Marinette no sabía qué pensar sobre el Capitán Noir. Era lo opuesto a lo que sabía de los piratas. Lo peor que le había hecho fue encarcelarla, lo que no le gustaba en lo absoluto. Pero aparte de eso, él fue sorprendentemente educado y agradable. Además de sarcástico y arrogante. Sin embargo, si tenía suerte, en poco tiempo no tendría que preocuparse por eso nunca más.
Esperó dos días, notando que su horario era casi inexistente. No había un patrón, por lo que sólo tenía que esperar el momento adecuado para escapar. Y finalmente había llegado el momento. O eso pensó ella.
Miró por la ventana abierta. La tonalidad como tinta del cielo comenzaba a iluminarse. El amanecer venía y ella necesitaba hacer uso de sus piernas mientras las tuviera. El capitán no vino a la cabina durante toda la noche, así que supuso que no vendría ahora. Solo necesitaba ir a la cubierta. Más precisamente, al costado de la cubierta, así ella pudría saltar dentro del agua justo cuando su cola reapareciera. Luego nadaría más rápido que nunca y nadie podría detenerla.
Marinette respiró hondo. Podía hacer esto. Lentamente, abrió la puerta de la cabina. Despejado. Sonrió brillantemente cuando empezó a caminar por el pasillo. Mantuvo la guardia en alto, escuchando con atención cada ruido. No podía permitirse ser atrapada. No podía.
Marinette pudo oír los gritos desde arriba. Esa es. Su salida.
Giró rápidamente la esquina, sin darse cuenta que corría directamente hacia algo. O mejor dicho, alguien. El impacto la hizo caer en el suelo y cuando levantó la vista se encontró con un par de ojos verdes. Marinette se sorprendió al ver cómo los ojos del capitán pasaban de la sorpresa a la frialdad. Sintió un escalofrío por su espina dorsal. Nunca la había mirado así.
"Te pedí solo una cosa, cariño" su voz era más dura de lo que Marinette jamás había oído "¿Fue tan difícil para ti respetarlo?"
Cualquier respuesta que Marinette pudiera haber tenido para él fue interrumpida por una luz rosada que la envolvió. Su cola estaba de vuelta. Fantástico. Debería haber aprendido ya que su suerte estaba realmente podrida en estos días.
"Un castigo te enseñará a apreciar mi hospitalidad cuando la tengas." No hubo una sonrisa burlona, ni un brillo malicioso en sus ojos y Marinette realmente deseó al bastardo engreído de vuelta en ese momento. "¡Kubdel!" rugió unos momentos después.
El pirata que bajó las escaleras unos segundos después lucía exactamente como imaginó a un pirata en las historias de Alya. Una sonrisa cruel y ... ¿esa es sangre seca en su ropa? Marinette sintió que su corazón se hundía.
"Kubdel, muéstrale el lugar de honor junto al mástil."
El otro pirata sonrió maliciosamente y agarró su cola, arrastrándola por las escaleras.
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Siempre era verano bajo el mar. Así lo decía el dicho y Marinette nunca lo entendió hasta ahora. Por lo que ella sabía, estaban en una buena región así que los inviernos eran bastante tranquilos en tierra y apenas perceptibles en el agua. Lo cual era fantástico, porque Tikki les contó historias sobre mares lejanos donde la superficie del agua se congelaba. Marinette despreció esa idea. Se consideraba afortunada de que ella nunca hubiera sentido frío realmente. No hasta ahora.
Los días eran buenos y cálidos, pero durante la noche, la fría brisa de las corrientes golpeaban. Era demasiado para la piel desnuda de Marinette.
La única razón por la que no temblaba desastrosamente era debido a Plagg. El dulce gato se acurrucó y frotó contra ella, tratando de calentarla. También le trajo pescado, queso y esa cosa, pan. Fue todo lo que comió en los últimos tres días. Ella directamente rechazó lo que Iván le trajo. Aún le quedaba un poco de orgullo como para rechazar lo que viniera de ese bruto de ojos verdes. Sólo vio al capitán en la cubierta dos veces desde que la ataron a ese mástil y ni siquiera se molestó en mirarla.
