Epílogo

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Desde la cubierta del barco Siera observo la ciudad que se extendía frente a ella. Toda su vida había sido una asesina sin rostro, una sombra que cambiaba de forma para esconderse. Pero ya no más, desde el momento que Siera toco puerto su apariencia real resurgió, por que aquí ya no tendría que esconderse, aquí no sería perseguida.

La asesina sin rostroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora