueva proyección, el estando con MaFer se la llevo a sentarse casi hasta arriba, del lado izquierdo, parecía buen lugar, no había mucha gente, pero justo los amigos de ella estaban hasta abajo de las gradas y por simple naturaleza se empezaron a burlar, en un inicio ellos los pasaron desapercibidos pero conforme iban pasando los minutos terminaron hartos, entonces se movieron a lado de un bloque de concreto dónde no los podrían ver y podrían disfrutar la noche de forma tranquila y serena.

Ella empezó a sentir frío y el le presto su chamarra poniéndola sobre sus hombros mientras miraba a sus ojos y a su sonrisa nerviosa y sonrojada, aprovechó el momento para quedar justo a lado suyo y poder abrazarla, pues a fin de cuentas el también tenía frío; ambos sentados sobre el frío concreto de las gradas se acercaron, y mientras el empezaba a abrazarla de una forma que no se había sentido en el resto del día ella empezó a recargar su cuerpo en el suyo hasta haber recargado su cabeza en su hombro, al sentir ella que el también tenía frío utilizo la chamarra para cubrirlos a ambos y después pasar su bufanda sobre él quedando totalmente acurrucados en medio de la noche con una luz bastante tenue iluminando el ambiente, el al ver estos gestos de parte de ella beso su cabeza de forma suave y delicada, después de eso ella volteó su cabeza hacia el quedando ambos abrazados mirándose a los ojos en uno de esos momentos donde te dejas llevar por el impulso de el momento, acercando sus cabezas poco a poco empezaron a cerrar los ojos, estando a milímetros de distancia sus ojos se abrieron abruptamente obligándolos a separarse y voltear hacia dónde escucharon el sonido que hizo que abrieran los ojos, al voltear hacia abajo el notó algo muy extraño, era Alejandra lanzando su vaso al piso y corriendo hacia el bosque en un intento de aguantar el llanto a punto de explotar en ella. Eso arruino un momento que nunca se repitió en ese fin de semana, aún así eso no evitó que bailaran y que ella se quedará con la chamarra de el durante la noche, al despertar la mañana siguiente fue exactamente lo mismo, todo el tiempo abrazados y/o tomados de la mano, incluso en el camión de regreso a la ciudad  durante el cual compartieron audífonos escuchando música que les encantó a los dos. Eso fue el fin del fin de semana.

Al llegar a clases el lunes él se había convertido en leyenda, "un chico de primero de secundaria se había ligado a una de segundo", esas eran las palabras corriendo por los pasillos de la escuela a una velocidad qué solo se puede comparar con un guepardo, en un inicio el se sentía algo incómodo pero poco a poco fue aceptando la fama hasta llegar al punto de presumirla. Llegando el receso se encontró con un amigo en la cafetería al cual le contó todo de forma detallada mientras esperaban que su alimento estuviera caliente, entonces para comprobar los hechos de esos dos días cometió una estupidez la cual entendió hasta tres horas después, teniendo a Alejandra enfrente le pidió qué comprobara los hechos que le estaba comentando, a lo cual ella solo respondió con una mirada de enojo y decepción a la que el no le hizo mucho caso. Tres horas después estaba caminando en los pasillos con otro amigo comentándole todo lo del fin de semana y también su preocupación por ale y su reacción, a lo cual su amigo contestó:

"Pues yo sé por qué está enojada contigo".......

Entendiendo el destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora