-Donde mierda estabas! Respóndeme maldita sea Elizabeth-siento unos brazos abrazarme fuertemente.
-dios cariño, estaba muy preocupado. Discúlpame por haber sido tan imbécil te prometo que no sucederá otra vez-me tomó de las mejillas y me besó…pero en ese beso ya no sentía nada…soy una mala persona, no puedo hacerle esto a Erick, él se ve tan ilusionado y yo…no sé qué me pasa ¡reacciona Seidel!
-y bien? Dónde estabas?-mi hermano me mira sumamente enojado.
-por dios Paul, ya no soy una pendeja, así que no me vengas a controlar mi vida quieres?
-dónde estabas Elizabeth?-vuelve a decir.
-agh! Lejos sí? Estaba lejos.
-qué te pasó en la cara nena…la tienes hinchada y unos moretones te están por salir…te agarraste a pelea?-me mira Erick frunciendo el ceño.
-em…eh…digamos que sí?
-que mierda…Elizabeth, dime dónde estabas!-puse los ojos en blanco y me fui corriendo a mi habitación sintiendo los pasos de mi hermano y los de Erick persiguiéndome. Cerré la puerta con pestillo y me tiré de espaldas en la cama, suspiré y traté de dormir pero los gritos insistentes de mi hermano no me dejaban ir a los brazos de Morfeo. Irritada abrí la puerta y le grité.
-TE CONTARÉ TODO EN LA JODIDA MAÑANA! AHORA DÉJAME DOMIR MALDITA SEA!-y cerré de un portazo, la puerta quedó giratoria por lo fuerte que la cerré. Me fui al baño…necesitaba una relajante ducha. Cuando me miré en el espejo me dio susto…parecía un monstruo, mi cara estaba completamente hinchada y morada…el idiota de Jason me las pagaría. En la mañana se enteraría de como pega Elizabeth Seidel. Me bañé rápidamente ya que estaba demasiado cansada y me acosté a dormir por fin. Por la mañana unos golpes en mi puerta me despertaron.
-Elizabeth, mueve tu culo y levántate. Tenemos que hablar
-que linda forma de despertarme hermano-gruñí
-levántate y punto Elizabeth-dios, Paul es insoportable. Me dispuse a ponerme mi traje de la compañía y me tomé mi pelo en una cola, maquillé mi cara para así ocultar un poco lo mal herida que estaba y bajé a tomar desayuno y tener esa agradable conversación con el idiota de mi hermano. No quería decirle la verdad…pero él era mi hermano y yo siempre le había contado todo, pero algo me decía en mi interior que no le dijera nada aún. Cuando llegué a la cocina vi a Paul sentado tomando su café con el ceño fruncido. Se veía chistoso con ese aire pensador.
-buenos días-él solo me miró enojado y me hizo una seña para que me sentará y así lo hice.
-me vas a contar lo qué te pasó ayer?-yo tomando una rebanada de pan y untándole mantequilla dije que no. -no me contarás?
-no -
no?-me miró sorprendido y cabreado
-pero es que tú eres sordo? te he dicho que no. Al menos todavía no-lo miré a los ojos y le tomé su mano acariciándola con las mías-Paul, entiendo de que estés preocupado por mí. Pero yo me sé cuidar-le doy una sonrisa-nada me pasará, estoy feliz que estés conmigo y de que estés vivo, pero por favor ahora no me presiones. Te contaré a su debido momento. Confía en mi-con esas palabras me paré y le di un reconfortante abrazo, comprendía la preocupación de mi hermano. En su lugar yo estaría igual o quizás peor. Él me devuelve el abrazó y suelta un suspiro.
-espero que me cuentes Eli. Debes confiar en mi, soy tu hermano y siempre te protegeré de todo lo que te pueda hacer daño. Daría mi vida por ti enana-una lágrima calló por mi mejilla y él la retiró con su pulgar y me sonrío.
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SPY
Actionacción, espionaje, amor... la historia de Elizabeth, una joven espía de 23 años, un rencor hacia la persona que mató a todo su equipo... ella estará encubierta en una de las peores bandas para atrapar al famoso Richard Ortega, un narcotraficante y t...