I'll be watching you [hopev]

Capítulo 3: Ventanas y cortadas.

Jungkook llegaba justo a las 6:20 todos los días, tal y como le había descrito Yoongi, era un chico realmente puntual. Cuando llegaba solo se encerraba en su habitación, Taehyung hacía la cena, iba a llamarlo para que bajara a comer y le encontraba estudiando. Éste luego bajaba, cenaba y volvía a su habitación. A la mañana siguiente, se levantaba temprano, salía a hacer ejercicio, llegaba, se duchaba, desayunaba y se iba a la escuela. Y esa era su rutina de todos los días, y tampoco tenía amigos, justo como le había dicho Yoongi. Mientras él estaba en casa solo se la pasaba estudiando y el tiempo libre jugando videojuegos, se preguntó si era sano que viviera de esa manera pero luego se golpeó por preocuparse por ese niño que le odiaba tanto.

El único tiempo que pasaban juntos era el momento de la comida en las mañanas y en la noche, ya que el almuerzo él lo tomaba en la escuela. En cierta forma, Taehyung se sentía aliviado de no tener que convivir demasiado con él porque no se sentía preparado para eso. Las únicas veces que se dirigían palabras eran cosas como: "Ven a comer" "ok" y es todo.

Para ser un chico de quince años, era demasiado tranquilo y aplicado. La señora Jeon le había criado bien, tan bien que daba un poco de miedo. Taehyung tenía recuerdos muy borrosos de cuando tenía esa edad, pero recuerda que aunque era un buen chico, también hacía un montón de travesuras, tenía muchos amigos y se quedaba en la casa de ellos hasta tarde jugando videojuegos o hablando de cualquier cosa pero Jungkook parecía más un adulto atrapado en el cuerpo de un adolescente.

Pero, este era el primer sábado que vivía junto a su "hermanito" y como no iba a la escuela, éste no había salido nada más que a correr y a comer. Taehyung tampoco había salido de su habitación para no encontrárselo, saliendo solo a cocinar y comer.

- Kim. -Le llamó Jungkook desde la puerta, sobresaltándolo porue eso era algo que nunca pasaba-

- ¿Tienes hambre? -Preguntó, alejando sus ojos de su laptop, donde buscaba algunas ofertas de trabajo en Daegu, no podían seguir viviendo del dinero del depósito ni tampoco pensaba vivir de Yoongi. Miró el reloj, eran ya las cinco de la tarde, pensó que el tienpo había pasado rápido- Pensaba hacer mandu de kimchi dentro de una hora, pero puedo hacerlo ahora si tienes hambre.

- No. ¿Conoces a Hoseok?

- Es el vecino, ¿no?

- Sí, él tiene una academia de baile y me ofreció trabajo como profesor. Así que acepté.

Taehyung se quitó sus anteojos y le miró seriamente. No le gustaba la idea de que Jungkook trabajara, era demasiado joven aún.

Él seguía sin saber porque le preocupaba tanto.

- No te estoy pidiendo permiso, te estoy informando.

El mayor frunció el ceño, pensando por cuanto tiempo ese chico seguiría siendo así con él. Pero al mismo tiempo, asombrado de lo adulto que podía ser.

- Puedes hacer lo que te venga en gana, Jeon. Menos vender drogas, ser asesino a sueldo o prostituirte. No porque me importe, sino porque tu madre se enojaría conmigo.

- El "no porque me importe" estaba de más. ¡Ya sé que no te importo, maldición! -Y luego salió tirando la puerta-

Taehyung suspiró, se puso sus anteojos y cuando iba a volver a lo suyo notó que las cortinas de su ventana estaban abiertas y era algo que no le gustaba por alguna razón. Fue a cerrarla y notó que su ventana daba justo con la habitación de su vecino, Hoseok y éste estaba mirándolo, fijamente y aun cuando sus miradas se encontraron no apartó sus ojos, porque no tenía miedo, se veía decidido. Entonces una sonrisa lasciva apareció en sus labios y Taehyung cerró las cortinas rápidamente.

