-¿Y qué es lo que te hace sentir mal?
Cuadro mi espalda y detengo el fastidioso movimiento que hago con mis piernas. Me concentro en la pregunta que me ha hecho la doctora. Pero las palabras no me salen.
-¿Te has dado cuenta que siempre evades la pregunta?- cruza sus pierna de esa manera que la caracteriza.
Saco el aire por la boca y pongo los ojos en blanco. Sé que es así, pero no me siento capaz de hablar de eso ahora. Sólo han pasado tres meses, maldición.
-Voy a entrar a la universidad y creo que las cosas realmente están tomando su lugar, pero por alguna razón no me siento parte de ello. Es cómo sí todos avanzaran pero yo no y necesito saber de qué se trata o voy a perder la cabeza. ¿Me explico?- los movimientos vuelven.- He hablado con Adam, ¿Si lo recuerda? Bueno, pues él va a mudarse a Londres y está muy bien, ha superado lo que pasó y sigue con su vida. Mi familia también ha continuado y sé que se esfuerzan por mí, pero no quiero que lo hagan. Quiero no sentirme de ésta manera. Es cómo sí nada me fuera suficiente.
Sé que va a preguntarme, así que me adelanto a responder.
-Si, es por él. ¿De acuerdo? Entiendo que esto es una enfermedad y que con el tiempo voy a superarlo, pero no quiero. Eso es lo que me molesta realmente. ¡Desearía que estuviera en prisión y no cinco metros bajo la tierra!- grito frustrada.- ¿Estoy tan trastornada por sentír que en realidad siempre pertenecí a su lado?
La doctora no dice nada y me hace una seña para que siga hablando.
-Me sentía enamorada de él cuando estaba en la preparatoria y lo veía a escondidas, pero cuando me ví alejada de mí familia y en lo desconocido, me cerré por completo. Todo fue un desastre y no supe cómo sobrellevarlo. Nada en mis sentimientos está bien, pero no puedo evitar sentírlos, irónico ¿cierto?
Nos miramos a los ojos fijamente, sin decir nada. Pero no lo soporto una vez más y termino quebrándome.
-Es momento de que digas adiós.- susurró al pasarme un pañuelo.- Y te diré cómo puedes hacerlo.
Me quedo quieta en la entrada de la casita mientras observo cómo todas las personas disfrutan del sol y algunas nadan plácidamente. El sitio es en verdad precioso y a pesar de no ser muy apasionada del calor, es maravilloso sentirlo. Mi celular suena, sacándome de mi ensoñación.
-¿Estás segura que vas a estár bien?- mi padre se escucha nervioso.- Estamos mirando un par de cosas, pero sí quieres podemos volver y...
-Creo que Matira Beach y yo nos estamos agradando.- sonrío aunque no puede verme.- Ustedes diviértanse y los veré al atardecer. Necesito un tiempo a solas, ¿lo recuerdas?
-Lo sé. Te veremos en unas horas. Cuídate.- cuelga la llamada
Suspiro antes de entrar y guardar mi celular en la maleta. No quiero distracciones. Necesito dejar ir de una vez por todas a Stephan y a todo lo que significa. Aunque deba dejar un pedazo de mí en este sitio. Comienzo a desnudarme y busco entre mi ropa el vestido blanco que compré hace unas semanas. Cuando lo encuentro, lo deslizo lentamente por mi cuerpo y me quedo paralizada al sentírlo detrás de mí.
Éste es su lugar favorito...
Y es tan intenso que literalmente puedo percibirlo.
Su olor, su respiración, su intensidad. Es él.
-¿Me extrañaste princesa?
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Ahí estaré
RomanceElla lo tiene muy en claro volveré por lo que me ha quítado volveré por la revancha Charlotte sabe que iré por ella... se qué me esta esperando No importa dónde esté.... Ahí estaré Segunda parte ✓