En la primera noche ella estaba realmente preocupada de que su secreto fuera descubierto. Pero la tripulación pasó por encima de la cubierta antes de que la puesta del sol desapareciera completamente y la única persona que se quedó arriba era el amigo del capitán. El pirata Nino, quien ya sabía todo. Incluso trató de hablar con ella, pero Marinette le lanzó una mirada feroz.
En la tercera noche Marinette sólo quería que todo terminara. Estaba cansada, dolorida y fría. Plagg tampoco estaba a la vista, así que sus temblores sólo empeoraron. Se oyeron pisadas detrás de ella y Marinette giró la cabeza esperando a Nino. En cambio, se encontró con un par de ojos verdes. La expresión del capitán Noir era algo que Marinette no podía distinguir. Sus ojos se posaron en ella durante unos momentos y Marinette le dio la peor mirada que pudo.
Él inmediatamente la ignoró y fue a tomar el timón con una mirada lejana en sus ojos. Los vientos habían sido bastante débiles los últimos días, apenas empujando las velas. Pero eran lo suficientemente fuertes para hacerla temblar. Trató de controlar sus temblores, no quería dar al capitán ninguna satisfacción al verla retorciéndose. Pero era prácticamente un trabajo imposible hasta este punto. Los ojos del capitán se movieron hacia ella y Marinette no supo exactamente qué significaba aquella mirada que le daba. Luego, soltó el timón y se dirigió hacia ella. Cerró los ojos, casi esperando una bofetada. En su lugar, sintió algo cálido cubriéndola. Abrió los ojos sólo para ver al capitán arreglando su abrigo negro a su alrededor. Sus miradas se encontraron y por un segundo algo brilló en sus ojos. Luego sacó un cuchillo del bolsillo. Marinette contuvo el aliento. Sin embargo, no la atacó. Le cortó las cuerdas alrededor de las muñecas. Marinette soltó un suspiro de alivio mientras se frotaba las muñecas doloridas. El Capitán Noir la miró una vez más antes de tomarla en sus brazos y abrirse camino bajo la cubierta.
La mente de Marinette le gritaba que le diera una bofetada. Pero su cuerpo estaba suplicándole que se presionara más cerca de ese cuerpo cálido y ese aroma embriagante. Demonios, olía tan bien. Y después de tres días atada a un mástil, fue su cuerpo el que ganó. Ella apenas procesó cuando él apretó su agarre en ella o cuando él la metió en su cama. Se sentía como el paraíso.
"¿Qué fue eso?" Preguntó finalmente.
"Alguien aparte de Nino podría subir a la cubierta. No me haría bien si vieran que mi sirena no es una sirena."
Marinette entrecerró los ojos. "Estás mintiendo."
"No lo estoy."
"Sí lo estas, puedo olfatear las mentiras sobre ti."
"No puedes y no estoy mintiendo."
"¡Dime la verdad!"
"Porque mis entrañas querían, por eso. Maldición" Respondió irritado. Sus hombros cayeron y acarició su mejilla con sus nudillos. "Sólo duerme un poco, cariño. Debes estar exhausta." Su voz era más baja y mucho más paciente.
La sirena nunca estuvo más feliz de oír la palabra cariño saliendo de sus labios.
------------ FIN DEL CAPÍTULO ------------
Creo que todos estamos de acuerdo
con que el capi es tsundere
* * *
Aquí hay un fanart sobre la escena de la chaqueta ewe http://taulun.tumblr.com/post/151701196228/for-marinette-buginette-my-precious-writer
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Liberen a las sirenas [Bookskitten]
Fanfiction"Marinette debería haberlo arrastrado bajo el agua y haberse deleitado con su cuerpo cuando tuvo la oportunidad. Tal vez así ella no habría sido su prisionera...Maldito pirata." Autora: Bookskitten Traducción: Seravilo