Baeva descubre oscuros, anormales y grandes secretos sobre su pueblo.
Baeva tampoco es normal.
¿Como no lo habia notado antes?
¿Porqué la confundieron con una persona que vivió cientos de años antes de que ella naciera?
Cosas terribles comienzan a...
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-¡Oh, no otra vez!- Frustrada por escuchar durante horas lo mismo me golpeé la frente con mi Palma. Estaba cansa de escuchar a Evan.
-No llamaste, no contestaste el teléfono móvil y no regresaste a dormir, ¡Cómo quieres que esté tranquilo!
Desde que llegué en la mañana no dejaba de pelear con eso. Lo encontré sentado en el sofá del recibidor esperando mi llegada ¡Toda la noche!
No creí que fuese a esperar así que me quede con los Donel a entrenar durante varias horas, y finalmente dormí sobre la parte trasera de la Jeep.
-Nunca aseguré que llegaría a tiempo-. Me encogi de hombros mientras soltaba un gran bostezo. Realmente necesitaba dormir, estaba rendida.
-Pero nunca dijiste que no llegarías a dormir-. Dijo enojado y con el rostro casi tan arrugado como una pasa. El tono demandante que estaba usando era parecido al de un padre.
Revoleé los ojos y me dejé caer con dramatismo sobre uno de los sofás que estában adornando el salón.
-Ya, no sigas. No pasará otra vez.
-No. Sé que no pasará -. Dijo con seguridad y añadió;- Tendremos una cena hoy. Iremos a casa de unos amigos.
-¿Quienes?- Cuestioné.
-Los Minds, amigos de papá y la familia.
Asiento y me levantó de mi lugar para caminar rumbo a las escaleras y así subir a mi habitación.
-¿Debo lucir formal?- Pregunté para ir pensando en mi vestimenta.
-Sólo ve presentable.-Lo escuché vencido, sabía que "lo presentable" no era lo mío.
Terminé de llegar a mi pieza y comencé a revólver las prendas de vestir para buscar algo casual pero elegante a la vez. Cuando creí que estaba todo listo me tiré sobre la cama y decidí tomar una siesta matutina.
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Me despertó el sonido de mi teléfono, encendí la pantalla para ver de que se trataba. Una llamada.