- ¿Qué coño le pasa a ese tipo? -Se autopreguntó, pero sabía qué le pasaba y eso, sin duda, le provocaba un montón de sentimientos que no sabía clasificar-

Taehyung hizo la cena y llamó a Jungkook para que bajara, pero no lo hizo. Así que fue a buscarle, pero no estaba en su habitación, algo que le pareció extraño. Tocó en la puerta del baño y nadie le respondió, movió el pomo y notó que estaba abierto, así que entró.

La imagen que vio le dolió y asustó demasiado, estaba Jungkook, en una esquina del baño, con el rostro bañado en lágrimas y tenía una navaja en su mano con la que hacía cortes temblorosos en su brazo izquierdo. Taehyubg corrió hacia él asustado y le quitó la vaja de las manos.

- Jungkook, ¿por qué...? -Le miró y los ojos rojos y llorosos del adolescente le respondió, no necesitó palabras, solo se dedicó a limpiarle la herida y vendarsela-

Ellos no hablaron sobre eso y ambos comieron en silencio. Pero la mente de Taehyung estaba demasiado ruidosa, demasiados pensamientos, demasiados recuerdos y ninguno era positivo.

Eran las dos de la mañana cuando Taehyung se despertó por el ruido de la puerta, se sentó en la cama y en ese momentó Yoongi entró y le sonrió.

- Creí que dormías.

- Lo hacía, pero me despertaste. Llegaste antes.

- Sí, solo vine a buscar unas cuantas ropas más porque tuve unos problemas y duraré más de lo imprevisto en Gyeonsang. Descansa, Tae.

Taehyung asintió y Yoongi cerró la puerta, aunque no pudo volver a dormir, así que se puso a dar vueltas por la cama, pero menos cuando una ráfaga de viento entró por la ventana.
Le sorprendió, él claramente había cerrado las cortinas, ¿cómo es que ahora estaban incluso las ventanas abiertas?

Sintió un escalofrío pasar por todo su cuerpo y se intentó calmar diciéndose que tal vez había sido Jungkook o él mismo y no se recordaba. Se levantó y cuando vio que las cortinas seguían cerradas se asustó muchísimo más. Eso significa que no había sido Jungkook, y él nunca cerraba las cortinas sin cerrar las ventanas primero. Caminó más cerca y saltó al sentir una punzada en sus pies. Casi grita cuando vio el suelo lleno de cristales rotos y algo de sangre en ellos por sus propios pies. Se sacó dos cristales que se le quedaron incrustados y miró más de cerca, una piedra y algo escrito en ella.

Estaba tan asustado que ni lo leyó y solo corrió a contarle a Yoongi, pero cuando salió él no estaba en ningún lado y la casa estaba a oscurad, como si Yoongi nunca hubiese llegado. Comenzó a respirar agitado y se tocó el pecho, sintiendo como le faltaba el aire.

Caminó tambaleándose hasta el baño y tomó unas pastilals contra la ansiedad con desesperación. Se agarró del lavabo mientras intentaba regular su respiración y cerraba los ojos fuertemente.

Él no tenía esos ataques desde que se había mudado de Daegu. Deifnitivamente, Daegu no era un lugar seguro para él. Por alguna razón todo salía mal allí, todo se sentía mal allí.

Cuando pudo calmarse volvió a su habitación y se puso a limpiar los vidrios del suelo sin mucha cautela, cortándose un poco los dedos pero no le importó. La piedra la tomó pero no quiso leer que decía así que solo la hechó en una funda aparte y salió para ponerlo frente a su casa y botarlo al día siguiente pero tembló al notar que en la ventana que daba a la habitación de su vecino había alguien parado allí, no se veía bien por la oscuridad pero esa persona traía un abrigo puesto y solo le miraba.

Había otro hombre allí que no le había tocado siquiera. Mientras los otros se habían encargado de perseguirle, empujarle, arrastrarle, golpesrle y violarl, ese hombre solo seguía allí, como un expectador y por alguna razón...

Ese hombre daba más miedo que los demás.