capítulo 10

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Amarré de pies y manos a Jason para que no pudiera hacer nada. Decidí por el momento no llamar a nadie. Jason tenía que responder muchas preguntas. Cómo fue que me sacó de la base y nadie lo notase? Abrían más personas involucradas en esto? Me toco mi cara y duele, lo mismo con mi cabeza, este idiota me las iba a pagar. Así lo desperté de un combo en su cara, ha estado desmayado cerca de 2 horas y ya se está empezando a oscurecer. ¡Dios, Paul debe de estar como loco! Jason abre sus ojos de apoco.

-bella durmiente, despertaste por fin! -agh, cállate-trata de sobarse la cara pero no puede.

-tienes que responderme muchas preguntas Jason, o debo decirte Gabriel?-me cruzo de brazos frente a él.

-cómo diablos sabes tú eso?

-digamos que te llamó tu padre y contesté la llamada.

-QUÉ HICISTE QUÉ?!-se alteró demasiado.

-así que… quién demonios eres Jason. Tenemos toda la tarde y la noche por delante.

-puedo sentarme? Digamos que me siento incómodo teniendo mi cara en el piso con olor a mierda, por lo menos yo te até a una silla-bufó.

-está bien, te ayudaré a sentarte.

-bien Elizabeth, mi nombre real es Gabriel Jason Ortega Olivera. Tengo 26 años, mi padre es Richard Armando Ortega Olivares. Lo odio desde los 9 años, él mató a mi madre y desde entonces le tengo un rencor enorme, en un principio quería matarlo con mis propias manos, matarlo a golpes como lo hizo con mi madre y dárselo de comer a los perros de la calle. Pero, después recapacité y decidí que enviarlo a la cárcel es mucho mejor, muchos de los reos quieren matarlo, que lo maten a golpes, lo apuñalen, y lo envenenen…que sufra por un largo tiempo. Pero para poder enviarlo a la cárcel necesito mucha información y pruebas.

-tú eres el puto traidor!-lo golpeo en su cara.

-diablos, Seidel-escupe botando sangre- me tomo la cabeza con mis manos y trato de calmarme.

-por qué no esperaste a que hiciéramos la misión. Yo igual quiero matar a ese hijo de puta. Quedan dos días para que nuestro avión vaya a Alemania, estaremos cara a cara con él.

-Elizabeth si voy yo, no iré como parte del equipo. Sino como uno de los de ellos. Soy uno de los de ellos...les di información de la base junto a tu…bueno…exprometido.

-y por qué rayos hiciste eso si querías meterlo a la cárcel idiota?! Sabes, debería matarte ahora.-cargo su propia pistola, ya que no andaba con las mías.

-Elizabeth, espera. Yo nunca pensé que llegaría a mayores. Lo que pasó ese día fue desastroso pero tú eres la clave…tú sabes todo lo de la base y el gobierno, no eres una simple espía como dices ser. Sabes que Ortega quiere la bomba nuclear que creaste cuando tenías 16, no te hagas la loca, que sabes muy bien de lo que te estoy hablando…eres una maldita genia y él quiere que trabajes para él. Te amenazará con matar a tus padres con tal que te quedes con él.

-cómo lo hará si no me reconocerá?...sabes que iré a esa misión y cuando tenga las pruebas necesarias lo capturaré y sino lo mataré. Ya estoy harta de esto.

-creeme que yo también-bufa

-bien, haremos como si esto no hubiese pasado, entiendes? Te contactarás con tu padre, y dirás que un grupo de vendedores de armas quieren hacer negocios con él. Cuando veamos que tiene las drogas y todas las armas junto a sus comerciantes, con las manos en la masa los atraparemos y esto acabará. Ah, y si vuelves a tocarme un pelo de nuevo olvídate de que tendrás descendientes en el futuro. Comprendes Jason  Olivera?

-sí Elizabeth, ya capté tu punto. No volveré a cagarla. Pero…él quiere esos códigos…

-él que piensa que eres dentro de la base?

-nada, él cree que tengo a alguien trabajando para mi dentro de la base.

-entonces estamos bien. Dile que los códigos han sido cambiados y solo el comandante tiene los códigos. Y, él sabe de mí?...

-sabe de Elizabeth Seidel, ya te dije. Pero no hay registros ni fotos de ti, así que tu identidad es totalmente desconocida.

-eso está bien…-suspiro y miro hacia afuera por la ventana, era de noche-cómo me sacaste de la base? -te saqué por la parte trasera, eso sí, le envié un mensaje a tu novio de que no llegarías a casa esta noche.

-no es mi novio.

-sí,claro-bufa-vi su escena de celos en el gimnasio Elizabeth-mr sonrojo. -dónde dejaste mis cosas?-pregunté cambiando de tema.

-las tiré a la basura.

-imbécil, por qué mierda hiciste eso?!

-por qué tu móvil tiene GPS no me iba a arriesgar a que te rastrearan. Aparte tenía planeado sacarte la información y matarte. Pero no funcionó como verás.

-dijiste que no querías matarme-achino los ojos.

-te mentí preciosa-me guiña el ojo- ahora serías tan amable de desatarme?

-sabes…podría dejarte aquí para que te mueras de hambre imbécil.

-oh vamos maduraaaa.

-mira quién habla de madurar-pongo los ojos en blanco.

-si me desatas te llevo a casa y no te dejo tirada en este bosque a más de 45 km de la ciudad.

-maldito hijo de…AAAAAH, te odio-el ríe.

-entonces…me desatarás?

-no me queda otra-voy donde está él y lo desato.

-sabes no te queda nada mal esa polera con ese pantalón.-sube y baja las cejas.

-imbécil-lo empujo y salgo de la casa abandonada, él me sigue riendo.

-ven, el auto está por aquí.-cuando vi su auto se me caía la baba, era un hermoso Aston martin one 77 en negro.

-hermoso no?

-más hermoso que mi Jaguar nunca, pero no está mal.

-vamos, que vi como se te caía la baba Elizabeth.-se ría.

-cállate Jason.

-sube y te llevo a tu casa- el trayecto fue rápido, ya que se fue a 120 km/hr. Aparcó fuera de mi casa, según el reloj del auto eran las 3:00 de la madrugada y las luces de mi casa estaban encendidas, seguramente Paul estaba como loco por no saber mi paradero.

-sabes ahora por tu culpa tendré problemas en casa-le digo enojada. -mami y papi te regañarán y te quitarán la mesada?-dice riendo

-dios, eres insoportable. No encontrarás nunca a una mujer siendo así.

-tengo mujeres todas las noches Elizabeth-me guiña el ojo-cuando quieras disfrutas tú una de esas noches.

-y yo pensaba que eras alguien normal y diferente.  Me doy cuenta de que eres un…

-un qué haber?-me reta y yo niego con la cabeza.

-Mejor me voy, nos vemos mañana idiota.

-ey, dime lo que me ibas a decir! No me dejes así-me toma del brazo cuando voy saliendo del auto.

-un gilipollas, eso es lo que eres. Ahora suéltame el brazo que estoy cansada.

-un gillipollas?-se ríe-bien, nos vemos mañana.-me sonríe. Ay hombres! Cómo es que pueden ser tan cambiantes de humor. Me quería matar esta tarde, me secuestró y me golpeó. Y ahora se hace el lindo-yo sólo asiento con la cabeza y me dirijo hacia la puerta. No tenía las llaves, así que busque dentro del masetero la llave de repuesto, cuando abrí mi casa estaba repleta de agentes. Mi hermano hablaba por teléfono y Erick caminaba de un lado a otro como león enjaulado preguntándole cosas a cada uno de los agentes. Cuando Paul me vio gritó.

-DÓNDE DEMONIOS TE HABÍAS METIDO ELIZABETH SEIDEL AGUILERA!-oh, oh si que está cabreado.  

SPYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora