03. Cuarta fase

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Había sido el número 11 en desembarcar. No se veía muy hábil, más bien era mayoritariamente fuerza física. Le seguí con paciencia, había cosas que ya conocía de todo, y para mí esto iba a ser muy simple. Materialicé mi Ghost Bow y envié una flecha de color morado hacía sus extremidades inferiores e inmediatamente cambié de posición por si lograba detectarme, la flecha le alcanzó un tobillo, ahora solo debía esperar a que el veneno hiciese efecto. Como ya había utilizado una flecha naranja en él, no me molesté demasiado en perderle un poco la pista, más bien, me quedé en la cima de un árbol mientras se alejaba.

Era tan relajante, saqué de mi bolsillo la carta del Joker, y sonreí, estoy se iba a poner tan interesante que tenía ganas de gritar, además, también estaba la posibilidad de ver algunos músculos de los participantes, una semana en la isla, obviamente que requerirían de algún baño, hasta podría encontrarme con Hisoka y ver por completo su cuerpo. Me sonrojé y me comencé a poner nerviosa, al final caí algunas ramas más abajo. Esto solo me pasa por ser una pervertida. Me recuperé y sentí que alguien me estaba espiando cerca de aquí. Aunque no sabía ocultar su presencia. Me puse a la defensiva, si bien era una semana, sería sumamente complicado todo. No debía subestimar a los demás aspirantes.

Me deslicé entre las ramas, hasta encontrar tirado a mi presa, bajé del árbol con cuidado, no quería que notaran mi presencia, le tomé el cuello al tipo y lo volteé para terminar con su suplicio, después de todo, no había cura para aquel veneno. Busqué entre sus ropas la placa y al final me di cuenta que la tenía en un bolsillo, y al mirarla, el número en ella no era el que correspondía. El muy hijo de puta había escondido su placa. Bien, no tenía por qué ponerme a buscar, solo debía buscar a otras dos víctimas y terminar con aquello. O bien, yo me había equivocado en el número, eso también era una propuesta aceptable. Quizás podía conseguir algo de información y sólo había un pequeño que me la daría más fácilmente.

Comencé a buscar a Gon, y lo encontré practicando con su caña, pero no solo eso, alguien más estaba allí, entre los arbustos.

– ¡Yo, Gon! – Le saludé mientras me acercaba, se puso a la defensiva.

– Hola... ¿Soy tu presa? – Sonreí amablemente y me tiré en el piso a mirarlo.

– Nop, más bien, quiero información, y yo podría darte información de tu presa. – Me miró incrédulo. – Pero debes acercarte. –

– Dime el número de tu objetivo... – Sentí que dudaba, un chico tan inocente, me parecía tan agradable a la vista, podría decir que es como un animalito salvaje.

– 198, y me equivoqué al seguir a un tipo, estaba segura de que era aquel hombre, tu no sabrás quien es. –

– Oh, a mi amigo Killua, le tocó un número cercano... –

– Cercano, no es necesario que me lo digas... ya sé quiénes son... – Sonreí y me puse de pie. – ¿Y bien, no preguntaras tu por el paradero de tu objetivo? –

– Si te pregunto ahora mismo, será imposible para mí encontrarlo luego, sería totalmente en vano... –

– ¿Pero podrías aceptar un consejo? ¿O algo que pueda darte para que este favor este pagado? – Rasqué mi cabeza, no era tan simple el pagarle a un niño de 12 años que era muy salvaje, quizás ya se había dado cuenta.

– Mm, okey. – Me acerqué a él y le susurré en el oído, "sangre". Fue todo lo que dije.

– ¡Nos vemos, cariñito! – Le besé la mejilla y me perdí entre los arbustos, a sabiendas que el otro tipo estaba allí. – Si le matas, te buscaré para asesinarte... – Fue todo lo que dije, sabía que no era tan fuerte como yo, o quizás no aún, pero ya que.

El joker y la Reina de espadas (Hisoka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora