Todo mi cuerpo tiembla mientras salgo al jardín y lo que encuentro es algo irreal para mí.
Hay numerosos fallecidos, entre ellos está Liam y Jason, detalle que me hace sentir todo cómo la realidad que es. Busco a Stephan con la mirada y lo encuentro tirado en el piso con toda la camisa ensangrentada. Corro en su dirección cuando veo a los policías entrar y detener a los pocos hombres que aún hay con vida. Me arrodillo a su lado y pongo su cabeza sobre mis piernas. Está despierto pero se nota que le cuesta trabajo respirar.-Stephan, tranquilo. Te trasladaremos al hospital.- le prometo convencida
Stephan sonríe y me toma de la mano.
Levanto la vista y me alegro de notar a la coronel Blake. Mi llamada si funcionó. Cuando ella me ve, le habla a una asistencia.-Ya vendrá una ambulancia.- le indico a Stephan
-Eres tan bonita.- susurra.- Perdón por todo lo que te hice, por todo lo sufrido...
Comienza a divagar y eso no puede significar nada bueno. Hago presión en la nueva lesión y se queja del dolor. Le quito la camisa como puedo y me doy cuenta de que en realidad son dos heridas y la del día anterior se ha puesto roja.
-Stephan, el hecho de que me pidas perdón no va a cambiar lo vivido.- le hablo para que no se quede dormido.- Así que te exijo que te mantengas con vida y me des el gusto de verte en prisión.
-Yo nunca he pisado prisión y no lo haré ahora.- balbucea.- Lamento no haberte amado cómo hubieras querido, pero... y-yo no conocía... otra manera.- se detiene cuando un ataque de tos aparece
-Stephan, basta.- busco a la coronel, pero no la encuentro.- Tu seguirás vivo. Mala hierba nunca muere, ¿Recuerdas?
Lo ayudo a ponerse de lado cuando la sangre comienza a brotar de su boca. La situación empieza a ponerme mal.
-Te veré en mi lugar favorito algún día, ¿Cierto?- ansía acariciarme la cara, pero ya no tiene fuerza
¿Dónde está la maldita ambulancia? Stephan no me deja de mira, pero de un segundo a otro el agarre de su mano se suelta y su pecho deja de hacer el suave movimiento.
-Stephan...- lo llamo
Escucho a la ambulancia llegar. Los paramédicos me piden que me mueva para que puedan disponer del cuerpo y lo hago.
Levantan a Stephan en una camilla y lo meten a la ambulancia, arranca y desaparecen de mi campo de visión.-Charly... ¡oh, por dios ¿Te han dañado?
¿Qué? giro para poder mirar a la coronel y después le doy una repasada a mi ropa.
-No, no es mía.- contesto.- Mi hijo está en la habitación principal.
Intento no pensar demasiado y me dirijo por última vez, dentro de la casa.
-Charly, despierta.
Escucho la voz de mi madre, pero suena a lo lejos.
-Vamos mi niña, Noah te extraña.
¡Mi hijo! Abro los ojos mansamente y lo primero que veo es a mi mamá. Estoy en el hospital, ¿Qué ha pasado?
-Oh, mi vida. Que bueno que despertaste.- me abraza fuerte.-Iré a notificar al doctor.
Sale de la habitación, y poco después entra el doctor con ella. La coronel Blake aparece justo detrás de ellos.
-Bien, Charlotte. Soy el doctor Shawn, ¿Recuerdas que pasó?
Niego con la cabeza.
-Te desmayaste. Has estado dos días en el hospital.- me notifica
¿Dos días?, no puede ser. ¿Qué ha pasado con Stephan?
-Las heridas que tenías ya han sido sanadas y te daremos el alta hoy mismo. Sólo descansa un poco.- me hace la última revisión y después se va.
-¿Qué ha pasado con Stephan? ¿Cómo nos encontraron?- le pregunto a la coronel.
Mi madre pide salir de la habitación y se lo concedimos. Supongo que no le agrada escuchar nada que tenga que ver con lo que me ha pasado, y no porque no me quiera, sino porque es demasiado débil para eso.
-Puse completa atención a tu llamada. El resto es innecesario.- me toma de la mano
Funcionó. Mi llamada si funcionó.
-¿Stephan está en prisión?- pregunto insegura
La coronel niega lentamente con la cabeza.
-El murió, Charlotte. No sobrevivió ni medio camino al hospital. Sus heridas eran profundas.- puedo notar que en realidad lo lamenta.- Sabes que para ambas, significaba mucho más en prisión. Pero las cosas pasan justo como deben pasar.- puedo notar cierta duda.
Finjo estar de acuerdo con ella y no me atrevo a mirarla de nuevo. Pongo mi completa atención en el reloj que está pegado a la pared. Contaré los minutos para salir de aquí. Sólo me queda aferrarme a eso, el tiempo.
Dos horas después voy camino a mi casa. A mí verdadera casa. Seattle. No puedo evitar contar los segundos para ver de nuevo a mi hermana y a Noah. El abrazo confortante de mis padres me hace sentir protegida. Cuando llegamos a la casa que rentaron, entro corriendo para poder abrazar a mi hermana con la misma intensidad que la primera vez que la conocí hace años atrás. Mis padres se unen al abrazo y para mí, es el más triste de los apretones. Después de eso, me voy en busca de mi hijo.
Abro la puerta de la habitación que mis padres ajustaron para él. Entro lentamente y me permito respirar profundo antes de acercarme, pero no puedo. La insoportable sensación de mi pecho no se va por más que le ruego que lo haga.-Él me hizo mucho daño, te prohíbo que me hagas esto ahora.- murmuro rabiosa.- Todo va a mejorar ahora.- me intento convencer.
Stephan Miller nunca más va a intentar volver por mí o por Noah.
Porque está muerto.
Ya no lo voy a volver a ver.
Jamas voy a tener que preocuparme por él.
Dentro de unos años, ni siquiera me quedara su recuerdo.
Será cómo sí Stephan nunca hubiera aparecido en mi vida aquel día en el colegio.
Porque está muerto.
-Sólo por hoy.- pido permiso al aíre y me dejo caer muy despacio al piso.
Envuelvo mis brazos alrededor de mis piernas y me permito sacar la terrible y confusa sensación de mi sistema.
Por Stephan.Por mí.
Por mí hijo.
Por todo lo sufrido.
Siento un dolor en mí pecho que no se apacigua. Jamás creí que esto se sentiría así.
ESTÁS LEYENDO
Ahí estaré
RomanceElla lo tiene muy en claro volveré por lo que me ha quítado volveré por la revancha Charlotte sabe que iré por ella... se qué me esta esperando No importa dónde esté.... Ahí estaré Segunda parte ✓