♥(✧)┊ I'll never forget you || [Flashlight]

♥(✧)┊ Prólogo

Warning!

1.- Este libro es un Fanfic Flashlight.

2.- Favor de respetar Ships y personajes.

3.- Si vienes por lemmon, aquí no lo encontrarás.

4.-Éste fanfic fue creado con el fin de entretener. (Créditos en la sinopsis)

♥(✧)┊ Prólogo

-Twilie, cariño...¿Podrías darle a los nuevos vecinos ésta comida de nuestra parte?

Tomé la canasta con un olor exquisito que me entregó mamá y asentí, para que, como toda niña obediente haría, salga de mi casa caminando hacia el parque para cruzarlo y llegar al otro extremo. Ante mis ojos y baja estatura pude presenciar un enorme camión de mudanza del cual dos hombres entraban por y salían con cajas. Miré abajo y miles de ellas se encontraban afuera.

Esquivé unas cuantas para no caer y llamé a la puerta aunque estaba abierta. Una linda señora de cabellos celestes, piel blanca y ojos azules fue la persona que me recibió. Tenía una cobija en sus brazos y lo primero que vino a mi mente fue un bebé. Ella me sonrió.

-Hola, ¿En que te puedo ayudar, pequeña?

-Mi familia y yo queríamos darles la bienvenida y vine a traerle un obsequio -mostré la canasta aunque pronto me sentí el ser más torpe del mundo al ver que no podía tomarla.

-¿Puedes dejarlo en la mesa por favor?

-Por supuesto.

Entré a la casa medio vacía de cosas y ella caminó conmigo hasta la parte del comedor. Me dijo que la esperara ahí y subió las escaleras. Supuse que para dejar al bebé. Me senté en una silla y observé las figuras de porcelana en la repisa sobre el televisor y mi vista calló al suelo al ver juguetes que al parecer eran autos. Fruncí el ceño. ¿Tendría un hijo de mi edad? En eso llegó y se sentó frente a mí ahora con sus brazos libres.

-¿Cuál es tu nombre?

-Twilight Sparkle.

-Hermoso, el mío es Flare...¿Qué edad tienes?

-Siete años.

-¿En serio? Entonces no dudo en que se llevarán bien -lo último lo dijo en un tono más bajo.

Escuché un ruido y volteé hacia arriba. Adiviné. Un par de ojos azules me observaban. Lindos. La señora Flare posó su vista hacia donde yo veía y sonrió.

-Baja, Flash. Saluda a nuestra nueva vecina.

Seguí con la mirada a ese niño de piel ámbar y cabello azul hasta que sus pies tocaron el suelo. Sonrió de lado y movió su mano. Hice lo mismo.

-¿Qué tal si salen a jugar un rato?

-¡Claro!

Fui a su lado y lo tomé de la mano para salir hasta el parque. Llegamos a una especie de barda color gris y nos subimos en ella.

-¿Cómo te llamas?

-Flash Sentry.

-Soy Twilight Sparkle -extendí mi mano y él la estrechó gustoso.

-¿Éste lugar siempre es así de callado?

-Por lo general sí...¿Qué es eso? -señalé el objeto detrás de su espalda.

-Una guitarra -dijo mientras la posaba en sus brazos.

-¿Tú tocas?

-¡Me encanta! Algún día tendré mi propia banda.

-¡Ah! Espera aquí.

Asintió a mi petición y corrí a casa. Entré a mi habitación y tomé el cuaderno. Luego avisé a mi mamá que estaría afuera y regresé con él. Al lograr subir la barda de nuevo, lo abrí en la primera hoja.

-¿Qué es eso? -me miró entre confusión.

-Me gusta escribir canciones de vez en cuando... son muy buenas -golpeé su brazo ligeramente con el codo y el me dio una sonrisa.

La tarde entera la pasamos juntos, él tocando y yo cantando. E incluso me habló más de él. Tenía ocho años y le gustaba cuidar a su hermana pequeña, Flame. Había conseguido un nuevo amigo con éxito.

-¿Entrarás a Canterlot High School? -ahora estábamos acostados en el suelo observando las nubes rojizas y el cielo anaranjado y violeta.

-Sí, mis papás dijeron que sería mejor que entrara ahí.

-Entonces no estaré tan sola al iniciar el ciclo escolar.

-¿Qué no tienes siete años?

-Ese es el problema, por mi edad y por lo tanto gustos...no les agrado mucho a los otros niños -me incorporé y abracé mis piernas -... ya me cansé de intentar, entré antes a la escuela y no puedo remediarlo...

También se incorporó y posó una mano sobre mi hombro.

-Puede que no sepa mucho sobre lo que has pasado pero... siempre estaré ahí para apoyarte.

Lo miré con asombro y me dio una mirada honesta. Nunca nadie me había dicho eso y me hacía sentir... especial. Lo abracé sin previo aviso.

-Gracias, Flash.

Me correspondió el abrazo.

-No hay de qué...

Y... ¿Qué puedo decir? Él era sin duda mi mejor amigo y siempre estaba ahí, en todo momento. Y aunque tuviéramos diferencias, eso no nos detenía a ser una pareja de amigos con grandes sueños.