Entró, se sentó, y me miró fijamente.
Estaba tan cerca de mí, que podía sentir su respiración, podía escuchar entre el silencio el latido de su corazón, podía ver en su mirada esos ojos azules llenos de lágrimas.
No sabia porqué lloraba, pero enseguida le abrazé. Unos minutos después nos soltamos.
Respiró profundamente y en pocas palabras me dijo algo que, inmediatamente, me hizo romper a llorar a mi también, supongo que por el ambiente que se había creado y que soy muy sensible, vaya.
Fueron tal, que las pocas que entendí, fueron suficientes para entender el motivo de su llanto.
Me dijo que su abuela había muerto.
Y nos abrazamos de nuevo.
De repente sonó mi teléfono, con la casualidad de ser mi abuela.
Me daba un no se que cogerlo en ese momento, porque mi amigo lo estaba pasando mal.
Así que colgué y le escribí un mensaje diciendo que luego le llamaba.Escuché como cada vez lloraba más y más fuerte, que su manera de abrazar no era la misma sinó que me cogía con más fuerza.
Me quedé atónito con lo que hizo.
Me dio un beso como si la vida le fuese en ello.
Sus labios contra los mios y las lágrimas deslizándose por su mejilla.Cerré los ojos y escuché el sonido de la puerta abriéndose, con la casualidad de ser su madre, al parecer sus padres habían vuelto. Rápidamente me alejé de él.
Hice como si no hubiera pasado nada y él hizo lo mismo.Su madre se sentó le dijo unas palabras en un francés muy cerrado que no entendí y se fué.
Al momento de irse su madre, se secó las lágrimas, se levantó de la cama y se fué de la habitación sin decir palabra.
Esta vez sí que no iba a olvidar ese beso.
Con la esperanza de que mi amiga me hiciesd olvidar lo sucedido le llamé ye dijo algo que no me esperaba para nada.
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Kector
RomanceUna verdadera historia de amor que sobrepasa las fronteras y el idioma. Y sobretodo la intensidad de amar entre hombres.