Yuri era algo así como un gato.
Como uno singular y de colores brillantes, con la creencia de que había nacido para ser salvaje, indómito y desconocido. Había nacido para ser visto como algo precioso para el mundo.
Era como un gato gruñón demasiado arisco, y no sabías en que momento podría rasguñarte y dejarte herido. Y a veces, algunas pocas, era malditamente dulce con esa mirada intensa y arrolladora, buscando mimos y palabras que dejaran a su corazón marcando en ocupado.
Él era así, rayando siempre en extremos opuestos y que solían dejarte colgado por varios minutos.
Y Otabek estaba bien con eso, con Yuri siendo ese pequeño conjunto de desigualdades perfectas.
Con un Yuri que podía dejarte con el corazón roto de un momento a otro y luego de segundos volver a repararte. Era confuso, y tal vez el problema de Otabek era que jamás iba a terminar por entenderlo del todo y con sus altibajos.
Yuri era demasiado dominante y determinado, y detrás de esa facha de niño menudo y flacucho se escondía una fuerza feroz. Una fuerza tan feroz que con solo una mirada era capaz de derrotarte ¿qué tan jodido era eso?
Yuri estaba en frente suyo, jugando con un vaso de agua, delineando con sus dedos finos el contorno de este mismo. Parecía avergonzado y cuando Otabek iba a mirarle el rubio escapaba de su mirada. Tenía puesto un pijama ligero y su pelo iba recogido en un pequeño moñito desaliñado que lucía adorable.
— ¿Vas a decirme algo?—Otabek se atrevió a preguntar. Yuri al mismo tiempo bufó, y apretó su boca en una línea. Estaba debatiéndose entre el huir y afrontar las respuestas que Otabek tenía para regalarle a sus inquietudes. — ¿Y bien?
— Entonces, tú eres un idiota—Yuri dijo y luego soltó algo así como una risita. —Eres tan bobo, Beka.
— ¿Qué mierda te pasa? —Otabek aguató la sonrisa que estuvo por escapársele. —Vienes y te comportas de esa forma ¿tienes algo que decirme, que no sea un insulto?
— Que eres un idiota… claro.
Yuri dejó el vaso trasparente sobre una esquinita de la mesa y luego empujó a Otabek hasta el sofá. Quiso entonces reír por la cara de confundido de su compañero. Yuri negó en su cabeza, agarrando la confianza necesaria para sentarse sobre las piernas del otro y dejarle una pequeña caricia en su espalda. La semana pasada se había estado sintiendo culpable y había ideado una manera un poco extraña en la cual disculparse de Otabek. Yuri se castigó mentalmente aun sabiendo que el antes el asunto lo desconocía.
No tenía nada que perder, entonces separó sus labios para continuar.
— Tú, tú una vez dijiste que la querías—Yuri dijo, preciso y sin rodeos. Si debía sentir vergüenza entonces haría que el momento durara poco, hizo una pausa y escondió su cara en el cuello de Otabek— Me hiciste doler y no te entendía ¿lo sabes?
—Lo sé. Hey, Yuratchka
— No. Déjame continuar. Yo no podía entender cómo es que la seguías queriendo cuando ella ya no estaba. Eras un grandísimo idiota. ¿Cómo quieres a alguien a quien no volverás a ver? Era una mierda todo eso. Y al final decidiste contarme después de tanto, me sentía perdido—Estaba hablando demasiado rápido y Yuri creía que podía morir de vergüenza en aquel momento. — ¿Por qué siempre te esfuerzas en ser bueno? Ella había muerto y lo sabías, pero te cagabas la cabeza solo y
— Pero te conocí a ti—Yuri asintió, un poco sorprendido para luego abrazar a Otabek, sintiendo unas ganas de vomitar enormes ¿Por qué tenía que ser así? —Y estabas aún más hecho mierda que yo, y quise que te soportaras en mí, y desde allí las cosas salieron mal. O bien, ¿Quién sabe?
— Las cosas salen bien cuando se tratan de nosotros, Beka. Estoy seguro.
— ¿Es eso lo que piensas?
Yuri asintió. Aferrando el agarre que sus manos desesperadas habían hecho.
Se había estado sintiendo culpable por tanto tiempo.
—Debí contarte antes, perdón.
— Yo solo, mierda. Beka ¿Sabes que te entiendo? Maldición—Yuri hipó casi a punto de llorar, sintiéndose pequeño entre los brazos del moreno, dejando salir precisamente todo lo que sentía. — Yo quería repararte, déjame repararte ¿está bien? Y no me vengas con tus porquerías esas de te quiero, porque sé que lo haces.
No lo digas más, Beka, por favor. Duele.
Yuri se tragó las últimas palabras que tenía por decirle. Y seguía con su cara escondida entre el cuello del moreno.
—Déjame dormir contigo esta noche ¿sí?
Otabek asintió y cargó el cuerpo delgado de Yuri. —Vamos a dormir entonces.
Yuri sonrió dejándose hacer, pareciendo pequeño en los otros brazos, entonces buscó la boca de Otabek para besarlo con ansias desesperadas. ¿Hace cuantos días que no sentía el sabor de esos dulces besos? Otabek tardó un poco en corresponderle y, sin embargo, cuando lo hizo Yuri jadeó en busca de aire. Se suponía que el llevaría el beso, pero poco le importó entonces cuando Otabek le besaba de esa manera, Yuri no iba a luchar y cedió sintiéndose en aquel punto en el cual ya no puedes regresar y te pierdes entre medio de cosas buenas.
Yuri soltó una risa cuando sintió el cuerpo de Otabek azotarse con la puerta de la habitación. Ambos se habían golpeado un poco en el camino. Volvió a besarlo antes de que ambos acabaran en la cama. Yuri volvió a soltar una risa nerviosa, y su cuerpo tembló. Al final acabó llenándose de determinación y murmuro palabras inentendibles entre medio de los besos pequeños que le dejaba Otabek.
—Tócame—Yuri susurró quedito y sintiéndose perdido.
Otabek suspiró, él se sintió morir, por supuesto. Sus piernas temblaron y un montón de espinas parecieron subir por su garganta. No estaba listo para eso, demonios que no lo estaba.
¿Por qué Yuri actuaba tan dócil si se trataba de él?
Eso era otra de las cosas que Otabek no acabaría de entender jamás.
Había visto a Yuri desnudo antes muchas veces, y de todas maneras pensó que esto sería diferente. Antes no había tenido al chico de esa manera sobre sus piernas, no con esa mirada, no con su voz entrecortada murmurando palabras que a él le eran difíciles de entender. No había visto los preciosos ojos verdes de Yuri volverse oscuros, profundos y sensuales ¿Qué mierda era todo eso?
—Yo no…—Yuri lo silenció poniendo unos de sus delgados dedos sobre su boca. —No…
—Silencio, cállate y dame un beso.
Otabek obedeció, quedito ahora él dejándose hacer por Yuri, siguiendo un beso salvaje y bueno.
¿Cuándo había cambiado tanto esto?
—Quiero que me toques ahí… puedes pensar que soy una chica—luego una carcajada se escabulló de los labios de Yuri y luego sonrió tan amplio como no lo había hecho antes, mostrando todos sus dientes pequeños y blancos. Otabek volvió a sentir su corazón detenerse cuando vio en los ojos bonitos de Yuri una tristeza profunda.
— Nunca vas a ser una jodida chica, Yuri—dijo, con sus manos acunando las mejillas del otro. — Eres demasiado bonito así ¿lo sabes?
Yuri asintió como pudo, emitiendo un sonido extraño con sus labios para luego suspirar sintiéndose derrotado. Otabek dejó un pequeño beso sobre su frente y se abrazó al cuerpo más delgado, hundiendo los dedos en el pelo rubio y desordenado de Yuri para luego llenarle de besos sus mejillas.
— Te quiero.
🌼🌼 Le dijeron que no dijera eso y lo hace el menso.😔
¿Qué raios acabo de escribir? Me ausenté por mucho tiempo, sorry sorry. Tienen permiso de golpearme kcyo.
CNBLUE me encorazona. Hasta dentro de 12 días más. Lo prometo ;u; —tiene el capítulo 8 casi listo— re random mis notas xdxd.
ESTÁS LEYENDO
¡Hey, Beka! [Otabek x Yuri.P]
Fanfiction¡Hey, Beka! Una vez más. Había sido un beso curioso el responsable del impulso que llevó a Yuri a querer descubrir respuestas en los labios de Otabek, su mejor amigo. EDITANDO