¡Por fin Sábado!, me da mucha felicidad saber que el fin de semana ya estaba comenzando.
Caí en cuenta de que, no desperté en mi habitación, sino en la de Riley.
Había olvidado que pasé la noche aquí.
Dios, y solo de recordar lo que pasó esta madrugada... Mis piernas temblaban.
Ahora no sé cómo veré a la cara a Grant, seguramente se dio cuenta de cuán nerviosa estaba. Qué patética.
Riley aún dormía. A decir verdad seguía siendo temprano, digo, nos dormimos cerca de las 05:30am, y apenas eran las 10:46am. No voy a mentir, estoy cansada.
Bueno, no se podía hacer mucho con Riley en otro universo, soñando mil cosas y yo aquí, en la triste realidad.
Fui hacia su cocina, tratando de ser lo más sigilosa que pude, ya que no quería que Grant me escuchara, y Riley, por supuesto.
Bajé cada escalón con cautela.
Lo logré.
Llegué a la sala, la cual conectaba con la cocina, pero al fijarme bien, me encontré con Grant, acostado en el sillón. Me acerqué un poco. Estaba dormido, y con el cabello alborotado.
Qué sexy es.
¿Pero qué carajo estás pensando, Carter?, ¡Es el hermano de tu amiga!
Esto no puede seguir así. Cada vez que lo veo, la situación me enferma un poco más.
Me dirigí por fin a la cocina, la cuál era el lugar al que quería llegar antes de ver a Grant. Entré y me sentí un poco rebelde por husmear en una casa ajena.
Me quedé unos cuantos minutos sentada en una silla que se encontraba en la cocina, admirando la casa de Riley, algunas cosas de la estructura de su casa eran algo parecidas a las de la mía, qué cool.
Por fin me levanté y me adentré un poco más a su cocina.
Saqué un envase de leche del freí y bajé un paquete de cereal que se encontraba arriba de la alacena. Y al final intenté bajar un tazón de la misma. Estaba muy alto, odio mi estatura... Y a los tazones que están lejos de mí.
Me estiré lo más que pude cuando sentí una mano cálida en mi cintura y otra rebasando mi mano, alcanzando el tazón que yo intentaba bajar.
—Aquí tienes. -dijo Grant detrás de mí, realmente muy cerca de mí.
No dije nada, estaba paralizada. Él se despegó un poco de mí y en ese momento solo dije "Gracias" en voz muy baja.
—Apenas son las 11, ¿qué haces despierta?
—Pues, tenía hambre y...
—Y decidiste venir a ver qué comías. -Me interrumpió.
—Bueno, explica qué harías tú en mi situación. -dije apenada por el hecho de que Grant me había encontrado en su cocina.
—Me pondría un short menos corto para evitar provocar al hermano de mi amiga. -dijo desviando totalmente el tema, mirando mis piernas y sonriendo un poco.
Carajo, si ya me sentía apenada, ¿cómo se supone que debo sentirme ahora? La cara está que me hierve y las piernas me tiemblan.
Ya me iba de la cocina, pero Grant me tomó del brazo.
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Te tomaré una foto. [Grant Gustin]
Hayran KurguCarter Brooklyn es una chica de 16 años. Vive en Nueva York, únicamente con su madre a causa de la muerte de su padre algunos años atrás. Ama la literatura, la música y la fotografía. Encuentra un perfil de un chico que se hace llamar "Doble G", y...