El joker y la Reina de espadas (Hisoka)

21. En el juego

Este capítulo contiene escenas +18

------------------------------------------------------------------------------

Sólo entrar a la ciudad me había sorprendido, estaba llena de mujeres y hombres apuestos, cada uno con una situación muy cliché con respecto al amor, desde el típico rescate a la damisela en peligro, hasta los halagos estúpido sobre la imagen. Seguí a Hisoka entre las calles, íbamos tomados de la mano y creo que pasábamos desapercibidos entre otros jugadores, y era obvio, no estaban allí para enfrentar a nadie, sólo buscaban diversión para adultos. El lugar al que nos dirigíamos era muy parecido a los barrios rojos de ciertas ciudades, con esto me refería a los lugares en lo que pides por sexo o en dónde está lleno de moteles para las parejas que deseaban tener sexo.

Mi mente seguía procesando el porqué de que Hisoka me trajera a tal lugar, y cómo lo había descubierto, mis celos estaban trabajando, quizás el muy maldito había estado con alguien en aquel lugar, además del hecho de que no hablara en todo el camino me estaba poniendo los pelos de punta. ¿Habrá sido capaz de engañarme? Aunque técnicamente habíamos terminado.

- Deja de pensar en esas cosas, estás soltando tu deseo de sangre y vinimos a pasar un buen rato, así que cálmate... - Dijo y se detuvo para acercarme a él.

- ¿Cómo sabes de este lugar? – El arlequín me sonrió pícaramente.

- Te lo diré cuando lleguemos, pero no es nada malo de lo que estás pensando – Volvimos a caminar, pero esta vez me llevaba más pegada a su cuerpo.

Continuamos hasta llegar a un edificio en aquel lugar junto al muro que separaba al pueblo de lo que parecía otro tipo de barrio. El edificio era pintoresco, definitivamente no se veía como el típico motel de ese lugar. Al entrar me sorprendí, todo estaba decorado de tal forma que tenía líneas en dos tonos verde y azul, además de una escalera a lo que parecía otro piso, una gran puerta en la que dentro había un gran escenario, el interior parecía que abarcaba hasta el segundo piso de aquel edificio, todo parecía muy circense.

Hisoka me llevo hasta el piso 4 de aquel lugar, el número en la puerta del lugar en el que estábamos frente era el 44, algo tenía el arlequín con ese número.

- Hemos llegado, gatita~ - Dijo y abrió le puerta de par en par.

Adentro era un departamento bastante extravagante, tenía los mismos colores de la entrada, parecía que el techo estaba cubierto por telas, los muros tenían un papel mural de líneas y detalles en cada esquina como con serpentinas. Me dirigí más adentro de aquel lugar, el dormitorio se veía maravilloso, como si fuera una carpa de circo, eso era como se veía todo, pero llevado a algo más realista en una habitación.

El baño era precioso, la tina totalmente transparente, el techo cubierto de espejo, el piso de una cerámica ultra reflectante, que se veía atrapante y los muros de una tonalidad azulada muy pastel.

Cuando volví a la sala de estar miré impresionada a Hisoka.

- Resulta que cuando llegué a este lugar me topé con un personaje que hablaba sobre un circo moderno, esto es un hotel, el arriendo es muy barato, y raramente te pueden dar trabajo aquí mismo, en el escenario que viste abajo

- Pero es impresionante, es muy acorde todo, ¿así era en Glam Gas no? – Me acerqué lentamente al arlequín.

- Pues, siempre había espectáculos, siempre estaba lleno de luces, era menos circense, pero dónde yo crecí por un largo tiempo sí era así...

- ¿Extrañas algo de eso? – Dije suavemente a lo que le rodeaba con mis brazos.

- Quizás, no, en realidad, no extraño nada de eso... no soy como tú, gatita~ - Sus labios se unieron con los míos en un roce suave.