08. Cuando la apuesta se sale de las manos

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Me desperté por la noche, Hisoka estaba a mi lado durmiendo, me había despertado el ardor del tatuaje en la pierna. Me levanté suavemente tratando de que el pelirrojo a mi lado no lo notara, entré al baño para lavar el tatuaje y poder echarme el ungüento, noté que en mi cuerpo estaba con muchas marcas debido a Hisoka, antes no había dejado tantas marcas. Debía hablar con él, me llamaba la atención lo complicado de nuestra situación, si bien dije que una vez que viera a Kuro tomaría mi decisión, si estaba comenzando a sentir cosas por el arlequín, no es que quisiera pisar sobre suelo seguro, pero no quería arriesgarme con los sentimientos.

Volví a la cama y al momento de recostarme, fui apresada por los brazos de Hisoka desde mi cintura, estaba apoyando su cabeza en mi muslo, no estaba durmiendo, me miraba de una forma extraña.

– ¿Qué sucede? – No pude evitar el preguntar sin más, acaricié sus cabellos con cariño.

– ¿Quieres hablar?, te pregunto porque estas actuando extraño... tu aura está intranquila, además no peleaste tanto anteriormente, gatita – Mordió mi pierna suavemente.

– No sé si es el mejor momento, hay cosas que debo aclarar por mí misma, por ahora, solo tengo la duda... ¿Tienes más información del Ryodan? – Sus brazos me apretaron más, estaba mordiendo ahora a un lado por sobre el tatuaje.

– Sí, tengo más información, y no, no te diré nada... aun, pequeño damasco... ¿Realmente es todo lo que quieres hablar? ¿No quieres decirme algo más? – Se sentó a mi lado, estaba actuando sumamente extraño, estaba siendo ¿cariñoso?

– Pareciera que eres tú el que quiere decir algo más, si es así, solo dilo... – Él se apoyó en el respaldo de la cama y me invitó a apoyarme.

– Mmm, supongo que lo descubriste antes... los pendientes... – Yo miré al frente y asentí – Lo sabía, ¿Qué fueron los besos con la tipa de mechones azules? – Yo le miré, estaba mirándome de forma seria, le estaba afectando de alguna manera.

– Es mi mejor amiga, y tenemos una forma muy particular de cerrar nuestras promesas, hace unos años ella se me confesó, y yo no pude corresponder a sus sentimientos porque solo había una persona en mi corazón, llevaba años enamorada de Kuro, ahora mismo no sé qué sucede conmigo... – Su mano se acercó a mi mejilla, luego me dio un toque en la nariz.

– Estoy seguro que dijiste que no sabías su nombre, pero estoy dudando de eso. ¿Kuro es el líder de la araña, ¿no? – Volví a asentir, esperaba que continuara – ¿Estas enamorada de mí?

– ¡Por favor, nunca tan loca!, es obvio que tú me atraes en muchas formas, pero a penas logre superarte ya no habrá forma de que me quede a tu lado, ¿no es obvio?, tú no estás enamorado de mí y eso hace imposible que yo lo esté de ti... – Mi tono de voz sonaba como herido, no quería decir eso, pero fue una reacción totalmente defensiva.

– ¿Cómo sabes que yo no siento algo por ti? – Toda su cara estaba sonriendo, era como si hubiese leído por debajo de mi reacción.

– No dije eso, dije que no estás enamorado de mí, es imposible, nos conocemos hace unos meses, 3 o 4, el amor se forja, y tú solo buscas divertirte, cuando encuentres a alguien más entretenida que yo, te irás... es lo obvio – Hundí mi rostro en su pecho, yo no estaba enamorada de él, no había forma de que tuviese un sentimiento de amor por él, alguien que me saca de quicio, alguien que lograba hacerme pelear, que me entrena de maneras impensables, imposible, sentimientos de amor eran imposibles.

– Pequeño damasco, me aferraré a ese punto, nos conocemos hace unos meses, y aún no me aburro de ti, además estoy seguro que escuché decirte de la manera más romántica posible que eras la puta de alguien más, ¿me dirás que eso no es amor? – Ahora sí que lo mataba, le di una cachetada, no fue para nada fuerte, solo fue mi forma de decirle, estás equivocado.

El joker y la Reina de espadas (Hisoka)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora