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TAEGI
Kim recibe la notificación de un nuevo reto, debía cumplirlo sin importar qué, pero necesitaba de diez días con la ayuda de Yoongi.
-Yoongi, por favor —suplicaba el mayor mientras mantenía intacta aquella mirada de súplica.
—No.
—Vamos, son solo diez días —habló luego de haberse arrodillado. Y tal como un koala, abrazó una de las delgadas piernas de su menor.
—Tae, suéltame, no haré ese reto —dijo ya enfadado e incómodo por la actitud infantil del castaño.
Demonios y más demonios, pensó Taehyung al soltarse del menor y pararse para mirarlo. En realidad no necesitaba tener la aprobación de aquel amargado para hacer su reto.
｡･:*:･ﾟ★,｡･:*:･°✧ "Prueba de 10 días Día 1: tu ídolo sonriendo."
Una pequeña cabellera castaña se asomaba por el borde del sofá, allí estaba, escondido con una cámara en mano esperando que al mayor se le escape alguna sonrisa con aquel vídeo del famoso osito que tanto alegraba al pelimenta. Pero sólo pequeñas sonrisas se formaban en su rostro por un mínimo de segundo, y como Kim TaeHyung no era lo suficientemente rápido, tanto como para pensar y actuar, no alcanzaba nunca a fotografiar.
El aburrimiento comenzó a invadir su cuerpo otorgándole una pizca de sueño que lo hizo cerrar sus ojos por un leve momento antes de escuchar una sonora carcajada, dió un brinco y apretó el pequeño botón, había un problema, Taehyung no había desactivado el flash provocando que Yoongi se diera cuenta y borrara instantáneamente su pequeña sonrisa, el mayor sólo volvió a su lugar inicial, y como si no hubiera sucedido nada, gateó hasta su cuarto.
número uno, fallado.
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"Intento número dos. Plan: utilizar a Namjoon hyung como trampa"
Namjoon intentaba ayudarlo con su reto, había traído a su novio de labios rechonchos y risa fastidiosa, ambos contaban millones de chistes mirando al pequeño pálido que se encontraba sentado en una de las sillas situadas en la cocina, sus piernas colgaban y de balanceaban por la altura de la silla, mientras mantenía sus manos ocupadas sosteniendo una caja de jugo.
Bebía de manera tranquila, de vez en cuando ahuecando sus mejillas para absorber todo aquel líquido, provocando ternura en cierto moreno.
Pero de un momento a otro, Taehyung se sentó al lado de Yoongi, prendió la cámara y enfocó al mayor, quien estaba tapándose con una mano, y comenzó a hablar.
—Yoongi, pequeño, te amo. —dijo llamando completamente la atención de su amigo quién al principio sólo se limitó a abrir sus ojitos par en par y luego reaccionar. Taehyung encontró lo que buscaba, una sonrisa, apretó el botón de grabar provocando que las mejillas de Yoongi se pusieran rojas de vergüenza.
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