Gris

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Jimin había llegado a su casa a las 4:10 am. Tiraba de su maleta por el oscuro pasadizo de la entrada y cayó sentado aún bajo los efectos del alcohol. 

La casa estaba silenciosa. Y Jimin aclaró su garganta cuando sintió unas ligeras náuseas querer atacarle. Dejó la maleta en el suelo y cerró la puerta. 

  — ¿Padre? — habló un poco alto mientras subía las escaleras sujetándose con fuerza de la baranda o perdería equilibrio. Se sentía renovado y destruido al mismo tiempo. Sin duda el par de orgasmos de esa noche habían sido increíbles, pero su estómago se revoloteaba de tanto en tanto que le hacían querer tirarse en su cama y quedarse ahí hasta que pasara.

Abrió un poco la puerta de la habitación de su padre. Encontrando su cuerpo recostado en la cama. 

— Oh, esta dormido... —  se llevó los nudillos inconscientemente a sus labios y volvió a cerrar la puerta. 

A paso tambaleante, logró llegar a su habitación. Por un lado quería dormir profundamente, pero por otro, quería despertar a su padre y decirle que tenían suficiente dinero ahora para vivir mejor. Pero su cuerpo no pensaba tan positivo, y apenas tocó el colchón de su cama quedó dormido. 

No habían pasado ni cuatro horas cuando Jimin despertó nuevamente. Su estómago y cabeza dolían, pero no se sentía tan terrible como había pensado que estaría. 

Fue al baño y se aseó un poco. Tenía una cara del asco, y en sus ojos se podían ver las ojeras. Estaba hecho un desastre.

Se colocó un pijama que había dejado ahí, ya que si maleta permanecía tirada en el primer piso. Y se encaminó con una sonrisa hacia la habitación de su padre. Abrió la puerta y se encontró a su padre en la cama, tal y como lo había visto anoche. 

— Creí que despertaría temprano hoy ... — se acercó a la cama de su padre y se subió a un lado recostándose a su espalda. — Papá... ya estoy aquí, en casa... — murmuró y abrazó a su padre. 

Pero Jimin sintió un escalofrío recorrer su cuerpo cuando la ausencia de calor corporal lo golpeó. Su padre estaba helado. Jimin se sentó a mirarle. 

— ¿Papá? — posó las manos cuidadosamente sobre el hombro del mayor y lo agitó suavemente. — ...¿Pa-Papá?

De repente todo dolor de cabeza  desapareció dando paso a la preocupación. Su padre nunca se había visto de esta manera. 

  — Papá — Agitó un poco más el cuerpo. 

Jimin empezaba a sentir pánico, se levantó de la cama y rodeó la cama para estar frente al hombre. Tembloroso, acercó su mano a la nariz de su padre. Y el frío caló hasta sus huesos. No sentía su respiración. 

— Papá, esto no es gracioso — habló bajo tomando el pulso ahora. 

Sus ojos empezaban a llenarse de lágrimas pensando que era una pesadilla. Que había regresado demasiado ebrio y ahora estaba soñando. 

— Papá... ¡Papá! — sollozó agitando a su padre por los hombros. Este mantenía los ojos cerrados. Y Jimin entonces pudo ver que la palidez se había apoderado del cuerpo ajeno. Sus labios estaban blancos. Y su cuerpo totalmente helado. — No...no esta pasando. Papá, despierta, soy yo, soy Jimin, tu cachorrito, por favor, despierta... — Jimin tomó la mano de su padre y la colocó en su mejilla, frotando esta con suavidad en la palma — ¿Me escuchas? Estoy aquí, tengo dinero ahora, papá, tenemos dinero, despierta, tengo tantas cosas que contarte... tenemos que hacer tantas cosas, por favor despierta... 

Las lágrimas habían comenzado a caer por sus mejillas y los sollozos se empezaron a escuchar. Jimin se dio cuenta que su padre no iba a despertar. 

Ya no. 

Abrazó el cuerpo de su padre y lloró. Porque a pesar de todos los malos momentos que habían pasado en su vida, Jimin amaba a su padre. 

— No me dejes papá...  

🍒 CHERRY BOMB 🍒 Yoonmin (PAUSADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora