Llegamos a Concarneau , el pueblecillo emmurallado del que os hablaba.
Durante la visita recorrimos toda la muralla, con unas vistas impresionantes por cierto; y fuimos a comer, obviamente todo eso con mil y una bromas por en medio de que si era gay o no.
Abrí mi bolsa de picnic que me había preparado la madre de Ken la noche anterior, realmente tenía mucha hambre.
En el picnic había un bocadillo para comer con mucha mantequilla, una manzana y bolsas de chuches, galletas, etc...
Pero vi algo que no me esperaba para nada, no me lo podía creer , Ken me había dejado una notita en un pequeño cacho de bizcocho casero en la que decía lo siguiente:"Victor , te quiero y espero que te guste el bizcocho."
Aún me lo creía menos, me había hecho un bizcocho, y me lo había hecho para mí.
Pero la felicidad no duró mucho, ya que los compañeros de clase empezaron a hacerme todo el repertorio de preguntas que tenían guardadas.
Tras las múltiples entrevistas de mis amigos pude acabar de comer. Los profesores nos dijeron que podíamos ir a dar una vuelta por el pueblo para verlo y comprar "souvenirs" y otras cosas.
Empezamos a recorrer las calles de ese pequeño pueblo con un gran encanto en su interior, me sentía bien después de haber visto esa nota y comido ese delicioso buzcocho.
El caso era que me había llevado a Francia bastante dinero para comprarle souvenirs a mis padres , abuelos, tíos, tías, etc.
Así que decidí pararme en cada tienda para comprar cosas. Encontré de todo, desde imanes hasta tazas y llaveros.Una de mis compañeras, Anya, encontró en una de las tiendas un collar para perros en el que estaba escrito "playboy" me llamó y cuando fuí me dijo
-Mira Victor para ti, seguro que a Ken le gusta.
Me hizo gracia pero me hice el enfadado, seguí mirando en esa tienda y vi una cosa que me llamó mucho la atención. Eran dos llaveros en forma de media luna que, al juntarse por una pieza magnetica, formaban una luna llena.Directamente pensé en mí y en Ken, algún día nos separaremos y vete a saber si nos volveremos a ver, así que decidí comprarlo porque así siempre estaremos unidos, pase lo que pase, por un simple llavero que he comprado en una tiendecilla de un pueblo de cuyo nombre ya ni me acuerdo.
Lo cogí, hice la pequeña cola hasta la caja, y lo pagué intentando que ninguno de mis compañeros me viera, me daba vergüenza admitirlo, era una cursilada como una casa pero no lo podía dejar allí.
Comimos un helado un puestecito del pueblo y se nos acabo el tiempo libre, fuimos al punto de encuentro y acabamos de recorrer la parte de muralla que nos quedaba.
El autobús no llegaba y, mientras esperábamos, algunas de mis compañeras decían sin parar "anticonstitutionnellement", la palabra más larga del diccionario francés y decirla era totalmente un trabalenguas. Cuando el bus llegó por fin, nos fuimos a Laudernau de regreso, el pueblo de nuestros correspondants, los cuales iban a acabar ya las clases.
El viaje de vuelta fue parecido al del ida, todos preguntando "¿Que tal con el frances, ¿eh?". Mis compañeros se pusieron a contar chistes y escuché en el fondo del autobús que estaban contando uno de bebes que crujen, además de chistes machistas y homofobicos. Lo último me molestó muchísimo.
Llegamos al fin. Salí del autobús y me llevé una gran sorpresa, estaba esperando a Ken para que me llevara a su casa, pero no apareció. Lo busqué por todas partes, incluso Noelia me ayudó, pero no, no hubo respuestas.
Fui andando a casa de Ken, no se ni como llegué ya que apenas conocía el pueblo, pero entré cabreado, muy cabreado, abrí la puerta del comedor y...
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Bueno chicos tenía ganas de escribir ya, espero que os haya gustado y espero no haberme pasado jejejehe
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Os queremos!
~annacami02~

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Kector
RomanceUna verdadera historia de amor que sobrepasa las fronteras y el idioma. Y sobretodo la intensidad de amar entre hombres.