Te casarias con migo

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Pasado un mes

Yuri salía del consultorio de su médico después de la revisión rutinaria de sus bebes, si, traería al mundo a un par de bellos niños.

Hoy por primera vez pudo oír el corazón de sus amados bebés latir fuertemente, por lo que el medico dijo, los niños se encontraban bastante bien; Aunque se encontraban ligeramente preocupados, ya que Yuri se embrazo muy apresuradamente después del tratamiento y eso podría significar un peligro para él y para los gemelos.

Era posible que no resistiera el parto o que sus bebés nacieran con alguna incapacidad. Las más probables y que atemorizaban al omega eran el que nacieran sordos, mudos…o peor aún, ciegos; esto lo tenía atemorizado y con deseos de encerrarse hasta que sus cachorros nacieran, pero Otabek le aseguro que nada malo les pasaría a los niños y a él.

Otabek por su parte estaba emocionado, tanto por los niños como porque al fin había conseguido la ayuda de todos los conocidos de él y de Yura para la pedida de mano del menor. Lo haria de una manera muy divertida y con ayuda de todos.
Luego de salir del hospital con su Yura sonrió tomándole de la mano y lo llevo al auto, al igual que lo ayudo a entrar. — Te llevare a la pista, ya proto será hora del entrenamiento de Misha y Lena. —Murmuro el Kazajo dentro del auto y comenzando a conducir en dirección a la pista.

--Beka, no quiero ir. —Yuri declaro posando su mano sobre su vientre. —Llévame a casa, quiero estar en casa con los niños.
--Los niños están en la pista con los Nikiforov. —Recordo el moreno a su pareja mientras tomaba la mano de este con dulzura. — No puedes dejar a tus hermanos sin sus prácticas, además, el doctor dijo que puedes seguir con tu rutina normal solo que con cuidado. Por lo que no hay excusas Yura.

El menor no pudo decir nada más, únicamente guardo silencio todo el camino a sabiendas de que Beka no cambiaría de idea.
Miro alrededor cuando bajo del auto, no había ni un alma en el estacionamiento de la pista, lo cual le extraño.

—Parece que no hay nadie, Beka ¿Y si vamos a casa? — Sugirió Yuri pero el mencionado solo negó y le tomo la mano para entrar al establecimiento.

Una vez dentro del lugar vio a Yuuri, el rubio fue donde él en busca de respuestas.—Oye cerdo, ¿Donde están los niños? — El nipón no respondió, cosa que hizo hervir la sangre del rubio, incluso le iba a gritar pero Yuuri tomo su mano y lo llevo a las gradas que estaban en la pista, la cual estaba totalmente a oscuras.

Katsuki ayudó a sentarse en las gradas al ruso y se retiró del lugar. Yuri estaba notablemente extrañado, miro a su alrededor sin lograr ver nada pero una luz de color morado en medio de la pista llamo su atención; bajo el reflector Viktor y Yuuri estaban frente a frente, una suave tonada empezó a sonar y los dos mayores patinaron suavemente.

Era realmente hermosa esa melodía. Poco después aparecieron en escena sus hijos, Misha y Lena.

Yuri permaneció en silenció viendo como los niños patinaban alrededor de los mayores y de rato en rato realizaban saltos con los mayores. Al finalizar la canción solo pudo aplaudir encantado, las luces se encendían y sus demás amigos y conocidos aparecían en la pista mientras otra canción empezaba, ahí lo entendió todo con tan solo oír la letra de la canción y no pudo evitar que las lagrima recorrieran sus sonrojadas mejillas mientras veía como estos formaban un camino de pétalos de rosas para él. Mila se acercó a él y con una sonrisa lo ayudo a ponerse sus patines para que bajara a la pista, hecho esto, entro a la pista junto con la pelirroja y al otro extremo de la pista, Otabek entraba de igual manera, usaba un traje bastante elegante que resaltaba su masculino cuerpo.

El kazajo patino en su dirección y tomo ambas manos del rubio, llevandolo al centro de la pista donde una silla fue colocada, Yuri fue sentado en ella mientras veía como todos formaban un circulo a su alrededor e iban dando vueltas. El ya entendía que sucedía y las lágrimas seguían cayendo a montones, incluso estas aumentaron cuando su amado se arrodillo frente a él y tomo su mano.

El Ya No EstaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora