Sentía los nervios viajar por todo mi interior entre más me acercaba a la casa de los Donel. Sentía que no debería estar ahí y qué no sería bien recibida.
Antes de que mi puño impactase contra la madera de la puerta, esta se abrió dejándome mostrar a la vieja Chris.
-¡Hola hija!- Saludó con máximo entusiasmo y sonrío al tiempo que me abría paso para que me adentrase a la casa.
Todo parecía completamente igual que hace unos días cuando estuve por aquí. Los mismos candelabros de cristal, las mismas paredes grises y grandes ventanales oscuras que daban vista a todo el pueblo. Siempre me habían gustado las casas algo extrañas y las fachadas arquitectónicas algo antiguas, pero esta mansión tenía algo diferente que me impedía apartar la vista de cada rincón. Es como si dentro de ella estuviesen miles de ojos observandome desde cada esquina.
-¡Anda, sube!- Hizo un ademán con las manos para invitarme a subir las escaleras. -Chicos esperar arriba- Habló con un extraño acento noruego, ruso o algo parecido.
-Gracias.
Salté los escalones uno por uno hasta llegar a un estrecho pasillo que conecta con varias puertas. Caminé hasta llegar a la primera y puse la mano con algo de nerviosismo sobre el pomo. Al hacerla girar lentamente y al abrirla me topé con un amplío salón de baño.
Genial.
La cerré y caminé hasta la siguiente puerta, la cual abrí un poco más rápido y me dejó ver a través de ella una habitación común y realmente ordenada, pero a final de cuenta vacía. La dejé entre abierta y me giré para seguir caminando pero mi cuerpo fue detenido al segundo tras impactarse con algo duro.
-Eso no estaba así -. Habló con tono divertido mientras me sujetaba de las muñecas. -¿Me buscabas?
-No sólo a ti, quiero hablar con Noah y Mitch-. Le hice saber mientras sacudía mis manos para zafarme de su agarre. Arrugó un poco su entrecejo dejándome ver su inconformidad con mi respuesta lo cuál me hizo sonreír internamente.
Lo vi girar sobre sus talones y comenzar a caminar con las manos metidas dentro de su chaqueta negra. Su grande espalda me decía que frecuentaba el gimnasio o ejercitaba a menudo, y que si ese era el caso, debería prestar mas atención cuando andaba sin playera.
Deduzco que debía seguirlo, por lo que me encuentro siguiendo sus pasos justo detrás de él.
Llegamos a la última puerta, la que se encuentraba justo al fondo del pasillo, Ethan la abrió dejándome pasar antes que él.Noah estaba tirado sobre el suelo con un libro extendido sobre su cabeza y con los brazos detrás de ella. Mitch estaba sobre la cama con grandes auriculares puestos en los oídos y las piernas cruzadas con una libreta sobre ellas.
ESTÁS LEYENDO
La Incursionista
VampiriBaeva descubre oscuros, anormales y grandes secretos sobre su pueblo. Baeva tampoco es normal. ¿Como no lo habia notado antes? ¿Porqué la confundieron con una persona que vivió cientos de años antes de que ella naciera? Cosas terribles comienzan a...