El Ya No Esta

Destinados

Luego de haber dejado a su hijo dormido en su cama, bajo para encontrarse con su futuro esposo, el cual se encontraba meciendo en la carriola a sus bebés mientras les tarareaba una canción. Yuri sonrió y silenciosamente abrazo la cintura del moreno.

—No les tararees música electrónica Beka, no serán DJ como tú. — Soltó en un tono burlón. — Él patinara y ella será la próxima prima ballerina de Rusia, no voy a perder contra el cerdo y el cerdito Jr. —Con una sonrisa termino de pronunciar eso, se separó del mayor y fue a sentarse en el sillón frente a la carriola, mirando a sus nenes dormir.

Por su parte Otabek solo sonrió sentándose a su lado para apegarlo a él.

—No podremos obligarlos a hacer algo que nos les guste y no te permitiré que los obligues.—Beso su mejilla. —¿Que sucedió con Sasha por que llego así a casa? —Pregunto mientras le ponía una manta a sus hijos.

—Es algo serio Beka, creo que Sasha y el hijo de los Lee Chulanont sufren del síndrome del destinado*. —Explico acariciando suavemente su barbilla. —Creo que hay que hablar de ello con él y también con los padres de ese omega y llevarlos a un centro verse para que hagan estudios, aunque lo odie. —Bufo para mirar al suelo.— De todos los alfas del mundo y omegas que hay, justo a mi pequeño le sucede y con ese omega.

El mayor se rasco su nuca.— ¿Estás totalmente seguro? Puede ser un error, Sasha aun es un niño. Todo estará bien, ya verás, no debe ser nada.

Al terminar la charla tomaron el carrito para llevarlo hacia su cuarto con mucho cuidado de no despertar a los niños y así poder depositarlos en su cuna juntos con el mismo cuidado, el rubio no pudo evitar verlos dormir juntos tomados de sus pequeñas manitas. Parecía que nunca se soltarían.

—Ambos son tan lindos ¿No es si Beka? —Pregunto mientras acariciaba los cabellos de sus bebes.— Son míos… es tan increíble jeje… me gustan tanto. Los amo tanto. —Terminado de decir esto empezó con su rutina diaria para poder acostarse a dormir al lado de su amado, porque para el siguiente dia tendría mucho que hacer.

☆ミ　☆彡

Al dia siguiente después de mil malabares que realizo para alistarse él y a sus hijos, Yuri al fin pudo emprender su agenda de ese dia, primero llevar a su hijos a la escuela para luego realizar las compras, lo cual se le dificulto gracias a sus recién nacidos, por suerte aún tenían a la señora de la limpieza contratada moriría del cansancio al tener que hacer la comida y la limpieza.

Luego de salir al fin del supermercado con sus hijos y acomodar todo en su auto condujo a casa de  sus padres pues necesitaba el número del mejor amigo de Yuuri, y también explicarles lo sucedido con el pequeño Sasha.

Al estacionar fuera de la casa bajo para así poder sacar la carriola doble donde puso a sus bebes cubriéndolos con una manta y acomodándoles sus gorritos de gatitos que tenían puestos, al ya estar bien a su criterio se adentró en el jardín empujando la carriola lentamente hacia la puerta para tocar el timbre y esperar a que saliera el japonés a recibirlo como siempre, pero su sorpresa fue grande al ver que el que abrirá la puerta no era el japonés sino un coreano con una mirada muy seria.

—Te esperábamos, Yuri Plisetsky. —Sentencio con una mirada dura y un tono serio, detrás de este se encontrada un tailandés que no traía su típica sonrisa en su rostro sino una total cara de preocupación.

Eran una pareja muy poco vista, un caso muy raro en el que un beta lograba dejar en cinta a un omega como el tailandés y más aún que el cochorro que naciera fuera un omega y no un simple beta.

El rubio solo soltó un suspiro muy pesado para mirarlo.—Y yo contigo y tu pareja, Seung Gil Lee creo que mi cachorro y el tuyo han tenido un encuentro no muy afortunado. —Gruño el rubio, como el gato malhumorado que era.